Candelaria: Don Manuel Policarpo de la Cruz Marrero (1801-1879), artillero miliciano, labrador, barquero, molinero, subdelegado de Policía, recaudador, depositario del Ayuntamiento y del Pósito, alcalde de mar, alcalde constitucional y juez de paz

manuel-cruz-marrero     Este artículo está dedicado a un polifacético personaje, que desempeñó en Candelaria casi todos los cargos que se podían tener en su época. Prestó su servicio militar como artillero miliciano en la media compañía de Artillería que existía en dicho pueblo; trabajó como labrador, barquero y molinero; y ejerció en dicha localidad como subdelegado de Policía, comisionado organizador de la Milicia Nacional, recaudador de la contribución de culto parroquial, perito repartidor de contribuciones, depositario de los fondos del Ayuntamiento y del Pósito, miembro de la Junta local de Instrucción Primaria, alcalde de mar, alcalde constitucional, juez de paz, depositario y secretario de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa Ana.

     Nació en Candelaria el 26 de enero de 1801, siendo hijo de don Juan Marcos de la Cruz Núñez, natural de dicho lugar, y doña Agustina Marrero de Barrios, que lo era de Arafo. Dos días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el cura párroco don Agustín Tomás de Torres; se le puso por nombre “Manuel Policarpo” y actuó como padrino su tío carnal don Felipe Marrero, natural y vecino de Arafo…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-MANUEL POLICARPO DE LA CRUZ MARRERO

Adeje: Don José Díaz-Ledesma González (1900-1963), secretario del Juzgado comarcal de Adeje, y su esposa, doña Adelina Galán Hernández (1898-1979), telefonista de la misma villa

jose-diaz-ledesma     En este artículo nos ocupamos de un destacado adejero, don José Díaz-Ledesma González, que fue seminarista, estudiante de Practicante sanitario y de Magisterio, y secretario por oposición de los Juzgados de Los Realejos y Adeje, de éste durante más de tres décadas y hasta su muerte; además actuó como vicesecretario fundador del “Casino Principal” de Adeje y vocal del Club de fútbol “Sporting Águila”. Contrajo matrimonio con la tacorontera doña Adelina Galán Hernández, quien ejercería como telefonista en Tacoronte, La Victoria de Acentejo y Adeje, villa en la que lo hizo en propiedad durante más de tres décadas y media, hasta su jubilación.

     Nuestro biografiado nació en el domicilio paterno de Adeje el 8 de mayo de 1900, a las siete de la mañana, siendo hijo de don Eduardo Díaz Ledesma y doña Benita Corina González y González (conocida por Clorinda), naturales y vecinos de dicha villa en la calle Grande nº 15. El 17 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula por el cura ecónomo don José M. González de la Cruz; se le puso por nombre”José María Francisco Miguel de los Dolores” y actuaron como padrinos don Fermín Fraga y Fraga y su esposa doña María González de Fraga, siendo testigos don Antonio Alayón y don Alberto Correa, naturales y vecinos de dicha villa…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-JOSÉ DÍAZ LEDESMA GONZÁLEZ-ADELINA GALÁN HERNÁNDEZ

La Sociedad republicana “La Libertad” de San Miguel de Abona (1910-1913)

san-miguel-lalibertad     En un artículo anterior ya señalamos que San Miguel de Abona contó a lo largo del siglo XIX con varios casinos o sociedades de recreo: Casino “La Unión” (1887, 1904-1912 y 1936, en tres etapas), Sociedad “La Juventud” (1909-1911), Sociedad “La Libertad” (1910-1913), Club “San Miguel (desde 1926 hasta el presente) y Sociedad “El Roque” (1953-1955). Llama la atención, que entre 1910 y 1911 llegaran a coexistir en este pueblo tres sociedades. En este artículo nos vamos a centrar en la tercera de ellas, “La Libertad”.

     En noviembre de 1909 se fundó en esta localidad sureña la Sociedad “La Juventud”, con motivo de la escisión sufrida por la única Sociedad que existía hasta entonces, “La Unión”, en una época muy convulsa en San Miguel de Abona desde el punto de vista político. Por ello, prácticamente desde sus inicios se politizó y ello dio lugar a un rápido cisma entre sus socios, sobre todo tras la creación del Comité Republicano local en el mes de diciembre inmediato. El sector “leonino”, mayoritario, controló la junta directiva y modificó el reglamento para limitar el papel del sector republicano; pero éste presentó una denuncia al gobernador civil, logrando su clausura temporal, período que aprovechó para elegir a su propia junta directiva e intentar legalizarla bajo su control. Como era de esperar, los medios informativos insulares fueron informando de dicho enfrentamiento, pero según su propia afinidad: El Tiempo y La Opinión daban la razón a los “leoninos”, mientras que El Progreso y La Prensa se manifestaban a favor de los republicanos. Finalmente, el Gobierno Civil le dio la razón a la primera junta y al reglamento reformado. Dada su derrota, la mayor parte de los socios del sector republicano se dieron de baja de la Sociedad “La Juventud” o dejaron de pagar sus cuotas, lo que a la larga supuso su expulsión.

