La “Asociación Pro-Cultural del Escobonal” y el tercer intento de segregación de Agache del municipio de Güímar

     Tras un primer intento fallido de independencia de toda la comarca de Agache que tuvo lugar en 1858, se produjo un segundo intento de segregación de El Escobonal en 1911, para unirse al municipio de Fasnia. Éste tuvo igual resultado que el anterior, pero provocó una cierta alarma en el Ayuntamiento de Güímar, que para intentar calmar los nervios de los excitados vecinos tomó algunas medidas conducentes a paliar la lamentable situación económica, social y cultural que atravesaba aquella populosa localidad, situada en el límite sur de la jurisdicción municipal. Así, en septiembre de ese mismo año 1911 la corporación municipal solicitó y obtuvo la creación de una escuela mixta de Primera Enseñanza en el citado pago de El Escobonal, en enero de 1912 solicitó y entró en funcionamiento la cartería rural del mismo, y en 1919 se construyó e inauguró su cementerio.

     Pero a medida que avanzaba esa segunda década del siglo XX la situación se fue estropeando de nuevo: se cerró la escuela, abriéndose años más tarde otras en locales inadecuados y muy mal dotados; se descuidó el mantenimiento del nuevo cementerio, que llegó a tener un estado lamentable; había escasez de agua, pues no se había construido ningún depósito público, lo que obligaba a los vecinos a ir a buscarla a las fuentes situadas cerca del monte; los caminos públicos eran intransitables, pues hacía muchos años que no se invertía en ellos ni un solo céntimo; etc. etc. Ante ese estado de cosas, los escobonaleros comenzaron a pensar de nuevo en la segregación municipal como única solución posible a sus problemas…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Faustino Campos Núñez (1846-1879), primer maestro de El Escobonal y capitán graduado de Infantería, condecorado por méritos de campaña y fallecido en la Guerra de Cuba en plena juventud

faustino-campos-nunez     Miembro de una destacada familia, con tan solo 18 años nuestro biografiado fue nombrado primer maestro de la recién creada escuela elemental incompleta del pago de El Escobonal, que regentó durante cinco años. Renunció a dicha plaza para incorporarse a la carrera militar, en la que ingresó como alférez de Milicias, empleo con el que estuvo destinado en el Batallón de Lanzarote y luego en el Batallón Ligero Provisional de Canarias, de guarnición en Santa Cruz de Tenerife, del que fue oficial de Almacén. Luego pasó con el mismo empleo de alférez al cuerpo de Infantería, se integró en el Regimiento Infantería de Toledo y durante algo más de un año estuvo de operaciones en Barcelona y Navarra, con motivo de la Guerra Carlista, en la que por los méritos contraídos en campaña se le concedió el grado de teniente y la Medalla de Alfonso XII con el pasador de Olot. Finalmente, pasó al Ejército de operaciones en la isla de Cuba, con el grado de capitán de Infantería; durante la campaña ascendió a teniente efectivo, ejerció como oficial suplente de Almacén y, por los méritos contraídos en la campaña, se le concedió la Cruz de Primera clase de la Orden del Mérito Militar. Pero cuando parecía que su brillante carrera era imparable, le sorprendió la muerte en dicha campaña de Cuba cuando solo contaba 33 años de edad, en unas circunstancias que de momento desconocemos.

     Nació en el barrio de los Majuelos de Güímar el 14 de febrero de 1846, siendo hijo de don José Antonio Campos Benítez y doña María Nicolasa Núñez. Dos días después fue bautizado en la iglesia parroquial del Apóstol San Pedro por el Dr. don Agustín Díaz Núñez, beneficiado propio de la misma; se le puso por nombre “Faustino del Santísimo Sacramento” y actuó como madrina doña Rita Rodríguez Torres…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-FAUSTINO CAMPOS NÚÑEZ

