La ermita de San Antonio de Padua de La Medida (Güímar). Construcción, bendición y trayectoria hasta su elevación a Parroquia

La Medida-Ermita antigua-2      Este año se ha cumplido el 60 aniversario de la bendición solemne de la ermita de San Antonio de Padua en La Medida (Güímar). Por este motivo, el 13 de junio se celebró un acto conmemorativo, con gran asistencia de público, que consistió en una conferencia del cronista oficial del municipio, misa concelebrada por el actual y varios antiguos párrocos, y procesión hasta las proximidades de Pájara, donde se bendijo el nuevo descanso habilitado para la imagen titular.

     A lo largo de la historia, los vecinos de La Medida y Pájara han sufrido muchas dificultades para asistir a misa o recibir el bautismo, la confirmación, el matrimonio y el oficio de entierro, pues sus antepasados tuvieron que desplazarse primero a Candelaria, a la iglesia auxiliar de la Cueva de San Blas (durante 37 años, desde 1497 hasta 1534); luego a Güímar (durante nada menos que 427 años), inicialmente a la iglesia de San Juan Bautista, luego a la de San Pedro Apóstol y finalmente a la de Santo Domingo de Guzmán; y solo desde 1953 (en los últimos 60 años) han podido asistir a Misa en su propia ermita y desde 1967 (en los últimos 46 años y medio) han podido celebrar los Sacramentos en su Parroquia de San Antonio de Padua.

     Tras la creación de la nueva Parroquia de San José de El Escobonal en 1929, segregada de San Pedro, pasó a depender de ella el núcleo de Lomo de Mena, pero los vecinos de La Medida y Pájara continuaron adscritos a la Parroquia Matriz de Güímar, a la que acudían para asistir a la Eucaristía y celebrar los distintos Sacramentos. Pero el vecindario de dichos pagos quería tener un templo propio, en el que por lo menos pudiesen asistir a Misa, sin tener que desplazarse hasta la cabecera municipal…

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Güímar: Don Francisco Delgado Trinidad (1774-1817), capellán, capitán de Milicias, alcalde y apoderado de Güímar, colonizador de Aguerche (El Escobonal) y fundador de El Tablado

     Pocas familias del Sur de Tenerife pueden preciarse de contar con un número tan elevado de miembros destacados como la Delgado-Trinidad, extendida por Güímar, Arico y Santa Cruz de Tenerife, pero oriunda de Adeje y Fasnia, con legítima sangre guanche por sus venas. En su seno sobresalieron numerosos militares (incluyendo un general y un coronel), políticos (alcaldes, diputados provinciales y diputados a Cortes), clérigos, etc.

     En este trabajo vamos a recordar a uno de estos hombres, don Francisco Delgado Trinidad, que fue un destacado militar, político y propietario, colonizador en la práctica del caserío de Aguerche y fundador de El Tablado, en el pueblo de El Escobonal. Inicialmente se le adjudicó una capellanía, pero no sintió la llamada vocacional y renunció a la vida eclesiástica. Luego siguió la carrera militar, que inició como subteniente de Artillería, para luego ascender a teniente del mismo cuerpo, con el que fue agregado al Regimiento Provincial de Güímar; posteriormente ascendió a capitán de Milicias y fue gobernador de las armas de su pueblo natal. Asimismo ocupó diversos cargos de responsabilidad política en Güímar, entre ellos los de alcalde real en dos períodos y “Apoderado General de la Justicia, Ayuntamiento y vecinos de Güímar” para actuar en dos expedientes.

     Nuestro biografiado nació en el municipio de Güímar el 2 de abril de 1774, siendo hijo del capitán don José Delgado Trinidad y Díaz y doña Antonia María Hernández de la Rosa, vecinos y naturales de dicho lugar. El día 10 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por Fray Andrés Gómez (presbítero de la Orden de Predicadores, morador en el convento de Santo Domingo Soriano de la localidad, capellán de la ermita de San José de El Escobonal y recordado “profeta”), con licencia de don José Fernández Camillón, venerable beneficiado de dicha parroquia y de Santa Ana de Candelaria; se le puso por nombre “Francisco María de los Dolores Benito” y actuó como padrino por el entonces capitán don Bernardo de Torres Marrero…

