Güímar: Don Eladio Pérez García (1913-1938), jornalero y medianero agrícola, obrero estibador y sargento provisional de Ingenieros Zapadores, fallecido en la Guerra Civil

Eladio Pérez García     Miembro de una modesta familia de agricultores, nuestro biografiado se dedicó desde su adolescencia a las labores agrícolas, primero como jornalero y luego como medianero en Güímar. Prestó su servicio militar en Santa Cruz de Tenerife, en el Grupo de Ingenieros, en el que alcanzó el empleo de cabo 1º, con el que fue licenciado; por entonces, tuvo un gesto altruista, que fue muy elogiado por sus superiores y la prensa. Posteriormente trabajó como obrero estibador en el puerto de la capital, dedicado a la carga y descarga de buques, empleo del que fue despedido por secundar el paro convocado contra el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Pero en ese mismo mes fue movilizado con motivo de la Guerra Civil, como cabo del Grupo Autónomo Mixto de Zapadores y Telégrafos, siendo destinado inicialmente a prestar sus servicios en el puerto de Santa Cruz y, poco después, embarcó para el frente con la 1ª compañía de Zapadores Expedicionaria del citado Grupo, en la que ascendió a sargento provisional, empleo con el que perdió la vida, a consecuencia de un balazo en la cabeza en Robledo de Chavela, cuando solo le faltaba un día para pasar a retaguardia.

     Nació en el núcleo agachero de Pájara (Güímar) el 18 de febrero de 1913, a las dos de la madrugada, siendo hijo de don Gregorio Pérez García y doña Hortensia Andrea García Torres, labradores, naturales y vecinos de dicha localidad en el Lomo de Pájara. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol de Güímar por don Hildebrando Reboso y Ayala, “Cura Párroco propio de la Degollación de S. Juan Bautista de Arafo con anuencia del Cura Párroco propio de ésta”; se le puso por nombre “Eladio Juan” y actuó como madrina doña Flora García Díaz…

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Artículo-ELADIO PÉREZ GARCÍA

Arico: Don Carlos de Morales (1696-1756), Licenciado en Teología, presbítero, capellán de Arico y mayordomo de la ermita santuario de Ntra. Sra. de las Mercedes en la Punta de Abona

Carlos de Morales     Miembro de una ilustre familia de militares, nuestro biografiado decidió seguir la carrera eclesiástica y, tras obtener la capellanía fundada por un tío abuelo, el capitán don Pedro García del Castillo, recibió las órdenes sagradas hasta el Presbiterado y el título de Licenciado en Sagrada Teología. Tras su ordenación se incorporó como capellán a la parroquia de San Juan Bautista de Arico, en la que durante 35 años colaboró con los distintos párrocos. Además, desempeñó el cargo de mayordomo de la ermita de Ntra. Sra. de las Mercedes en la Playa de Abona y dejó fundado un vínculo sobre sus bienes.

     Nació en Arico el 27 de mayo de 1696, siendo hijo del capitán don Esteban de Morales y doña Marta Delgado. El 1 de junio inmediato fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista por el cura párroco don Juan Ordoño Morales de Cabrera; se le puso por nombre “Carlos” y actuaron como padrinos el Lcdo. don Francisco Quixada y doña Sebastiana María, “todos vos. y nats. de dicho lugar”…

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Artículo-CARLOS DE MORALES

Relación de alcaldes del municipio de Arafo

arafo-alcaldes     Conocemos casi todos los alcaldes que ha tenido la jurisdicción de Arafo desde su independencia municipal, salvo algunas pequeñas lagunas en los libros de oficios y de actas. Además, gracias a otros archivos locales, insulares y regionales, tanto públicos como privados, hemos podido elaborar una lista bastante completa de las personas que con anterioridad a dicha fecha ocuparon la Alcaldía del amplio término comarcal del que Arafo formaba parte en el Antiguo Régimen, desde el siglo XVI al XVIII. La jurisdicción de estos alcaldes ha variado a lo largo del tiempo, pues en un principio abarcaba a la comarca sureste, que incluía a los actuales municipios de Candelaria, Arafo, Güímar y Fasnia. En 1723 se redujo, al segregarse Fasnia, que inicialmente se integró en Arico. Hacia 1770, Candelaria y Arafo se separaron de Güímar, integrándose bajo una misma alcaldía. Finalmente, en 1798 se segregó Arafo de Candelaria, quedando el término reducido a sus límites actuales. Como curiosidad, entre el 30 de octubre y el 29 de noviembre de 1868 coexistieron en Arafo dos alcaldes, elegidos por sendas juntas locales, que tuvieron que ser destituidos por la superioridad para restaurar el orden público.

