Candelaria: Don Francisco Castellano y Coello (1837-1910), marino y práctico mayor del puerto de Santa Cruz de Tenerife, nombrado por la Comandancia de Marina

Puerto Santa Cruz-FEDAC-2     En el pasado, los hombres que vivían en el pueblo de Candelaria estuvieron volcados profesionalmente hacia el mar, como pescadores o marineros en barcos de cabotaje. Algunos también hicieron la carrera de Indias, alcanzando incluso las plazas de pilotos o contramaestres. En este artículo nos vamos a ocupar de uno de los marinos más destacados nacidos en Candelaria, quien, una vez establecido en Santa Cruz de Tenerife, sobresalió como patrón o piloto, lo que le permitió alcanzar por oposición una plaza de práctico de número en el puerto capitalino, nombrado por la Comandancia de Marina, la cual le concedió luego el ascenso a práctico mayor del mismo, importante empleo en el que permaneció hasta su muerte. Además, fue vocal de la Junta Municipal de Asociados de Santa Cruz.

     Nuestro biografiado nació en Candelaria el 10 de octubre de 1837, siendo hijo de don Marcos Vicente Castellano y doña María de los Dolores Coello y Delgado. Dos días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el sacerdote dominico secularizado don José Fresneda y Tejera, con licencia del cura párroco don Juan Núñez del Castillo; se le puso por nombre “Francisco” y actuó como padrino don Francisco Clemente Delgado, de la misma naturaleza y vecindad…

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Artículo-FRANCISCO CASTELLANO COELLO

Candelaria: Don Fermín Delgado González (1914-1989), guardia civil, teniente auxiliar de Infantería condecorado y comandante militar de la isla de El Hierro

     En el presente año se cumple el centenario del nacimiento de un ilustre militar candelariero, don Fermín Delgado González, de quien también se conmemora el 25 aniversario de su muerte. Mientras prestaba su servicio militar como soldado de Infantería le sorprendió la Guerra Civil y en ella ascendió hasta sargento provisional, recibiendo asimismo varias condecoraciones. Luego pasó a la Guardia Civil y como guardia 2º estuvo destinado en el País Vasco y en los Pirineos, durante tres años y medio. Posteriormente se reincorporó a Infantería como sargento efectivo y, como tal, estuvo destinado en Marruecos y Fuerteventura, y participó en las operaciones militares de Ifni-Sahara. Tras ascender a brigada y a teniente auxiliar de Infantería, fue nombrado comandante militar y jefe del Destacamento de El Hierro. Finalmente estuvo destinado en el Regimiento de La Palma, donde se hizo cargo del Almacén, así como del mando y administración de la Unidad de Destinos, hasta alcanzar su retiro.

     Nació en Barranco Hondo el 25 de abril de 1914, siendo hijo de don Santiago Delgado González y doña Isidora González González. El 3 de mayo inmediato fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura ecónomo don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Fermín Marcelino” y actuó como padrino don Fermín Higuera Mederos, natural de Bejucal (Cuba) y vecino del mencionado pago…

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Las fiestas de la Virgen de Candelaria en febrero de 1810, según el Diario de Juan Primo de la Guerra

Fiestas Virgen-Juan Primo-Diario      Don Juan Primo de la Guerra y del Hoyo (1775-1810), III Vizconde de Buen Paso, llegó a Candelaria el 1 de febrero, en su propio caballo y acompañado por su criado, y abandonó este pueblo en las primeras horas de la mañana del día 3. En su minuciosa descripción incluye detalles del viaje y del recorrido, los lugares que atraviesa, el paisaje e incluso las plantas. Luego, ya en Candelaria, se detiene en detalles sobre la familia que lo alojó en su casa durante los dos días. En la localidad mariana hace una descripción de los lugares de interés que visitó: la cueva de San Blas, primera morada de la Virgen; la iglesia parroquial de Santa Ana; el convento, con su sacristía y los cuadros de los milagros; y la casa del Cabildo. Asimismo, describe los actos a los que asistió, como las “horas del Nombre” en la capilla de la Virgen, cantada por los dominicos; la salve cantada por un coro de mujeres de La Esperanza; las misas y diversas procesiones celebradas el día principal. Resulta muy interesante la referencia a la canción entonada por una quincena de “guanches”, en una de las primeras descripciones de este colectivo, que de forma extraordinaria concurrieron a esta festividad, pues solo solían hacerlo en la de agosto; en esta ocasión lo hicieron invitados por el Cabildo para agasajar al diputado vocal de la Junta de Gobierno del Reino, don Manuel María Avalle, quien los recompensó económicamente por ello. Incluye detalles de la vivienda en que se alojó y de las comidas efectuadas en ella, así como del ambiente que se respiraba en la casa del Cabildo, los refrescos allí servidos, los juegos de naipes, los invitados asistentes de las principales familias de la isla y sus entrevistas con algunos personajes.