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Los aprovechamientos de agua en Agache (Güímar) hasta el primer tercio del siglo XX, una lucha constante contra la sequía

OLYMPUS DIGITAL CAMERA      Este artículo es la primera contribución al estudio de la importancia que el agua ha tenido siempre en la Comarca de Agache (Güímar). En primer lugar recordamos cómo este elemento líquido, durante millones de años ha ido erosionando la superficie del terreno hasta formar la maraña de barrancos que hoy la configuran. Luego analizaremos la constante lucha del agachero contra la pertinaz falta de agua en esta tierra, desde de los ritos de sequía guanches, de los que queda como testimonio el bello Bailadero de El Escobonal. La mayor parte del trabajo está dedicada al aprovechamiento de las aguas naturales, de charcos, pilones, eres, fuentes y manantiales, con las medidas de control dictadas por las autoridades, tanto para su justo reparto, debido a su escasez, como el necesario control higiénico-sanitario, dedicando especial atención a la acuciante necesidad de agua en el primer tercio del siglo XX. Acabaremos recordando el revulsivo que supuso la construcción del “Acueducto del Escobonal” o “Canal de Güímar”, que permitió el regadío en una amplia franja de esta comarca, cuando ya comenzaban a perforarse las primeras galerías. Los restantes aspectos de la historia del agua en Agache los dejamos para otra ocasión.

      El agua forma parte de la naturaleza e historia de la Comarca de Agache. Incluso en su propia configuración orográfica ha tenido mucho que ver la erosión hídrica, que la ha surcado de profundos barrancos, más o menos paralelos en sus cursos principales, pero ramificados en múltiples afluentes. Entre los barrancos más importantes cabe citar los siguientes: el de Her­ques, considerado uno de los más notables de Tenerife, que nace en Izaña con el nombre de Guaco y se ramifica en numerosos afluentes a medida que desciende, siendo el más impor­tante el de Archifira que enlaza por su derecha procedente de los altos de Fasnia; la suma de todos ellos supone casi la totalidad de la cuenca hidrográfica de la cumbre de la comarca. A partir de los 1.000 m.s.m. se mantiene más o menos uniforme hasta su desembocadura en la playa del Callao y, gra­cias a los elevados escarpes de sus laderas, impresiona desde cualquiera de los puntos en que se permite su contemplación. Rico en flora canaria, así como en cuevas y yacimientos aborígenes (en él se descubrió la necrópolis guanche más importante de la isla), lo cruza la serpenteante calzada del antiguo camino real, que conserva su empedrado en un tramo de gran belleza, y uno de los puentes de mampostería más altos de la isla lo salva para permitir el paso de la Carretera General del Sur….

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Güímar-Fasnia: Don Domingo de Castro y Baute (1770-1838), clérigo minorista, sochantre y notario público de Fasnia, escribiente, agrimensor, cirujano, curandero, labrador y marinero

       Al igual que su hermano Juan, nuestro biografiado inició la carrera eclesiástica, pero la abandonó cuando ya era clérigo minorista. No obstante, parte de los conocimientos adquiridos le sirvieron después de que su hermano fuese nombrado párroco propio de Fasnia, pues en esta parroquia desempeñó durante muchos años los cargos de sochantre y notario público eclesiástico. Asimismo, al ser una de las personas más preparadas de la comarca, ejerció los oficios de escribiente, agrimensor, cirujano y curandero; incluso en un corto período actuó como secretario acompañado del Ayuntamiento de Fasnia. Al margen de dichas responsabilidades, fue un destacado propietario agrícola de El Escobonal, donde era el único vecino que llevaba el título de “Don”; en este pueblo transcurrió casi toda su vida y trabajó, además, como labrador y marinero.