     Pero no contentos con ello, el 22 de mayo de 1910 los republicanos fundaron su propio casino, la Sociedad “La Libertad”, en cuya primera junta directiva se integraron varios de los líderes disidentes de la anterior: don Eladio González, don José Marrero, don Wenceslao Marrero, don Santiago Frías y don Miguel Toledo. Como era de esperar, los enfrentamientos continuaron entre ambas sociedades, implicando incluso al Ayuntamiento y a la parroquia, hasta el punto de que se denunció ante el Juzgado de primera instancia una supuesta profanación de la iglesia por algunos republicanos, con el consiguiente cierre de la misma. Durante el año en que coexistieron, los corresponsales de los periódicos afines ensalzarían las actividades de una sociedad y criticarían o menospreciarían las de la otra; y así continuó la situación hasta mediados de 1911, en que se disolvió la polémica Sociedad “La Juventud”, tras una trayectoria corta y tortuosa. No obstante, tras el cierre de ésta, las luchas políticas continuarían entre las otras dos sociedades existentes en San Miguel, “La Unión” y “La Libertad”, hasta la desaparición de la primera en 1912. Pero a pesar de quedarse sola, la Sociedad “La Libertad” solo sobreviviría un año y, después de haber contado con tres casinos, el municipio de San Miguel se quedaría sin ninguno durante muchos años…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-SOCIEDAD «LA LIBERTAD» DE SAN MIGUEL

Arafo: Doña Josefina Perez Benítez (1909-2016), maestra nacional de Valverde y de Arafo durante 40 años, directora del Colegio “Andrés Orozco”, pregonera e Hija Adoptiva de esta villa, escritora y acuarelista

josefina-perez-benitez     El presente artículo está dedicado a una maestra vocacional, que desarrolló su dilatada carrera docente en solo dos centros: la escuela de niñas de El Cabo, en la villa de Valverde de El Hierro, durante dos cursos, y el Colegio “Andrés Orozco” de la villa de Arafo, durante 40 años y del que fue directora. Además, en esta última localidad, en la que contrajo matrimonio, fue presidenta de Acción Católica, directora de Cáritas parroquial, presidenta de la Cofradía del Carmen y pregonera de las Fiestas Patronales. También destacó como escritora y acuarelista, recibió el título de Hija Adoptiva de Arafo y un reconocimiento de CajaCanarias como su clienta más veterana. Falleció a los 106 años de edad y todos los que tuvieron la oportunidad de aprender junto a ella coinciden en señalar que fue una maestra adelantada a su tiempo, con una innovadora metodología y refinada didáctica, aspectos que han sido vitales en la formación, no sólo intelectual sino personal, de muchos habitantes de la Villa de Arafo, que siempre la llevarán en su corazón.

     Nació en Santa Cruz de Tenerife el 25 de junio de 1909, a las tres de la madrugada, siendo hija de don Francisco Pérez Godiño, natural de la ciudad de La Laguna, y doña Candelaria Benítez Expósito, que lo era de la capital tinerfeña, donde estaban avecindados en la calle Sabino Berthelot nº 26; días después fue bautizada con los nombres “Josefa Bibiana”…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-JOSEFINA PÉREZ BENÍTEZ

Granadilla de Abona: Don Arturo Fumero Ossorio (1907-1988), sacerdote y poeta, coadjutor en Valverde y Santa Cruz de Tenerife, capellán de las Dominicas de la Enseñanza, del Hospital Psiquiátrico de Tenerife y de la Policía Municipal de la capital

arturo-fumero-ossorio    Nuestro biografiado vivió 57 años como sacerdote, en los cuales desarrolló una encomiable labor apostólica como coadjutor, primero de Valverde de El Hierro y luego de Santa Cruz de Tenerife, así como capellán de las Dominicas de la Enseñanza, del Hospital Psiquiátrico (durante 30 años) y de la Policía Municipal de la capital de la provincia. También fue cura encargado de las parroquias de San Andrés e Igueste de San Andrés, además de promotor de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Fátima de la misma ciudad y reconocido poeta.

