Guía de Isora: Don José Évora Franquis (1834-1919), sargento 2º de Milicias, alcalde constitucional, recaudador municipal y promotor de la llegada del agua potable al núcleo de Chío, donde dio nombre a la calle principal

     El personaje al que dedicamos este artículo ingresó como soldado en las Milicias Canarias, en las que luego ascendió a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º. Además, fue jurado judicial, alcalde constitucional de Guía de Isora, recaudador municipal y elector contribuyente. Pero, sobre todo, se le recuerda como un férreo defensor de los intereses de su pago natal de Chío, en el que consiguió la instalación del agua potable, pagada en parte de su propio peculio, por lo que muchos años después de su muerte se le dio su nombre a la calle principal del mismo.

     Nació en el pago de Chío (Guía de Isora) el 21 de octubre de 1834, siendo hijo de don Vicente de Évora González, natural de dicho pueblo y oriundo de Vilaflor, y doña Josefa Francisca Franquis Álvarez, que lo era del citado pago isorano. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el cura propietario don José Pérez; se le puso por nombre “José Agustín de Santa Úrsula” y actuó como madrina doña Josefa Álvarez…

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Los vecinos de Santiago del Teide fallecidos a causa de la Guerra Civil Española y el monumento a los Caídos construido en su memoria

santiago-fallecidos-guerra     Como en todos los municipios canarios, fueron muchos los jóvenes de Santiago del Teide movilizados con motivo de la Guerra Civil para combatir al lado del Bando Nacional, varios de ellos casi adolescentes, que fueron enviados al frente a jugarse la vida por una causa que en su mayoría no comprendían, ante la desesperación de sus padres y, en algunos casos, de sus esposas e hijos. Todos los supervivientes perdieron en esos años su inocencia, al vivir duras experiencias que no olvidarían jamás y les atormentarían el resto de sus vidas. Pero algunos dejaron su vida y otros su salud, al sufrir heridas graves que les dejaron secuelas para siempre o enfermaron durante la contienda bélica y, aunque regresaron a su tierra, murieron a consecuencia de ello. A esas víctimas de una absurda tragedia colectiva vamos a dedicar este artículo.

     Según el Colectivo Arguayo, al menos 13 jóvenes de este municipio perdieron la vida en la Guerra Civil Española: don Rogelio Hernández González, don José Hernández González y don Cornelio Luis Rodríguez Rodríguez, de Arguayo; don Buenaventura José Curbelo González y don Octavio Forte Rodríguez, del Valle de Arriba; don Lázaro Dorta Pérez, del Valle Santiago; los hermanos don Antonio y don Alejo Tejera Jiménez, del Puerto de Santiago; don Antonio Gorrín Pérez y don Domingo Hernández Viña, de Tamaimo; don Ismael González Pérez y don José Pérez González, de El Retamar; y don Pedro Trujillo Trujillo, de Las Manchas. No obstante, de momento solo hemos localizado información documental de 10 de ellos, además de otro de Masca, pero feligrés de la parroquia de San Fernando de dicha villa; del total, solo uno era cabo y los demás soldados. De algunos de esos militares, sus familiares conservan un “piadoso recuerdo”, con su fotografía.

     Tras finalizar la Guerra Civil y a raíz de una disposición del Gobierno central, se acordó erigir en Santiago del Teide un monumento a los Caídos, con el fin de recordar a los militares santiagueros fallecidos en el Bando Nacional durante la Guerra Civil. Por ello, hacia 1943-1944 se construyó dicho monumento en la plaza de Santa Ana del núcleo de Tamaimo, el mayor del municipio…

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Artículo-SANTIAGUEROS FALLECIDOS EN LA GUERRA CIVIL

Güímar: Don Agustín Antonio Núñez (1732-1796), capellán de la ermita de Arafo, sacristán mayor, teniente de beneficiado, mayordomo de fábrica, sochantre y notario público eclesiástico de Güímar

agustin-antonio-nunez     Durante toda su vida, nuestro biografiado estuvo adscrito como capellán a la parroquia de San Pedro, en la que siendo ya clérigo subdiácono actuó como sacristán mayor de la parroquia, así como notario y secretario de la Hermandad de Ntra. Sra. del Carmen. Luego, tras su ordenación sacerdotal, fue nombrado teniente de beneficiado, mayordomo de la fábrica parroquial, sochantre y notario público eclesiástico, empleos estos últimos en los que continuó hasta su muerte. Además, estuvo encargado como capellán de la ermita de Arafo, volvió a ejercer como sacristán mayor de la parroquia de Güímar, en una segunda etapa, y actuó como depositario de los caudales sobrantes de las cofradías existentes en ésta.