     Este destacado personaje nació en el pago de Chimaje, como por entonces se conocía a El Escobonal (Güímar), el 13 de diciembre de 1770, siendo hijo de don Ignacio de Castro “El Menor”, y doña María de León Delgado Baute. El 22 de dicho mes fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por Fray Vicente Arturo, de la Orden de predicadores y director del Santísimo Rosario del Convento de Güímar, con licencia del beneficiado don Joseph Fernández Camillón; se le puso por nombre “Domingo” y actuó como padrino su tío don Gaspar Delgado de Baute…

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Güímar-Fasnia: Don Gaspar Delgado y Baute (1740-1814), cabo de Milicias, promotor de la independencia de Fasnia, mayordomo de la fábrica parroquial, apoderado, alcalde real y síndico personero

El Escobonal-6      Don Gaspar Delgado Baute fue un hombre sencillo, un labrador que venció su falta de ilustración con una gran inteligencia, llegando a ocupar una posición social privilegiada en el pueblo de Fasnia de finales del siglo XVIII. Alcanzó el empleo de cabo de Milicias en el Regimiento Provincial de Güímar y, aunque era natural de El Escobonal, fue uno de los promotores de la independencia de la Parroquia y del Ayuntamiento de Fasnia; hizo una imposición perpetua a favor de la lámpara del Santísimo Sacramento de la parroquia y resultó proclamado como uno de los comisarios electores que a su vez debían elegir a la primera corporación local. En ésta ocuparía sucesivamente y con gran acierto, a pesar de ser analfabeto, los cargos de apoderado para asistir al Cabildo abierto, alcalde real y síndico personero; fue asimismo mayordomo de la fábrica parroquial y discreto de la Cofradía del Rosario. Dos de sus hijos también llegaron a la alcaldía de Fasnia, don Carlos y don José Delgado Llarena, el primero de los cuales ostentó además el empleo de teniente de Milicias.

      Nuestro biografiado nació en el pago de El Escobonal el 24 de abril de 1740, siendo hijo de don Juan Delgado Baute, natural de Tijoco (Adeje), y de doña María Delgado de León, que lo era del citado pago. Recibió las aguas bautismales en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro de Güímar el 1 de mayo inmediato, de manos del beneficiado don Domingo de Paes y Galdona; se le puso por nombre “Gaspar” y actuó como padrino don Gaspar Pérez Delgado…

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Antiguas familias de Agache (Güímar): los Mujica de El Escobonal

El Escobonal-7     En este artículo genealógico intento recoger el origen y la evolución del apellido Mujica en El Escobonal, que está a punto de desaparecer en este pueblo tras algo más de un siglo y medio de su establecimiento en el mismo. Curiosamente, este apellido figuró inicialmente como “Moxica”, luego como “Mogica” y, finalmente, como “Mujica”. Hemos seguido la línea directa desde el fundador de este clan familiar, don José Lorenzo Moxica Pérez, hasta llegar en la quinta generación a los hermanos Mujica Frías, que viven en Santa Cruz de Tenerife, cuyos hijos y nietos aún mantienen el apellido.

     Don José Lorenzo Moxica nació en la villa de Gáldar (Gran Canaria) el 9 de agosto de 1822, siendo hijo de don Ignacio Moxica Ruiz y doña Juana Nieves Pérez de Guzmán, de la misma naturaleza. Una vez avecindado en Güímar, el 18 de marzo de 1850, a los 27 años de edad, contrajo matrimonio en la parroquia de San Pedro de dicho pueblo con doña Antonia Marrero Hernández, de 35 años, natural y vecina de El Escobonal, hija de don José Marrero y doña María de las Nieves Hernández. Ejerció como maestro de mampostería en dicho pago de El Escobonal, profesión equivalente a la actual de albañil o maestro de obras; como tal, en 1860 fue nombrado perito del Ayuntamiento de Güímar…

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La cartería u oficina de Correos de El Escobonal (Güímar). Un siglo de historia (1912-2012)

Correos-Escobonal     A lo largo del siglo XX se fue completando la dotación de servicios en los olvidados pueblos del Sureste de Tenerife, entre los que se encontraba El Escobonal y los restantes núcleos de la Comarca de Agache, que vieron como la mayoría de ellos llegaban muchas décadas después de que lo hicieran en la cabecera municipal, a pesar de pertenecer al mismo término y pagar los mismos impuestos. En 2012 se cumplió el primer Centenario de la creación en El Escobonal de la primera Cartería u oficina de Correos de Agache y, con este motivo, recordamos como llegó hasta esta localidad un servicio tan básico para la población.