Los barcos de cabotaje que operaban en los puertos de El Escobonal (Güímar): El Tablado y Chimaje

agache-cabotaje     Desde finales del siglo XVIII hasta comienzos del XX, El Tablado se transformó en un importante puerto de cabotaje, para la entrada y salida de mercancías y personas. Por este puerto operaban los veleros que constituían casi la única comunicación de Agache con el exterior, sobre todo con Santa Cruz de Tenerife y, en menor medida, con otras islas del archipiélago. También existió en la comarca otro puerto de cabotaje de menor importancia, el llamado “Puerto del Escobo­nal”, que estaba situado en la playa de Chimaje. Los productos de exportación o importación se conducían entre El Escobonal y El Tablado por el camino del Arrastradero (La Tirada) o por el de La Corujera; mientras que con Chimaje la comunicación era a través del Arrastradero de La Montaña. Aunque con menos frecuencia, también fueron utilizados como puertos de cabotaje ocasionales las playas de Los Barrancos y La Caleta, donde desembocaban los arrastraderos de Lomo de Mena y Pájara, respectivamente. Como muestra de la importancia de la comunicación marítima, hacia 1847 la correspondencia también se enviaba por barco, recibiéndose de la administración de Santa Cruz una o dos veces en la semana, y siendo conducida por los patrones de los barquitos fleteros. Simultáneamente y desde muy antiguo, en la costa de Agache se desarrolló una limitada actividad pesquera, por lo general complementaria de las tareas agrícolas, que tuvo su máximo desarrollo en el siglo XIX.

     Los barcos dedicados a la navegación de cabotaje estaban gobernados por patrones, la mayoría de ellos escobonaleros, entre los que destacaba la saga de los Castro, los Marrero y los Bethencourt, con varias generaciones de hombres vinculados a la mar. Los que operaban por los puertos de Agache eran sobre todo veleros de pequeño porte, de los que conocemos un total de 15, algunos de ellos con base en El Tablado. En el litoral de El Escobonal se embarcaban sobre todo papas y, en menor medida, frutos, vino, cochinilla y barrilla, que los veleros conducían a la capital de la provincia. Por lo general, al día siguiente de su llegada a Santa Cruz regresaban al puerto de origen, con granos, frutos y madera, así como otras mercancías y “carga general”. También transportaban pasajeros, tanto a la ida como a la vuelta…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Fasnia-Güímar: Don Juan Cabrera González (1905-2002), carpintero, maestro armero, mecánico, tonelero, herrero, relojero y agricultor

juan-cabrera-gonzalez     Hombre de unas extraordinarias habilidades manuales, aprendió con su padre el oficio de carpintero, trabajando incluso como carpintero de ribera; además, ejerció como maestro armero, el más destacado del sur de Tenerife, así como mecánico, tonelero, herrero y relojero. Como actividad complementaria, también se dedicó a la agricultura y su principal afición fue la caza. Vivió hasta los 21 años en La Zarza (Fasnia) y luego se estableció en El Escobonal (Güímar), donde vivió la mayor parte de su vida y fue conocido como “Juanito el Carpintero”.

     Nació en Los Roques (Fasnia) el 12 de abril de 1905, siendo hijo de don Juan Cabrera Alvarado, natural de Betancuria (Fuerteventura), y de doña Francisca González Marrero, que lo era de La Zarza (Fasnia). Creció en el seno de una familia numerosa, pues tuvo siete hermanos y tres hermanas, en la que destacaron los carpinteros…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-JUAN CABRERA GONZÁLEZ

Güímar: Don Urbano Cubas Hernández (1917-1947), sargento profesional de Artillería, fallecido accidentalmente en plena juventud

Urbano Cubas Hernández     Miembro de una familia numerosa, muy apreciada en El Escobonal, don Urbano se dedicó inicialmente a la agricultura, hasta que ingresó como voluntario en el Ejército, cuando contaba tan solo 18 años de edad. Siendo artillero 2º le sorprendió el inicio de la Guerra Civil, durante la cual ascendió a cabo y se le habilitó para sargento de Artillería, prestando sus servicios en diferentes frentes. Una vez finalizada la contienda, como reconocimiento a sus méritos se le concedieron dos condecoraciones y se le ascendió a sargento provisional. Luego, tras superar el correspondiente curso de transformación, ascendió a sargento profesional de Artillería. Como tal estuvo destinado en La Palma, donde contrajo matrimonio, y luego en Santa Cruz de Tenerife, hasta que un desgraciado accidente truncó su vida en plena juventud.