     Nació en Güímar el 16 de septiembre de 1732, siendo hijo de don Pedro Hernández Núñez y doña María Díaz de Ledesma. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por don Domingo de Páez y Galdona, beneficiado de las parroquiales de Güímar y Candelaria; se le puso por nombre “Agustín Antonio” y actuó como padrino don Bernardo de Torres Marrero, natural de Arafo y vecino de Güímar…

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Artículo-AGUSTÍN ANTONIO NÚÑEZ

Vilaflor de Chasna: Don Antonio María Feo y González del Castillo (1786-1818), capitán de Cazadores del Regimiento de Abona y emigrante a Cuba, fallecido en plena juventud

antonio-maria-feo     Miembro de una ilustre familia, nuestro biografiado ingresó como cadete en el Regimiento de Milicias Provinciales de Abona, en el que enseguida ascendió a subteniente, empleo en el que permaneció durante muchos años, pues la enemistad que el coronel jefe de dicho cuerpo tenía hacia su familia bloqueó su carrera militar. No obstante, fue propuesto sin éxito para teniente del mismo cuerpo y años más tarde, tras establecerse en el Realejo Bajo, logró el empleo o grado de “Capitán de Cazadores del Regimiento de Abona”. Finalmente, emigró a Cuba, donde falleció en plena juventud.

     Nació en Vilaflor de Chasna el 3 de abril de 1786, siendo hijo del entonces alférez don Francisco José Feo de Acosta y doña María Antonia González del Castillo. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol por el presbítero don Cristóbal Eusebio Pérez de Barrios, con licencia del beneficiado don Agustín Lorenzo Viera y Torres; se le puso por nombre “Antonio María de los Dolores” y actuó como padrino su primo don José Domingo Soler, de los Señores del Heredamiento de Chasna…

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Artículo-ANTONIO MARÍA FEO

Fasnia: Don Genaro Esquivel Díaz (1891-1982), emigrante, comerciante, exportador agrícola, alcalde de Fasnia, jefe local de las Milicias de Acción Ciudadana, presidente y accionista de galerías y pozos, y fundador-propietario del cine de Fasnia

genaro-esquivel-diaz     Miembro de una destacada familia, nuestro biografiado emigró a Cuba, donde residió durante 10 años. A su regreso abrió un comercio de tejidos en Fasnia, donde también ejerció como exportador agrícola, presidente y accionista de comunidades de aguas, promotor de un pozo y, sobre todo, como fundador y empresario del Cine de Fasnia. Además, desempeñó diversos cargos en dicha localidad, como los de concejal, alcalde (en dos etapas), somatenista, jefe de las Milicias de Acción Ciudadana, falangista y vocal del Patronato para la Protección y Fomento de las Bellas Artes “Amigos del Arte de Fasnia”.

     Nació en Fasnia el 16 de febrero de 1891, siendo hijo de don Genaro Esquivel Rodríguez y doña Jorgina Díaz Delgado. El 18 de mayo de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura párroco don Domingo Elías Estévez; se le puso por nombre “Genaro Simeón Máximo” y actuó como madrina doña María Rodríguez Delgado, su abuela materna…

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Artículo-GENARO ESQUIVEL DÍAZ

Arona: Don Basilio Sarabia y Perera (1803-1877), capitán de Milicias y propietario contribuyente

basilio-sarabia-perera     Nuestro biografiado ingresó en las Milicias Canarias con tan solo nueve años como cadete menor de edad, luego ascendió a subteniente de Granaderos y, finalmente a capitán; prestó sus servicios en el Regimiento de La Orotava mientras vivió en el Realejo Alto, pero luego pasó al de Abona al establecerse definitivamente en Arona, donde contrajo matrimonio con una prima y, tras la muerte de ésta, con una de sus hermanas. Obtuvo la licencia absoluta a causa de una ceguera casi completa, lo que le impidió alcanzar los años suficientes de servicio para que se le concediese el retiro con uso de uniforme y fuero entero de guerra. El resto de su vida permaneció al cuidado de sus propiedades, como uno de los mayores contribuyentes de Arona, pueblo en el que tuvo una pequeña actividad pública.