    A mediados del siglo XIX ya existía una Cartería o Administración de Correos en Güímar, de carácter estatal, de la que inicialmente dependieron las Carterías municipales de Candelaria, Arafo y Fasnia. Entre 1891 y 1908, el servicio de conducción diaria de la correspondencia por el Sureste de la isla se sacó a subasta pública a través de dos medios: de Santa Cruz a Güímar en carruaje de cuatro ruedas (el “coche correo del Sur”) y de Güímar a Arico a caballo, a pesar de que la Carretera General del Sur llegaba por entonces hasta El Escobonal…

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Las primeras escuelas de El Escobonal (1864-1919). La larga lucha por conseguir la escolarización en el mayor pago de Güímar

Escobonal-1930 (Foto G. Díaz)     Se ha repetido tantas veces la tópica expresión “Un pueblo sin cultura no puede ser un pueblo libre”, que nunca nos hemos detenido a pensar en que esa generalización cuenta con ejemplos tan próximos a nosotros, que forman parte consustancial de nuestra propia historia. Tal es el caso de la larga historia de la conquista educativa en El Escobonal (Güímar), a la que vamos a dedicar el presente artículo. La lucha de los vecinos de este pueblo por acceder a su derecho a la educación comenzó a mediados del siglo XIX, cuando el 95 % de los mismos eran analfabetos, y solo sabían leer y escribir los pocos que habían aprendido con dos cultos hermanos escobonaleros, el ilustre presbítero don Juan de Castro y Baute y el polifacético don Domingo de Castro y Baute, quienes murieron en dicha localidad después de haber desarrollado una gran labor religiosa, educativa y social. Algunos otros agacheros afortunados pudieron trasladarse temporalmente a vivir en Güímar con algún familiar, o se acercaban hasta allí diariamente caminando durante horas por el antiguo camino real, para asistir a la escuela pública que se había creado en 1796.

            Con los datos anteriores, a los que se unía un abandono secular en el resto de las necesidades sociales de Agache, no es de extrañar que en 1858 los vecinos de esta comarca elevaran una instancia al subgobernador civil de las Canarias occidentales solicitando la creación de un Ayuntamiento para los pagos de El Escobonal, Lomo de Mena, La Medida y Pájara, segregado del municipio de Güímar; apoyaban la solicitud en once fundamentos, siendo uno de ellos: “la completa carencia de escuela pública ni privada”. Pero este argumento fue refutado en el Pleno del 1 de agosto de dicho año por la corporación municipal, en la que por entonces no había ningún representante de Agache, del siguiente modo: “Este Ayuntamiento no cuenta potestad para poner escuelas públicas en los caseríos, y si han existido y existen una de niños y otra de niñas en esta cabeza de Distrito para los alumnos que aspiren a su enseñanza en todo el radio de su demarcación municipal, la carencia de las privadas no es culpabilidad de este Cuerpo, y si exclusivamente de la indolencia de los vecinos que no queriendo aprovecharse de las públicas deben por sí crear privadas”. Además, argumentaba que los vecinos segregados no podrían cubrir los gastos ordinarios de un Ayuntamiento, entre ellos los ocasionados por “maestro y maestra de escuela” y “gastos materiales de la misma”. Téngase en cuenta que, por entonces, la única vía de comunicación entre El Escobonal y la cabecera municipal, donde estaban las escuelas elementales, era el Camino Real y la distancia que los separaba suponía unos diez kilómetros, a pie o en bestia. No hace falta decir que este intento de segregación no prosperó.

       A pesar de lo argumentado, seis años después de este fallido intento de segregación, en 1864, el Ayuntamiento de Güímar creó una escuela incompleta en el pago de El Escobonal, aunque por sugerencia del inspector de Primera Enseñanza de la Provincia, y alquiló un local para escuela y habitación del maestro por 180 reales. Permaneció abierta durante 17 años, hasta 1881 en que fue suprimida; en ese tiempo la regentaron dos hermanos güimareros, don Faustino y don Bernardo Campos Núñez. A partir de entonces se alternaron las escuelas privadas con las públicas, más algunos períodos sin ninguna de ellas, hasta que por Real Orden de 28 de febrero de 1919 (Gaceta del 11 de marzo) se crearon definitivamente las escuelas unitarias de niños y niñas de El Escobonal, que ya no se han visto interrumpidas hasta la actualidad, viéndose incrementadas en diversas unidades en el último siglo, hasta configurar el actual Centro de Educación Infantil y Primaria “Agache”. En este trabajo nos vamos a ocupar de esa etapa inicial, de 1864 a 1919, en que esta comarca trató de conseguir la necesaria escolarización…