   Criticaba el antiguo fanatismo religioso, el exceso de fantasía asociada a la venerada imagen, que mucha gente poco reflexiva creía era un ser vivo, y la falta de racionalidad y sencillez en el culto a la Virgen de Candelaria, cuyo hallazgo por los guanches ya era de por sí suficiente importante como para sostener la fe y la veneración por esta “respetable imagen”. También describe el lugar de Candelaria: su orografía y paisaje; su población; su producción y economía, destacando la dedicación masculina a la pesca y la navegación, y la femenina a la elaboración de cerámica. Relaciona los principales personajes que residían en la localidad. Además, menciona el castillo, la batería y las casas que allí tenían el Conde de La Gomera, el Marqués de Casahermosa, las familias Soler y Montemayor. En su regreso, el autor del relato hace mención a como su caballo retrocedía “al ver correr los barrancos”, lo que nos indica que ese invierno había sido muy lluvioso en el sureste de Tenerife.

      En resumen, los datos contenidos en el Diario de don Juan Primo de la Guerra son de enorme interés para conocer como era el pueblo de Candelaria en los albores del siglo XIX; las características de la festividad del mes de febrero y el ambiente que se vivía en ellas; y muchos aspectos etnográficos relacionados con las viviendas, la alimentación, los oficios tradicionales, los medios de transporte, etc…

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Candelaria: Don José Rafael Otazo de Barrios (1762-1821), notario público eclesiástico, mayordomo de la fábrica parroquial, cura servidor y capellán de la ermita de Igueste

Candelaria-ruinas baílica     El municipio de Candelaria, quizás influido por la presencia de la Virgen, ha sido siempre rico en vocaciones religiosas. Este fue el caso de don José Rafael Otazo, quien tras obtener una capellanía y un patrimonio vitalicio se ordenó de sacerdote. Ejerció siempre en Candelaria, al estar adscrito como capellán a la parroquia de Santa Ana, en la que colaboró activamente con los distintos párrocos y ejerció como notario público eclesiástico, mayordomo de la fábrica parroquial y cura sustituto, encargado o servidor en numerosas ocasiones, además de actuar como capellán de la ermita de Igueste durante muchos años.

    Nuestro biografiado nació en Candelaria el 27 de abril de 1762, siendo hijo de don Francisco Obtazo Marrero y doña Águeda (Rodríguez) de Barrios, naturales y vecinos de dicho lugar. Tres días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por fray José Méndez y Acevedo, teniente de beneficiado; se le puso por nombre “José Rafael” y actuó como padrino don Vicente Rodríguez de Barrios…

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Artículo-JOSE RAFAEL OTAZO DE BARRIOS

Pleito por la negativa de los vecinos de Arafo y Candelaria a cumplir sus obligaciones parroquiales en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar (1633-1643)