     Como curiosidad, de los 87 alcaldes que conocemos (sólo referido a los destacados en negrilla), pues muchos repitieron en el cargo, el récord de permanencia en la alcaldía lo ostenta don Domingo Calzadilla Ferrera, con 36 años y medio consecutivos, seguido por: don Jerónimo Monje Marrero (algo más de 26 años), don Tomás de Mesa Pérez (unos 10 años y medio, en tres etapas), don Esteban Núñez Pérez (unos 7 y medio, en tres etapas), don Antonio Torres Campos (casi 6 años) y el actual, don José Juan Lemes Expósito (5 años y medio, hasta el momento). Con respecto al lugar de nacimiento, si nos limitamos al período en el que la alcaldía sólo ha abarcado al actual municipio de Arafo, desde 1798 hasta el presente, conocemos a ocho alcaldes que no han nacido en este municipio: don Domingo González García (de Santa Cruz de Tenerife), don Jerónimo Monje Guzmán (de Santa Úrsula), don Antonio Mederos Sosa (de Santa Cruz de Tenerife), don Juan Jerónimo Galdona Delgado (de Güímar), don José Gutiérrez Gutiérrez (de La Victoria de Acentejo), don Juan Miguel López González (de Santa Cruz de Tenerife, aunque era oriundo de Arafo), don Domingo Calzadilla Ferrera (de Santa Úrsula, aunque era oriundo de Arafo) y don José Juan Lemes Expósito (de Güímar). Como curiosidad, hasta el momento ninguna mujer ha ostentado la alcaldía como titular…

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Artículo-ALCALDES DE ARAFO

Candelaria: Don Pedro Alonso Ruiz (1845-1887), agricultor, sargento 2º de Milicias, comandante de armas de Candelaria, tallador de quintos en el Ayuntamiento y emigrante a Cuba, donde falleció

pedro-alonso-ruiz     Fue uno de los personajes más relevantes que nacieron y vivieron en el pequeño caserío de Pasacola, situado entre Igueste y Barranco Hondo. Entró a servir como soldado de Milicias en la 6ª compañía del Batallón Ligero Provincial de La Laguna nº 1 de Canarias, en el que luego ascendió a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º. Con este empleo fue nombrado comandante de armas de Candelaria, al ser el militar de mayor graduación que residía en dicho municipio, siendo designado también tallador de quintos en el Ayuntamiento. Después de licenciado emigró a Cuba para mejorar su fortuna, pero allí le sorprendió la muerte siendo aún bastante joven, por lo que su numerosa familia quedó sumida en la pobreza.

     Nació en el caserío de Pasacola (Igueste de Candelaria) el 18 de enero de 1845, siendo hijo de don Gregorio Salvador Alonso y Díaz y doña Juana María Ruiz Pérez. Seis días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura párroco don Juan Núñez del Castillo; se le puso por nombre “Pedro” y actuó como padrino don Nicolás Alonso, natural y vecino del pago de Igueste. Como curiosidad, la partida de bautismo no fue asentada a su debido tiempo, por lo que tuvo que hacerse el 31 de agosto de 1872, en virtud de un auto del gobernador eclesiástico del Obispado…

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Artículo-PEDRO ALONSO RUIZ

Arona: Don Román Peña y Medina (1854-1933), Bachiller en Filosofía, maestro nacional, emigrante, propietario, prestamista, jurado judicial, vocal de un tribunal de oposiciones y secretario de la Asociación de Maestros Nacionales de La Laguna