     Nació en la calle del Medio del Realejo Alto el 14 de junio de 1803, siendo hijo de don Juan Sarabia Bethencourt, natural del pago de Arona, y doña Juana Perera Vasconcelos, que lo era del pueblo norteño. Cinco días después fue bautizado en la iglesia parroquial matriz de Santiago del Realejo Alto por el presbítero don Salvador Vasconcelos, con licencia del beneficiado don Pablo José Méndez; se le puso por nombre “Basilio” y actuó como madrina doña Petra Vasconcelos, de la misma vecindad…

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Artículo-BASILIO SARABIA Y PERERA

Los vecinos de Arafo fallecidos a consecuencia de la Guerra Civil y la Cruz de los Caídos construida en su memoria

arafo-cruz-caidos     La Guerra Civil Española fue una tragedia colectiva para este país en su conjunto, pero sin duda lo fue aún más para aquellas familias que tuvieron que ver como sus hijos, en algunos casos casi unos niños, eran movilizados a la fuerza y llevados al frente para combatir en un enfrentamiento absurdo entre paisanos, solo por tener diferentes ideas. En Canarias, la primera región que pasó al bando franquista por iniciarse aquí el alzamiento, todos los jóvenes fueron obligados a alistarse en el Ejército Nacional, en la mayoría de los casos en contra de su voluntad, para sufrir en esos años de enfrentamiento un trauma psicológico que les dejaría marcados para el resto de su vida. Pero un porcentaje no pequeño dejó su vida en el frente, o sufrieron heridas graves que les dejaron secuelas para siempre; incluso algunos enfermaron durante la Guerra y, aunque regresaron a su tierra, murieron a consecuencia de ello. Sin duda, esos jóvenes también fueron víctimas del franquismo, del golpe militar que acabó con la II República Española, tras una cruenta guerra que duró casi tres años. A ellos vamos a dedicar este artículo y en otra ocasión nos ocuparemos de los represaliados por los vencedores de la Guerra y el régimen dictatorial que le siguió.

     Con motivo de la Guerra Civil entregaron su vida un total de 11 vecinos de Arafo, cuatro cabos (don Jesús Santiago Guanche Fariña, don Julián Gil Hernández, don Gabriel Domingo Fariña Fariña y don Nicolás Sosa Pérez) y siete soldados (don Domingo Albertos Borges, don Jaime Marrero Fariña, don Lucas González Fariña, don Paulino Batista Peña, don José Brito Marrero, don Baldomero Nicolás González Fumero y don Tomás Hernández Delgado). De ellos, siete eran naturales del propio municipio y cuatro habían nacido fuera (dos en Cuba, uno en Fasnia y otro en Santa Úrsula). Diez murieron en acciones de guerra o a consecuencia de las heridas sufridas en ellas y solo uno a causa de enfermedad contraída en el frente. Inicialmente, el destino parecía proteger a los combatientes de Arafo, pues en el primer año y medio de no falleció ninguno; pero luego se aceleraron las desgracias y diez murieron en el plazo de un año, pues el primer caído fue el cabo de Falange don Jesús Santiago Guanche Fariña (el 21 de enero de 1938); mientras que el último lo fue el cabo de Infantería don Nicolás Sosa Pérez (el 23 de enero de 1939), con la salvedad de don Tomás Hernández Delgado, quien falleció enfermo en su domicilio de Arafo el 9 de enero de 1940.