Candelaria-Güímar-iglesias     El Beneficio o Parroquia comarcal de Güímar fue creado en 1533, al segregarse de la parroquia matriz de Ntra. Sra. de la Concepción de La Laguna. Comenzó a regir en 1539 y desde entonces tuvo su sede principal en Candelaria, primero en el Santuario de la Virgen, luego en la Cueva de San Blas y finalmente en la iglesia de Santa Ana, construida para ese fin, aunque la ermita de San Juan de Güímar de Arriba también sirvió como ayuda de Parroquia. Su jurisdicción abarcaba toda la comarca, desde el actual término de Candelaria hasta el de Fasnia, ambos incluidos. Pero el 24 de abril de 1630, dicha Parroquia fue trasladada a la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el obispo don Cristóbal de la Cámara y Murga, quien dispuso que todos los feligreses “acudan a la dicha yglesia y Parrochia [donde] tienen obligacion, opprimiendoles a ello si fuere necessario”; esta decisión estuvo motivada porque, en esa época, en este pueblo ya estaba concentrado el mayor vecindario y potencial económico de la comarca y, además, la ermita del barrio de San Juan se había derruido un año antes a causa de un temporal. Por ello, en adelante en la iglesia de Santa Ana solo se celebraría Misa algunos días del año, pero no el resto de los Sacramentos.

     Los vecinos de Arafo y Candelaria se resistieron a acudir a Güímar y, para intentar retener su parroquia, el 26 de mayo de dicho año los más pudientes de ambos pueblos otorgaron diversas escrituras en las que imponían tributos a favor de la fábrica parroquial de Santa Ana, con los que cubrir los gastos del aceite de la lámpara del Santísimo Sacramento, requisito exigido para poder crear o mantener una parroquia. Pero como no consiguieron detener el traslado, en 1633 iniciaron un largo pleito, que sostuvieron durante una década con el beneficiado de San Pedro. A pesar de recibir tres sentencias favorables al traslado, emitidas en 1633, 1638 y 1639 por los obispos de Canaria, don Cristóbal de la Cámara y Murga y don Francisco Sánchez de Villanueva, así como por el provisor y vicario general de la misma Diócesis, don Luis Ruiz de Alarcón, los vecinos de Arafo continuaron resistiéndose a acudir a la iglesia de San Pedro y, siempre unidos a los de Candelaria, acudieron al provisor del Arzobispado de Sevilla, quien en 1641 dispuso que volviese a establecerse la parroquia en la iglesia de Santa Ana, por lo que se exoneraba al vecindario de ambos pueblos de acudir a Güímar para cumplir con sus obligaciones cristianas. Pero pasaron dos años sin que dicha sentencia se hiciese efectiva, por lo que en 1643 los citados vecinos obtuvieron un mandamiento de ejecución de la misma, que presentaron ante el obispo de Canarias, quien acató dicha sentencia y ordenó al beneficiado de Güímar que cumpliese lo dispuesto. Así se vino a resolver el pleito, al crearse en la iglesia de Santa Ana, en ese mismo año 1643, una ayuda de parroquia (o parroquia aneja) dependiente de la de Güímar y con jurisdicción sobre Arafo. No obstante, a pesar de la solicitud de dichos vecinos, la parroquia principal del Beneficio se siguió manteniendo en Güímar…

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Candelaria: Don Juan Chico Núñez (1846-1916). Las hazañas de un célebre luchador de Araya de Candelaria, considerado el mejor puntal de Tenerife en su época

   El municipio de Candelaria siempre ha tenido un elevado protagonismo en la historia de la lucha canaria en Tenerife, que arrancó con la célebre Luchada de la Media Montaña, en la costa de Barranco Hondo, y continuó con las recordadas luchadas celebradas en Candelaria en el mes de agosto, con motivo de la festividad de la Patrona de Canarias. Los primeros luchadores destacados de este municipio, que ya destacaban en el citado “Partido del Sur” o “Bando del Sur” en el último tercio del siglo XIX, correspondían a dos familias: los “Chicos”, naturales y vecinos de Araya, y los “Higueras”, que lo eran de Igueste.