roman-pena-medina     Perteneciente a una familia acomodada, nuestro biografiado fue un prestigioso docente que, tras obtener el título de Bachiller en Filosofía, comenzó su carrera ejerciendo como maestro interino de Arona. Luego cursó estudios en Madrid, donde convivió y entabló gran amistad con el médico don Tomás Zerolo Herrera y el pintor don Valentín Sanz Carta. Ingresó en el Magisterio por oposición, pero pidió excedencia para emigrar a Cuba. A su regreso, adquirió algunas propiedades en Adeje, reclamó la herencia de su madre y solicitó sin éxito una plaza de maestro en La Laguna. Posteriormente se estableció en Adeje, donde ejerció como maestro particular; por entonces solicitó los cargos de juez municipal y fiscal municipal de dicha villa, que no obtuvo, aunque sí fue nombrado jurado judicial y actuó como prestamista. Reincorporado al Magisterio público, obtuvo en propiedad la escuela de niños de Teguise, de la que pasó por concurso de traslado a la de Villa Abajo, en La Laguna; por entonces fue nombrado vocal de un tribunal de oposiciones y elegido secretario de la Asociación de Maestros Nacionales de dicha ciudad. Finalmente, pasó a desarrollar su labor docente en Santa Cruz de Tenerife, primero como maestro de la Escuela de Beneficencia de dicha capital y luego de la escuela de niños del barrio de El Cabo, en la que alcanzó la jubilación al cumplir los 70 años de edad; también fue profesor de adultos.

     Nació en Arona el 27 de febrero de 1854, siendo hijo de don José Tomás Peña García, natural de la Antigua (Fuerteventura), y doña Tomasa Benigna Medina Domínguez, que lo era de la antedicha localidad tinerfeña. El 1 de marzo inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio Abad por el cura propio don Miguel Rodríguez Guillama; se le puso por nombre “Román Benigno de San Carlos” y actuó como padrino don Carlos Peña, vecino de dicho lugar de La Antigua…

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Artículo-ROMÁN PEÑA MEDINA

La Capilla pequeña de El Socorro, en Güímar, y el bello cuadro que alberga en su interior

     Una de las muchas dudas que se plantean en la historia de El Socorro, en la costa de Güímar, es la remota existencia de una o dos ermitas en dicho paraje. Pero en todas las citas bibliográficas del siglo XIX, incluyendo las de don Agustín Díaz Núñez, sacerdote güimarero, mayordomo de la Virgen e impulsor de la fiesta, sólo se hablaba de un único edificio en la costa de Güímar dedicado al culto de la Virgen. No obstante, la tradición oral recoge la antigua existencia de una ermita al final de la cuesta de El Socorro, teoría que apoyaba el profesor Álvarez Delgado, pero cuya existencia con anterioridad al siglo XX no ha podido ser constatada documentalmente.

     Lo cierto y documentado es que en 1915 se levantó una pequeña capilla de nueva planta al final de la cuesta que sube desde el Llano de la Virgen, en el sitio donde anualmente se celebran las Fiestas en honor de Nuestra Señora del Socorro, con el fin de que sirviese de descanso a la Virgen en las procesiones que allí se hacían, por iniciativa de los hermanos mayordomos don Pedro y don Modesto Campos Díaz, que llevaban en el cargo desde 1905. El lugar elegido fue el punto donde, según la tradición, el Mencey Acaymo pidió ayuda a los suyos, agobiado por el peso de la Santa Imagen. Simultáneamente, dos vecinos de Güímar, don Remigio y don Fortunato Jorge, encargaron un cuadro para la nueva capilla al pintor santacrucero don Felipe Poggi González, de madre güimarera. Este óleo sobre lienzo, concluido y firmado por su autor en agosto de 1916, representa la imagen de la Virgen llevada en brazos por el mencey y los guanches protagonistas del milagro, con un fondo que recuerda las laderas del Valle de Güímar. Pero si bien este cuadro fue bendecido el 26 de noviembre de ese mismo año, por distintos motivos la capilla no lo fue hasta el 7 de septiembre de 1919, en que lo hizo el entonces coadjutor de San Pedro Apóstol don Domingo Pérez Cáceres…

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Fasnia: Don Celso González Tejera (1888-1972), escribiente del Obispado, familiar del obispo Rey Redondo, distributario y prefecto de la Sección de Menores del Seminario, cura ecónomo de Adeje, Fasnia, Icod el Alto, San Miguel de Abona e Icod de los Vinos, párroco propio de Tacoronte, capellán de monjas y coadjutor en Santa Cruz de Tenerife