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Güímar-Fasnia: Don Juan de Castro y Baute (1766-1844), profesor, cura servidor de Arico, notario público, primer párroco de Fasnia y prebendado de la Catedral de Tenerife

Casa del Cura-Escobonal    Este artículo está dedicado a uno de los escobonaleros más ilustres de todos los tiempos, el prebendado don Juan de Castro Baute. Tras conseguir que su padre fundara a su favor un Patrimonio vitalicio y una Capellanía perpetua, se pudo ordenar de sacerdote. Como tal, regentó en Güímar, durante dos años, una escuela con estudio de Latinidad. Luego fue el primer cura de Fasnia, al crearse la parroquia de San Joaquín, aunque en concepto de párroco interino. Tras cesar en ella, fue nombrado cura servidor de Arico. Con posterioridad volvió a Fasnia como teniente de cura, notario público y párroco propio, por lo que estuvo ligado a esta parroquia durante 23 años. Finalmente, dado el prestigio de que ya gozaba entre el clero canario, al crearse la Diócesis Nivariense fue nombrado racionero medio del nuevo Cabildo Catedral de Tenerife, importante responsabilidad en la que permaneció durante 22 años y a la que renunció para retirarse en su querido pueblo natal, El Escobonal, donde pasó los últimos años de su vida como mero capellán de la ermita de San José, querido y respetado por todos sus paisanos. Desde 2013 da nombre a la plaza de la Iglesia Vieja de Fasnia.

      Nuestro biografiado nació en El Escobonal (por entonces conocido como pago de San José) el 25 de marzo de 1766, siendo hijo de don Ignacio de Castro y doña María de León Delgado Baute, naturales y vecinos de dicho pago en el Lomo de Bayón. El 1 de abril inmediato fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Güímar por Fray José Infante, de la Orden de San Francisco, beneficiado servidor de dicha iglesia y de Ntra. Sra. Santa Ana de Candelaria, quien le impuso el óleo con el nombre “Juan Francisco”; actuó como padrino don Luis Rodríguez Truxillo. Estuvieron presentes en dicha ceremonia sus abuelos paternos don Ignacio de Castro y doña Ana García, y los maternos don Juan Delgado de Baute y doña María de León…

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El callejero de El Tablado (Güímar): la razón de unos nombres

Plano-calles-Tablado-2      El Tablado, como todos los pueblos, está configurado por una plaza y un entramado de calles, más estrechas y sinuosas las antiguas, más anchas y rectas las recientes. Para identificarlas, a cada vía se le ha dado un nombre vinculado al propio caserío o a la comarca en la que se asienta. Este es el motivo del presente trabajo, desentrañar los nombres que figuran en el callejero de esta pequeña pero acogedora localidad costera de la Comarca de Agache.

     El Tablado figuró por primera vez como entidad de población en el censo de 1920, pues hasta entonces estaba incluido en El Escobonal; en dicho año ya tenía la categoría de caserío y contaba con 6 edificios de un piso y 5 cuevas, en total 11 posibles viviendas, sólo habitadas accidentalmente. La estructura del núcleo se mantuvo prácticamente igual hasta 1950, en que el número de viviendas (incluyendo las cuevas) era de 16, solamente habitadas con carácter temporal. El salto se produjo en la década de los cincuenta, cuando los propietarios de la mayor parte de los terrenos que pertenecían a la Finca de Cano, don Carlos Reyes González de Mesa y su esposa doña María Elisa Fuentes Cullen, procedieron a vender numerosas parcelas en dicho caserío a bajo precio; por ello, en 1960 el núcleo ya constaba de 70 viviendas, cuyos propietarios habían construido dos años antes un estanque de agua potable. Así comenzó su desarrollo actual, como lugar de segunda residencia, descanso y veraneo de los escobonaleros…

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