     Nuestro biografiado nació en El Escobonal (Güímar) el 18 de septiembre de 1917, a las cuatro de la madrugada, siendo hijo de don Indalecio Cubas Castro y doña Leocadia Hernández Díaz. El 21 de octubre inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el cura regente don Simón Higuera y Marrero; se le puso por nombre “Urbano” y actuó como padrino su tío paterno don Evaristo Cubas Castro, de la misma naturaleza y vecindad…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-URBANO CUBAS HERNÁNDEZ

El servicio telefónico en El Escobonal y en los demás núcleos de población de la comarca de Agache (Güímar)

El Escobonal-teléfonos     Con el presente artículo queremos continuar dando a conocer cómo la comarca de Agache, en Güímar, se fue dotando de los servicios básicos. En este trabajo nos vamos a centrar en el servicio telefónico, que como todos los demás llegó a este sector del término mucho más tarde que a la cabecera municipal. En 1924 se instaló en El Escobonal la estación o locutorio telefónico, en 1933 se inauguró la centralita telefónica (hace justo 80 años) y en 1977 se colocó la primera cabina telefónica. El servicio telefónico alcanzó al mismo tiempo a La Medida, pero tardó muchas décadas en llegar a Lomo de Mena, El Tablado y los demás núcleos del litoral de Agache.

     En 1922 se subastó el tendido telefónico al Sur de Tenerife y en 1923 el Cabildo nombró varios encargados de las estaciones telefónicas del Sur, entre ellos: “Del Escobonal, a don Graciliano Díaz Díaz” y “De La Medida, a la señorita Aurora Castro Díaz”. Suponemos que ambas estaciones fueron inauguradas por entonces, llegando a ambos pueblos tan importante servicio que, no obstante, se limitaba a sendos locutorios telefónicos. Luego, en 1932, la Comisión Gestora del Cabildo insular de Tenerife aprobó la instalación de un cuadro o centralita telefónica en El Escobonal, que fue inaugurado al año siguiente en la casa de don Graciliano. En los años sesenta se instaló por fin un locutorio telefónico en una casa particular de Lomo de Mena. En esa década, la centralita de El Escobonal fue suprimida y los abonados del pueblo fueron agregados a la central de Fasnia. En 1972 estos pueblos se enlazaron con la Red Automática provincial de la Compañía Telefónica, se mantuvo dicho vínculo con Fasnia, pues los teléfonos de El Escobonal y Lomo de Mena comenzarían con el prefijo 53, al igual que Fasnia, mientras que los restantes del municipio de Güímar lo harían con el prefijo 51, incluidos los de La Medida y Pájara. Aún habrían de pasar varios años, hasta principios de los ochenta, para que Lomo de Mena, El Tablado y los demás núcleos del litoral de Agache dejasen de ser considerados extrarradio y se permitiese la conexión a todos los vecinos, en las mismas condiciones que el resto de los barrios del municipio, que ya eran considerados urbanos, por lo que el servicio telefónico llegó tarde al vecindario de todos estos núcleos. Simultáneamente, la comarca se fue dotando de las cabinas telefónicas que se venían solicitando desde hacía algunos años…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

La tradición de la lucha canaria en Lomo de Mena (Güímar)

Lomo de Mena-lucha canaria     Hasta principios del siglo XX en los pueblos del Sur no existían equipos de lucha organizados, sino bandos, sin número limitado de luchadores, que se enfrentaban con los de otro pueblo, o se integraban en una selección de la vertiente meridional de la isla que competía con otra del Norte. La lucha era corrida y cada vez que un luchador derribaba a un contrario comenzaba a dar vueltas al terrero para que le saliera otro rival, pero si a la tercera vuelta no se le enfrentaba ninguno, el bando al que pertenecía el luchador vencedor se anotaba la victoria. Como curiosidad, los pantalones de brega se elaboraban con tela obtenida inicialmente a partir de sacos de pita, luego de azúcar.