     Nuestro biografiado fue un seminarista brillante y un sacerdote sencillo, pero ello no le impidió alcanzar el reconocimiento de todos aquellos que le conocieron, por su ejemplar y modélica existencia. Don Celso González Tejera, que vino al mundo en un pueblo pequeño y en el seno de una familia modesta, pero con inquietudes, eligió la carrera sacerdotal y, tras haber trabajado como agricultor y marino, ingresó en el Seminario cuando ya era mayor de edad. Por ello, enseguida comenzó a ocupar cargos de responsabilidad: escribiente del Obispado, familiar del obispo Rey Redondo, distributario y prefecto de la Sección de Menores del Seminario. Una vez ordenado sacerdote, fue designado sucesivamente cura ecónomo de Adeje y de su Fasnia natal. Luego obtuvo por oposición en propiedad la parroquia de Tacoronte, donde desarrolló una buena labor, pero de la que salió con más pena que gloria, aunque regresó a ella más adelante, en dos cortos períodos. Posteriormente, fue nombrado cura regente de la nueva parroquia de Icod el Alto (Los Realejos); cura ecónomo de San Miguel de Abona y Fasnia (por segunda vez); coadjutor y cura ecónomo de Icod de los Vinos; y, finalmente, por problemas de salud, capellán de Monjas Dominicas en Santa Cruz de Tenerife y coadjutor de la parroquia de San José de la misma ciudad. Debió tener un fuerte carácter, pues tuvo algunos problemas en Adeje y Tacoronte, pero en todos sus destinos dejó profunda huella entre sus feligreses, especialmente en su pueblo natal, donde ejerció su ministerio durante más de ocho años en dos períodos.

     Nació en Fasnia el 30 de junio de 1888, a las tres de la madrugada, siendo hijo de don Juan González Cruz y doña Tomasa Tejera Chico. El 3 de julio inmediato fue bautizado en la iglesia parroquial de San Joaquín por don Domingo Elías Estévez, Cura Ecónomo de la misma; se le puso por nombre “Celso del Sacramento”, habiendo sido padrino don José González Galdón y testigos don Cándido Martín y don José María González…

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Adeje: Don Anselmo Trujillo Rodríguez (1837-1910), alférez graduado de Milicias, comandante militar de Adeje, escribiente, archivero y habilitado de la Capitanía General, teniente oficial 2º del Cuerpo de Secciones Archivo y oficial 1º del Cuerpo Auxiliar de Oficinas Militares

anselmo-trujillo-rodriguez     Nuestro biografiado inició su carrera militar en las Milicias Canarias, en las que ascendió desde soldado hasta sargento 1º y se le concedió el sobregrado de alférez; siendo aún sargento 2º ejerció como comandante militar de Adeje y fue destinado como escribiente del Estado Mayor a la Capitanía General de Canarias, ejerciendo como archivero. Luego pasó como alférez oficial 3º al Cuerpo de Secciones Archivo, en el que se le concedió el grado de teniente y obtuvo el ascenso a teniente oficial 2º; con dichos empleos fue habilitado de jefes y oficiales, en comisión activa del servicio, y del Cuerpo Jurídico Militar. Posteriormente pasó, también como oficial 2º, al nuevo Cuerpo Auxiliar de Oficinas Militares, en el que ascendió a oficial 1º, empleo asimilado al de capitán de Infantería. Con este último obtuvo su retiro, cuando estaba a punto de cumplir los 58 años de edad, 37 de ellos de servicio en el Ejército. Una vez retirado, fue designado interventor suplente y luego presidente suplente de una mesa electoral de la capital de la provincia, en sendos procesos electorales.