     Nació en Granadilla de Abona el 29 de junio de 1907, a las tres de la tarde, siendo hijo de don Enrique Fumero Navarro, natural de Vilaflor, y doña Antonia Ossorio González, que lo era de Granadilla. El día 14 del inmediato mes de julio recibió el bautismo en la iglesia de San Antonio de Padua de dicha localidad, de manos de don Esteban Hernández Ramos, párroco propio de ella y teniente arcipreste de Güímar; se le puso por nombre “Pedro Arturo del Sagrado Corazón de Jesús” y actuó como padrino don Juan Frías Pomar…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-ARTURO FUMERO OSSORIO

Los barcos de cabotaje que operaban en los puertos de El Escobonal (Güímar): El Tablado y Chimaje

agache-cabotaje     Desde finales del siglo XVIII hasta comienzos del XX, El Tablado se transformó en un importante puerto de cabotaje, para la entrada y salida de mercancías y personas. Por este puerto operaban los veleros que constituían casi la única comunicación de Agache con el exterior, sobre todo con Santa Cruz de Tenerife y, en menor medida, con otras islas del archipiélago. También existió en la comarca otro puerto de cabotaje de menor importancia, el llamado “Puerto del Escobo­nal”, que estaba situado en la playa de Chimaje. Los productos de exportación o importación se conducían entre El Escobonal y El Tablado por el camino del Arrastradero (La Tirada) o por el de La Corujera; mientras que con Chimaje la comunicación era a través del Arrastradero de La Montaña. Aunque con menos frecuencia, también fueron utilizados como puertos de cabotaje ocasionales las playas de Los Barrancos y La Caleta, donde desembocaban los arrastraderos de Lomo de Mena y Pájara, respectivamente. Como muestra de la importancia de la comunicación marítima, hacia 1847 la correspondencia también se enviaba por barco, recibiéndose de la administración de Santa Cruz una o dos veces en la semana, y siendo conducida por los patrones de los barquitos fleteros. Simultáneamente y desde muy antiguo, en la costa de Agache se desarrolló una limitada actividad pesquera, por lo general complementaria de las tareas agrícolas, que tuvo su máximo desarrollo en el siglo XIX.

     Los barcos dedicados a la navegación de cabotaje estaban gobernados por patrones, la mayoría de ellos escobonaleros, entre los que destacaba la saga de los Castro, los Marrero y los Bethencourt, con varias generaciones de hombres vinculados a la mar. Los que operaban por los puertos de Agache eran sobre todo veleros de pequeño porte, de los que conocemos un total de 15, algunos de ellos con base en El Tablado. En el litoral de El Escobonal se embarcaban sobre todo papas y, en menor medida, frutos, vino, cochinilla y barrilla, que los veleros conducían a la capital de la provincia. Por lo general, al día siguiente de su llegada a Santa Cruz regresaban al puerto de origen, con granos, frutos y madera, así como otras mercancías y “carga general”. También transportaban pasajeros, tanto a la ida como a la vuelta…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Guía de Isora: Don José Évora Franquis (1834-1919), sargento 2º de Milicias, alcalde constitucional, recaudador municipal y promotor de la llegada del agua potable al núcleo de Chío, donde dio nombre a la calle principal

     El personaje al que dedicamos este artículo ingresó como soldado en las Milicias Canarias, en las que luego ascendió a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º. Además, fue jurado judicial, alcalde constitucional de Guía de Isora, recaudador municipal y elector contribuyente. Pero, sobre todo, se le recuerda como un férreo defensor de los intereses de su pago natal de Chío, en el que consiguió la instalación del agua potable, pagada en parte de su propio peculio, por lo que muchos años después de su muerte se le dio su nombre a la calle principal del mismo.

     Nació en el pago de Chío (Guía de Isora) el 21 de octubre de 1834, siendo hijo de don Vicente de Évora González, natural de dicho pueblo y oriundo de Vilaflor, y doña Josefa Francisca Franquis Álvarez, que lo era del citado pago isorano. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el cura propietario don José Pérez; se le puso por nombre “José Agustín de Santa Úrsula” y actuó como madrina doña Josefa Álvarez…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Los vecinos de Santiago del Teide fallecidos a causa de la Guerra Civil Española y el monumento a los Caídos construido en su memoria

santiago-fallecidos-guerra     Como en todos los municipios canarios, fueron muchos los jóvenes de Santiago del Teide movilizados con motivo de la Guerra Civil para combatir al lado del Bando Nacional, varios de ellos casi adolescentes, que fueron enviados al frente a jugarse la vida por una causa que en su mayoría no comprendían, ante la desesperación de sus padres y, en algunos casos, de sus esposas e hijos. Todos los supervivientes perdieron en esos años su inocencia, al vivir duras experiencias que no olvidarían jamás y les atormentarían el resto de sus vidas. Pero algunos dejaron su vida y otros su salud, al sufrir heridas graves que les dejaron secuelas para siempre o enfermaron durante la contienda bélica y, aunque regresaron a su tierra, murieron a consecuencia de ello. A esas víctimas de una absurda tragedia colectiva vamos a dedicar este artículo.