     Al finalizar la Guerra Civil, a raíz de una disposición del Gobierno central, se acordó colocar en Arafo una Cruz de los Caídos para recordar a los araferos caídos en el Bando Nacional durante la Guerra Civil, la cual se terminó de instalar a comienzos de 1940. Luego ese monumento fue remodelado y reubicado en tres ocasiones, dotándosele de una lápida patriótica e incompleta, hoy de difícil justificación ante la Ley de la Memoria Histórica…

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Artículo-ARAFEROS FALLECIDOS EN LA GUERRA CIVIL-CRUZ DE LOS CAÍDOS

Candelaria: Fray Alfredo Turrado Carracedo (1926-1999), sacerdote dominico, lector, Licenciado en Teología, profesor, director general del Rosario, promotor de Vocaciones, párroco comprometido de Araya y cronista de la Virgen de Candelaria

alfredo-turrado-carracedo     Nuestro biografiado profesó como dominico en Almagro (Ciudad Real), se ordenó de sacerdote y obtuvo los títulos de Lector y Licenciado en Teología, en Salamanca. Estuvo destinado en los  conventos de Almagro, Valencia, Córdoba, Madrid y Armilla (Granada), donde ostentó los cargos de profesor, director general del Rosario, promotor de Vocaciones, capellán del Ejército, procurador provincial, superior de los dominicos. Luego vino destinado a Candelaria, donde ejerció su apostolado durante más de dos décadas, tanto en el Convento, del que fue lector, como de la Basílica, al servicio de la Patrona. Pero, sobre todo, es recordado como el primer párroco de Araya durante casi 21 años, en los que asumió profundamente su compromiso, apoyando e impulsando diversas obras de mejora en su parroquia y en el barrio. Asimismo, como gran devoto de la Virgen de Candelaria, publicó varios trabajos sobre ella y su santuario, tanto libros como artículos en la prensa tinerfeña y en algunos programas de fiesta, varios de ellos dedicados a Araya.

     Nació en Calzada de la Valdería (León) el 1 de marzo de 1926, siendo hijo de don Julián Turrado García y doña Genoveva Carracedo. Tuvo otro hermano religioso, fray Tomás Turrado Carracedo (1940), sacerdote dominico, párroco de Las Cuevecitas (Candelaria) y prior regional de Venezuela; y dos hermanas que también fueron monjas dominicas. Además, un primo, fray Florencio Turrado Turrado (1937), fue igualmente sacerdote dominico, párroco de Igueste de Candelaria y Barranco Hondo, actualmente destinado en Almería; asimismo, fueron religiosos dominicos otros tres primos, hermanos entre sí, fray Helidoro, fray Anastasio y fray Alberto Carmona Carracedo, así como dos hermanas de éstos…

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Artículo-FRAY ALFREDO TURRADO CARRACEDO

Güímar: Don José Hernández Rodríguez (1805-1887), clérigo tonsurado, comandante graduado de Milicias, comandante de armas, alcalde constitucional, corresponsal de la Junta de Agricultura del distrito de Canarias y recaudador municipal

jose-hernandez-rodriguez     Al igual que dos de sus tíos, inicialmente se sintió atraído por la carrera eclesiástica y llegó a ser clérigo tonsurado. Pero la falta de vocación y una tradición familiar mucho más arraigada en las Milicias lo llevó abandonar la vida religiosa, para dedicarse por entero a la militar; así, ingresó como cadete en el Regimiento de Milicias Provinciales de Güímar, en el que luego ascendió a subteniente, teniente y capitán de Milicias, e incluso actuó como sargento mayor interino de dicho cuerpo. Por supresión del citado Regimiento pasó al Batallón Ligero Provincial de La Laguna nº 1 de Canarias, en el que actuó como depositario y recibió el grado de comandante; también estuvo movilizado en la guarnición de Santa Cruz de Tenerife en dos ocasiones. Obtuvo su retiro, tras 33 años y medio de servicios, en los cuales actuó en varias ocasiones como comandante de armas de Güímar, incluso después de retirado. Además, destacó como propietario agrícola y fue alcalde constitucional de su municipio natal, perito repartidor de contribuciones, elector contribuyente, secretario escrutador de la mesa electoral, vocal de la Junta Municipal de Sanidad, corresponsal de la Junta de Agricultura del distrito de Canarias, recaudador municipal de contribuciones y depositario de los fondos de la sociedad de aguas Río y Badajoz.