     Nació en la Villa de Adeje el 10 de diciembre de 1837, siendo hijo de don José Trujillo Martín y doña Antonia Rodríguez Carballo. Diez días después fue bautizado en la iglesia de Santa Úrsula por don Manuel Benítez, religioso exclaustrado del Orden de San Francisco y encargado del servicio por ausencia del beneficiado don Juan de Dios Hernández, según orden del obispo de la Diócesis; se le puso por nombre “Anselmo Loreto” y actuó como madrina doña Agustina Martín…

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Las primeras sociedades de instrucción y recreo de Granadilla de Abona: el “Casino de Granadilla” y el Casino “La Fraternidad”

granadilla-primeros-casinos     Este artículo es una mera contribución a la historia de las dos primeras sociedades de instrucción y recreo que conocemos en Granadilla de Abona. La pionera fue el Casino fundado en esta localidad en 1869, que contó con una clase de lectura. En cuanto a la segunda fue el Casino “La Fraternidad”, que existió por lo menos entre 1887 y 1892; albergó en su seno una academia preparatoria para el Bachillerato, dirigida por una de las personalidades locales más brillantes de esa época, don Juan Reyes Martín, quien también fue su presidente.

     Tras la disolución de esta última se constituirían por lo menos otras cinco: la Sociedad “La Unión Patriótica”, hacia 1896; la nueva Sociedad “La Fraternidad”, en 1914; la Sociedad “Unión y Recreo”, en 1918; el “Casino de Granadilla”, en 1935; y el Casino “Once de Junio”, en 1963. Además, existieron sociedades semejantes en varios barrios del municipio.

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Artículo-PRIMEROS CASINOS DE GRANADILLA

Candelaria: Doña Ana Narcisa Marrero de Torres (1783-1849), partera de Barranco Hondo

barranco-hondo-panoramica-iglesia-mi-pueblo     Desde la época guanche hasta mediados del siglo XX, en que comenzaron a actuar las matronas con formación académica y título oficial, las parteras rurales compartieron momentos cruciales en la vida de los vecinos de la comarca, pues recibieron en sus manos al nacer a la mayoría de los candelarieros de numerosas generaciones, en tiempos de penuria y de hambre. Estas mujeres, de importancia vital en ese tránsito a la vida que es el nacimiento, son ejemplos inmejorables de sacrificio en favor de los demás, pues ya fuese a pie o a lomos de bestias recorrían a veces grandes distancias, acudiendo a los rincones más apartados del municipio o a los pueblos vecinos, a cualquier hora del día o de la noche, con buen tiempo o en plena tormenta, para atender a las parturientas y ayudar a nacer a sus hijos.

     Las más antiguas, incluso bautizaban “en caso de necesidad” a las criaturas que nacían en peligro inminente de muerte, para lo que estaban instruidas. Asimismo, extremaban las medidas higiénicas en el momento del parto, pero dentro de lo posible, dadas las difíciles condiciones de habitabilidad existentes en el pasado de nuestra tierra, en el que mucha gente aún vivía en cuevas, lo que hace aún más meritoria su labor de auténticas comadronas profesionales, a pesar de carecer de titulación académica; a la mayoría le bastaba un poco de agua caliente, unas sábanas, toallas limpias y unas tijeras para hacer su trabajo, y todo con una sonrisa. Pero debían compatibilizar dicho oficio con la agricultura, las labores del hogar y el cuidado de su familia, pues ninguna de ellas vivía de los partos, al no percibir salarios reglados por sus servicios, que por lo general eran recompensados con papas, cebollas, frutas, huevos, gallinas, etc., aunque a veces solo se iban con una tacita de caldo y, en más de una ocasión, eran ellas las que llevaban el caldito a la parturienta para que recuperase sus fuerzas, cuando la economía familiar estaba al límite. En muchos casos, estas mujeres que recibían a los niños transmitían sus conocimientos de madres a hijas.

     Con este artículo queremos rendir homenaje a ese entrañable colectivo, pues está dedicado a una de esas parteras, una de las más antiguas que conocemos en el municipio de Candelaria, que desarrolló su labor en el siglo XIX en el pago de Barranco Hondo, en el que vivía, y en todo el término municipal, allí donde fuesen reclamados sus servicios.

     Miembro de una ilustre familia, nació en el pago de Barranco Hondo el 29 de octubre de 1783, siendo hija de don Francisco Marrero de Torres y Rodríguez del Castillo, “El Menor”, y doña María Hilaria Marrero, natural del lugar de Arico. El 2 de noviembre inmediato fue bautizada en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el teniente de beneficiado don Fernando de San José Fuentes; se le puso por nombre “Ana Narcisa del Carmen” y actuó como padrino don Salvador Ramos del Castillo, “de estado libre”…

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Artículo-ANA NARCISA MARRERO DE TORRES