     Según el Colectivo Arguayo, al menos 13 jóvenes de este municipio perdieron la vida en la Guerra Civil Española: don Rogelio Hernández González, don José Hernández González y don Cornelio Luis Rodríguez Rodríguez, de Arguayo; don Buenaventura José Curbelo González y don Octavio Forte Rodríguez, del Valle de Arriba; don Lázaro Dorta Pérez, del Valle Santiago; los hermanos don Antonio y don Alejo Tejera Jiménez, del Puerto de Santiago; don Antonio Gorrín Pérez y don Domingo Hernández Viña, de Tamaimo; don Ismael González Pérez y don José Pérez González, de El Retamar; y don Pedro Trujillo Trujillo, de Las Manchas. No obstante, de momento solo hemos localizado información documental de 10 de ellos, además de otro de Masca, pero feligrés de la parroquia de San Fernando de dicha villa; del total, solo uno era cabo y los demás soldados. De algunos de esos militares, sus familiares conservan un “piadoso recuerdo”, con su fotografía.

     Tras finalizar la Guerra Civil y a raíz de una disposición del Gobierno central, se acordó erigir en Santiago del Teide un monumento a los Caídos, con el fin de recordar a los militares santiagueros fallecidos en el Bando Nacional durante la Guerra Civil. Por ello, hacia 1943-1944 se construyó dicho monumento en la plaza de Santa Ana del núcleo de Tamaimo, el mayor del municipio…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-SANTIAGUEROS FALLECIDOS EN LA GUERRA CIVIL

La centenaria tradición folclórica en Barranco Hondo de Candelaria

barranco-hondo-folclore     El pueblo de Barranco Hondo, en el municipio de Candelaria, ha conservado a lo largo del tiempo muchas de las tradiciones de la tierra, en especial las vinculadas a la música folclórica. A finales del siglo XIX existía un Rancho de Ánimas, que recorría el pueblo para recoger limosnas destinadas a la Novena de Ánimas y cantando villancicos en las Pascuas de Navidad. Luego, en 1912 en esta localidad existía un grupo de bailes folclóricos que actuó en un festival benéfico en Santa Cruz de Tenerife. En 1924 ya contaba con una parranda organizada, cuya estrella musical era el famoso “Ciego de Barranco Hondo”, que actuó incluso en las Fiestas de Mayo de dicha capital. En 1935, varios solistas de este pueblo actuaron de nuevo en Santa Cruz, destacando entre ellos una niña de corta edad, que asombró al auditorio.

     Posteriormente, hacia 1953 se formó la Rondalla “Albarianes”, en 1974 la Rondalla de pulso y púa “San José”, en 1984 la Agrupación Folclórica “San José” y en 1992 la Agrupación Folclórica “Chajoigo”; las dos últimas continúan en activo y han llevado el nombre del pueblo fuera de las fronteras insulares e incluso nacionales; y ambas dan nombre a sendas calles de Barranco Hondo, al igual que la primera. Esa arraigada tradición también hizo que en 1984 se incorporase a la festividad de San José la popular Romería, que se celebra anualmente en el mes de marzo. Por ello, el crítico musical José D. Gamallo diría que Barranco Hondo es “el pueblo de mayor afición a las típicas rondallas

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Güímar: Don Agustín Antonio Núñez (1732-1796), capellán de la ermita de Arafo, sacristán mayor, teniente de beneficiado, mayordomo de fábrica, sochantre y notario público eclesiástico de Güímar

agustin-antonio-nunez     Durante toda su vida, nuestro biografiado estuvo adscrito como capellán a la parroquia de San Pedro, en la que siendo ya clérigo subdiácono actuó como sacristán mayor de la parroquia, así como notario y secretario de la Hermandad de Ntra. Sra. del Carmen. Luego, tras su ordenación sacerdotal, fue nombrado teniente de beneficiado, mayordomo de la fábrica parroquial, sochantre y notario público eclesiástico, empleos estos últimos en los que continuó hasta su muerte. Además, estuvo encargado como capellán de la ermita de Arafo, volvió a ejercer como sacristán mayor de la parroquia de Güímar, en una segunda etapa, y actuó como depositario de los caudales sobrantes de las cofradías existentes en ésta.

     Nació en Güímar el 16 de septiembre de 1732, siendo hijo de don Pedro Hernández Núñez y doña María Díaz de Ledesma. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por don Domingo de Páez y Galdona, beneficiado de las parroquiales de Güímar y Candelaria; se le puso por nombre “Agustín Antonio” y actuó como padrino don Bernardo de Torres Marrero, natural de Arafo y vecino de Güímar…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-AGUSTÍN ANTONIO NÚÑEZ