      Junto a sus hermanos, nuestro biografiado fue uno de los primeros puntales de lucha canaria nacido en el municipio de Candelaria. Pero sus cualidades deportivas y sus hazañas rebasaron las fronteras locales, dado que llegó a ser considerado el mejor luchador de Tenerife en su época, lo que demostró en diversas luchadas en las que capitaneó al bando del Sur o la selección de Tenerife, algunos de los cuales le dieron más de un disgusto. Así, en un encuentro celebrado en El Tablero a finales de los años setenta del siglo XIX, entre los bandos del Norte y del Sur de la isla, el capitán de este último, don Juan Chico, inició una pelea al sufrir las trampas del “Ovejero” y la fenomenal contienda tuvo que ser disuelta por la Guardia Provincial, que detuvo y encarceló al puntal de Araya. Pero pocos días después se celebró otra luchada en el patio del ex-convento de San Francisco de Santa Cruz, entre una selección de Tenerife y otra de Fuerteventura; y, al ir perdiendo la tinerfeña a manos del puntal majorero, el cabo Sicilia, los responsables de ésta lograron que el gobernador civil permitiese salir de la cárcel a don Juan Chico, quien incorporado al encuentro logró derribar al citado luchador, dando el triunfo a los tinerfeños, lo que le valió el reconocimiento insular y su posterior indulto.

     Al margen de la actividad luchística, don Juan fue propietario agrícola, elector contribuyente, interventor electoral, jurado judicial y adjunto del Juzgado Municipal de Candelaria, así como adjunto y presidente suplente de la mesa electoral de la 1ª Sección del mismo municipio…

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Crónica de sucesos: Los despeñados en Igueste de Candelaria (1853-1935). Las tristes consecuencias de vivir entre barrancos

Igueste de Candelaria     La orografía del lugar en el que se nace o se vive puede llegar a marcar la existencia de las personas e incluso el devenir de toda una comunidad. Igueste de Candelaria, un pueblo con una belleza paisajística de postal, está enclavado en el extremo norte del Valle de Güímar y dentro a su vez de otro pequeño valle, delimitado por el profundo barranco de Araca y otros más pequeños, como los de El Fuerte y El Madroño; muy cerca se encuentra el impresionante barranco de Chacorche, además de los acantilados que bordean la zona agrícola de La Mesa, así como los que se sitúan por debajo de Pasacola y continúan por la cuesta de Las Tablas. Sus habitantes han tenido que superar el problema que supone vivir entre barrancos y cerca de acantilados de considerable altura, sobre todo en una época en la que el vecindario estaba dedicado casi exclusivamente a la agricultura y al pastoreo, motivo por el cual niños, jóvenes y mayores tenían que aventurarse por caminos y veredas de difícil tránsito, para buscar el sustento en las huertas alejadas, así como para recoger leña, forraje para el ganado o el agua necesaria para el hogar, en las diversas fuentes. Más antiguamente, fue la recolección de orchilla la que se cobró muchas vidas en la isla y, por lo menos, una de ellas en esta localidad.

     Aunque hemos localizado algún accidente anterior, en el transcurso del periodo que hemos estudiado con más profundidad, de 1853 a 1935, hemos documentado hasta el momento 18 accidentes en Igueste, en los que se despeñaron otras tantas personas de las más diversas edades (niños, jóvenes, adultos y ancianos), todas menos una avecindadas en este pueblo, de las cuales murieron 11 y 7 resultaron heridas de diversa consideración, casi todas ellas conducidas a Santa Cruz de Tenerife (por tierra o mar) para practicarle la autopsia o curarle sus heridas…

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Candelaria: Don Antonio Alonso Torres (1928-2014), “Pollo de Igueste”, legendario puntal de Lucha Canaria y uno de los mejores luchadores del Sur de todos los tiempos