     En el núcleo agachero de Lomo de Mena (Güímar) se formó un primer bando de lucha canaria en los años treinta del siglo pasado. Entre los luchadores que lo integraban destacó enseguida don Domingo Díaz Perdomo (“El de Bladimira) y los tres hermanos “Gatos Zorros”, Horacio, Odón y Raimundo, quienes junto con el anterior eran los puntales. Tras la disolución de este primer bando, a finales de los años cuarenta se volvió a formar un nuevo equipo en la comarca, con luchadores de Pájara, La Medida y Lomo de Mena, que recibió el nombre de “C.L. Aires de Agache”. Luego, hacia 1956 se fundó un equipo juvenil en Lomo de Mena, organizado por Julián Díaz y Díaz (“El Cartero”), que fue su auténtico animador; se le puso por nombre “C.L. Calvario” y estaba compuesto por luchadores de este barrio y de los vecinos de La Medida y Pájara, entre ellos: Mariano Díaz Hernández (“Marianito”) y su hermano Felipe; Benjamín Lugo Peraza (“Pollo de Pájara”); Sixto Izquierdo, de La Medida; Eliseo Rodríguez, de Amea; Esteban Gómez Díaz (“Casco Brezo”) y su hermano Hipólito (“Polo”); Luis Leandro Expósito (“Luisillo”); Domingo Rodríguez García (“El de Abelardo”); Tomás “Tomasito”; etc. Muchos de ellos pasaron al “C.L. Benchomo” de El Escobonal, al constituirse este club en 1960. Finalmente, recordando la estela dejada por este equipo aficionado, a comienzos de los años setenta se intentó formar otro equipo en el seno del Teleclub “Nuestro Pequeño Mundo” de Lomo de Mena, pero esa iniciativa se truncó antes de celebrar ningún encuentro…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Domingo Octavio Rodríguez Díaz (1922-1991), agricultor, carpintero y músico

Octavio Rodríguez Díaz     Hace 25 años falleció un conocido escobonalero, un hombre sencillo que trabajó intensamente por mantener la tradición artesana y musical de su pueblo. Se inició en el trabajo como agricultor, para luego ejercer como carpintero durante la mayor parte de su vida, profesión que enseñó a varios jóvenes de la localidad, que luego pudieron abrir sus propios talleres en distintos puntos de la geografía isleña. Además, desde su niñez tuvo una fuerte vocación musical, hasta el punto de que en su adolescencia elaboró varios violines con sus propias manos, para su propio uso; lo mismo hizo muchos años más tarde con un bombo, un redoblante y una guitarra eléctrica; durante toda su vida destacó en la reparación de instrumentos de cuerda. Fue cofundador y director de dos orquestas de baile, “La Alegría” (o “Los Peregrinos”) y “Ritmos del Sur”; y miembro del coro parroquial y de la rondalla de pulso y púa de El Escobonal, así como de la primera rondalla folclórica de este pueblo, de su sucesora “Axaentemir” y de la del “Club de la Tercera Edad” de Güímar. Asimismo, colaboró fielmente en las Fiestas Patronales de San José y en diversas obras comunitarias. Cuantos le conocieron coinciden en afirmar que era de las pocas personas que no tenía enemigos.