     Nuestro biografiado nació en el barrio de Los Majuelos (Güímar) el 9 de febrero de 1805, siendo hijo de don Francisco Nicolás Hernández Marrero y doña Josefa Rodríguez y Torres, naturales de dicho pueblo, aunque oriundos parcialmente de Arafo. Ese mismo día fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por su tío don Nicolás Rodríguez Torres, con licencia del beneficiado don Florentín Núñez y Torres; se le puso por nombre “José Apolonio de Jesús María del Rosario” y actuó como madrina su tía abuela, doña Felipa Adrián, quien nombró a doña Rita Adrián para que la ayudase por su ancianidad, siendo ésta la que lo tuvo en el bautismo…

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Artículo-JOSÉ HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ

El Somatén Armado del distrito de Adeje en su primera etapa (1924-1931)

adeje-jueces     El Somatén Armado, antigua milicia popular de rancio abolengo tradicional, surgió en el siglo XI en Cataluña, donde enseguida alcanzó un gran arraigo. Tuvo especial fama y resonancia a comienzos del siglo XIX, con motivo de la invasión del territorio español por las tropas de Napoleón, pues contribuyó de forma decisiva a la derrota de los franceses. Al constituirse la I República, en el año 1873, el Somatén fue disuelto, aunque por poco tiempo, ya que al empezar las revueltas carlistas volvió a ser instituido por Figueras. En 1876 volvió al primer plano del relieve nacional, al levantarse en armas y aplastar en tres días los últimos focos de la insurrección carlista. Más tarde, el Somatén volvió a revitalizarse con ocasión del golpe de Estado del general Primo de Rivera, en 1923, pues en su manifiesto a la Nación, el general hizo un encendido panegírico del Somatén y anunció la inmediata reorganización de esta milicia en los lugares donde ya hubiera existido y su creación en todas las provincias que no la hubieran tenido nunca, así como en las plazas de soberanía del territorio marroquí. Posteriormente, en 1931 el Gobierno de la II República decretó la disolución definitiva del Somatén. No obstante, después de finalizada la Guerra Civil, en 1945 el general Franco recuperó esta institución, que se mantuvo durante décadas. Dado su origen, la Patrona del Somatén Nacional sería Nuestra Señora de Montserrat, que se festejaba el 27 de abril.

     Una vez constituido en Canarias, a comienzos de agosto de 1924 se nombraron los primeros mandos del Somatén Armado en Tenerife, tanto de los partidos como de los diferentes distritos municipales. En ese año, la estructura del Somatén de Tenerife estaba compuesta por 5 cabos de partido, 5 subcabos de partido, 37 cabos de distrito (seis de ellos en Santa Cruz, dos en La Laguna y uno en cada municipio), 38 subcabos de distrito, y numerosos cabos y subcabos de pueblo o barrio. En cuanto al partido judicial de Granadilla de Abona, al que pertenecía Adeje, incluía 8 municipios y el Somatén Armado estaba compuesto por 64 miembros: 1 cabo de partido (don José Pomar García) y 1 subcabo de partido (don Blas Batista Pérez), 8 cabos de distrito, 8 subcabos de distrito y 46 somatenistas.

     A comienzos de agosto de 1924 se nombraron los primeros responsables del Somatén Armado de Adeje: cabo de distrito, don Alonso Cabrera González, y subcabo de distrito, don José García Rodríguez. Por un estado numérico del Somatén de Canarias, fechado a 1 de diciembre de ese mismo año, conocemos cual era la aún escasa fuerza del mismo: 1 cabo de distrito, 1 subcabo de distrito y 10 somatenistas; en total, 12 miembros. En esta villa, el Somatén contó con un cuartelillo, donde prestaban su servicio, que estaba dirigido a la prevención de la delincuencia y mantenimiento del orden público. Como cabos jefes del distrito en esta etapa sucedieron al ya nombrado, don Fermín Fraga González y don Manuel Fernández Piñeiro…

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Artículo-SOMATÉN ARMADO DE ADEJE