Antonio Alonso Torres
    Recientemente nos ha dejado uno de los luchadores más legendarios del municipio de Candelaria, don Antonio Alonso Torres, sin duda el más sólido puntal surgido en Igueste de Candelaria y en todo el municipio hasta finales de los años sesenta. Conocido siempre como el “Pollo de Igueste”, debutó con el equipo de su pueblo natal, en el que enseguida llegó a ser puntal de Segunda, aportando a dicha localidad algunas de las hazañas luchísticas más gloriosas de su historia. Posteriormente ascendió a destacado y puntal de Primera, por lo que tuvo que abandonar el “Arguama” para luchar en equipos de la máxima categoría: “Benchomo” de Santa Cruz, “Tumbador” de Las Palmas, “Hespérides” de La Laguna y “Unión Santa Cruz” de la capital provincial; con todos ellos ganó numerosos campeonatos y gozó de prestigio regional, pues llegó a derribar a casi todos los puntales canarios de su época. Por ello, recibió en vida numerosos homenajes; entre ellos, poco antes de su muerte se levantó un monolito en su honor en su pueblo natal. Además, fue vocal de la Sociedad “Juventud Iguestera” y trabajó, sobre todo, como empleado de CEPSA.

      Nuestro biografiado nació en Igueste de Candelaria el 21 de julio de 1928, a las tres de la tarde, siendo hijo de don Tomás Alonso Marrero y doña Rosa Torres Oliva, naturales y vecinos de dicho pueblo. El 12 de agosto inmediato fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el párroco Fray Benjamín Gutiérrez; se le puso por nombre “Vicente Antonio” y actuaron como padrinos don Tomás Pestano García y doña María Jesús Coello Torres, de la misma vecindad…

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Los primeros equipos de fútbol constituidos en Barranco Hondo (Candelaria) hasta la II República Española

Barranco Hondo-1962-2    A lo largo de su historia, en Barranco Hondo han existido seis equipos de fútbol. El pionero fue el “Palacio F. C.”, que debutó en 1924 contra otro del mismo pueblo, de nombre desconocido, en el que también se alineaban jugadores de Santa Cruz de Tenerife. Luego, a mediados de la II República, esta localidad llegó a contar con otros dos equipos, el “A.B.C.” y el “Canarias F.C.”, el primero de los cuales ya existía en 1933 y el segundo se fundó en ese mismo año. En el presente artículo nos vamos a ocupar de esos cuatro primeros clubes, de los que tenemos muy poca información, solo algunas reseñas periodísticas dedicadas a la fundación de dos de ellos, así como a sus enfrentamientos con el equipo de Igueste; solo del último conocemos su plantilla.

    Con posterioridad, después de la Guerra Civil, se crearían otros dos equipos: el “Club Deportivo Cárdenes”, cuyo reglamento fue aprobado en 1943, siendo su objetivo la práctica de toda clase de deportes pero dedicando especial atención al fútbol, aunque actuó también como una sociedad recreativa, a modo de casino; y el “C. F. Barranco Hondo” (hoy “Atlético Barranco Hondo”), fundado en 1978 y que aún continúa manteniendo la afición por este deporte en dicho barrio. Además, a la Escuela Municipal de Fútbol de Barranco Hondo pertenecen hoy diversos equipos de distintas categorías…

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La Sociedad de Cultura y Recreo “El Porvenir de Araya” (1948-1955) de Araya de Candelaria

Araya-iglesia-san-juan-bautista_113    En el presente trabajo solo pretendemos hacer una primera contribución a la historia de un casino poco conocido, la Sociedad de Cultura y Recreo “El Porvenir de Araya”, que existió en el pueblo de Araya de Candelaria en la posguerra, por lo menos durante siete años. Se fundó a comienzos de 1948, bajo la presidencia de don Santiago Higuera del Castillo, y a finales de ese mismo año se ordenó su clausura temporal por tres meses y se le impuso una fuerte sanción económica, por celebrar bailes sin licencia, haberse producido una riña en uno de ellos, permitir la entrada a menores y expender bebidas alcohólicas. Tras su reapertura continuó celebrando bailes, varios de ellos sin autorización (por lo que volvió a ser sancionada) y suponemos que, bajo las distintas juntas directivas, también celebraría otras actividades culturales y recreativas.

     A comienzos de 1948, los vecinos de Araya eligieron una comisión organizadora, encabezada por don Santiago Higuera del Castillo, para que pusiese en marcha un casino en la localidad. Una vez redactado el reglamento por el que se habría de regir, éste se entregó con la correspondiente instancia en el Gobierno Civil, para solicitar su legalización…

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