     Me costó decidirme a escribir esta biografía, por estar convencido que será sometida a una crítica mucho más intensa que las otras que he incorporado a este blog, dados los estrechos vínculos que me unen con este personaje. Pero, tras meditarlo mucho, lo he hecho porque creo que sería una injusticia no dar a conocer su intensa trayectoria profesional y vocacional.

     Nuestro biografiado nació en El Escobonal (Güímar) el 22 de noviembre de 1922, a las dos de la tarde, siendo hijo de los agricultores don Juan Rodríguez Yanes y doña Benilda Díaz Hernández, naturales y vecinos de dicho pueblo en El Barranco; no obstante, cosas de la época, sería apuntado por su padre como nacido el 13 de enero siguiente, para que cambiase de reemplazo, a efectos del servicio militar. El 5 de marzo de 1923 fue bautizado en la iglesia de de San José, pero inscrito en la parroquia San Pedro de Güímar por el Dr. Juan Jesús Amaro Díaz, cura ecónomo de la misma; se le puso por nombre “Domingo Octavio” y actuaron como padrinos don Gregorio Leandro y doña Pilar Castro. Se le conoció siempre entre sus paisanos por su segundo nombre, Octavio…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-OCTAVIO RODRIGUEZ DIAZ

Güímar: Don Teodoro Campos Yanes (1930-2000), barbero, agricultor, chófer y destacado folclorista

Teodoro Campos Yanes     El presente artículo está dedicado a un entrañable personaje, don Francisco Campos Yanes, conocido por todo el mundo como “Teodoro”, por muchos como “Calinga” y por los amigos más íntimos como “Terete”, agricultor, barbero, chófer y destacado folclorista, a quien me unían estrechos lazos de amistad, pues nací y me crié cerca de su casa y durante mi infancia y juventud fui un fiel cliente de su barbería. Hombre alegre, con un gran sentido del humor, servicial y parrandero, fue una buena persona, a la que todo el mundo apreciaba.

     Nuestro biografiado nació en El Escobonal (Güímar) el 3 de abril de 1930, siendo hijo del popular cabrero don Zacarías Campos Cruz, natural de Fasnia, y de doña Bárbara Yanes Díaz, que lo era de la primera localidad. El 4 de agosto de ese mismo año fue bautizado en la iglesia parroquial de San José por el cura encargado, don Domingo Pérez Cáceres; se le puso por nombre “Francisco” y actuaron como padrinos don Pablo Rodríguez Torres y doña Ángela Pérez García…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Miguel Campos Yanes (1855-1925), labrador, cabo de la Guardia Provincial, conserje de la Capitanía General de Canarias, molinero, sargento de la Guardia Municipal de La Laguna y cabo de la de Santa Cruz de Tenerife

Miguel Campos Yanes     Nuestro biografiado comenzó su actividad laboral como labrador en su pueblo natal. Luego ingresó como guardia 2º voluntario en la Guardia Provincial, en la que ascendió luego a guardia 1º y a cabo; con este empleo fue comandante de dicho instituto en el puesto de La Palma y luego conserje de la Capitanía General de Canarias. Tras obtener su retiro, regentó un molino de harina en Tegueste y posteriormente obtuvo una plaza de sargento en la Guardia Municipal de La Laguna. Finalmente, pasó a la Guardia Municipal de Santa Cruz de Tenerife, en la que ocupó sucesivamente las plazas de guardia de 2ª, guardia de 1ª y cabo interino.

     Nació en el pago de El Escobonal (Güímar) el 8 de mayo de 1855, siendo hijo de don Juan Campos Díaz y doña Petra Yanes Delgado. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por el presbítero don Pedro Pérez Fariña, teniente del Dr. don Agustín Díaz Núñez, examinador sinodal, beneficiado curado propio de la misma y sus anejos, y arcipreste juez eclesiástico de dicho pueblo y su partido; se le puso por nombre “Miguel” y actuó como padrino el abuelo materno don Domingo Yanes…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-MIGUEL CAMPOS YANES