Los graves daños del aluvión que azotó Guía de Isora en 1879, la reconstrucción de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Luz y el nombramiento del cura párroco don Francisco Hernández y González como Hijo Adoptivo de dicho municipio

En la madrugada del 20 de diciembre de 1879, Guía de Isora sufrió un fuerte aluvión que desbordó el barranco que atravesaba dicha localidad, arruinando la antigua iglesia parroquial de dos naves, así como la casa del párroco, varias viviendas particulares y algunos locales comerciales; también desapareció la plaza principal, así como dos puentes, dos calles y cuantiosas propiedades agrícolas y ganaderas; pero lo más grave fue la muerte de siete personas arrastradas por las aguas. Enseguida se pensó en reconstruir la iglesia, pero la falta de ayuda de las instituciones para los daños producidos en este municipio no lo hicieron posible. Fue la llegada del nuevo párroco don Francisco Hernández y González la que hizo posible esta obra, pues este sacerdote se volcó por entero en conseguir la financiación necesaria, lo que permitió el inicio de las obras en el año 1900. Pocos meses después, la falta de fondos estuvo a punto de paralizar la reconstrucción, lo que movió a dicho párroco a hacer una peregrinación recaudatoria por todos los núcleos de población del municipio, con el Niño Jesús de Nuestra Señora de la Luz, lo que sensibilizó al vecindario y le movió a volcarse económicamente con la iglesia, incluso a las personas menos religiosas. Así se pudo bendecir y reinaugurar el nuevo templo parroquial, que ahora pasaba a tener tres naves, en las fiestas patronales de 1902. En ese mismo año cesó don Francisco al frente de la parroquia, tras una corta pero brillante labor pastoral, por lo que fue homenajeado por todo el pueblo en su despedida, al tiempo que recibía el nombramiento de Hijo Adoptivo de Guía de Isora.

Como ya se ha indicado, en la noche del 19 al 20 de diciembre de 1879 cayó sobre Guía de Isora un fuerte aluvión o temporal, cuyos daños fueron recogidos en una carta enviada por el corresponsal de El Memorandum en su edición del 1 de enero de 1880, recogiendo las cuantiosas pérdidas materiales y humanas, al igual que lo ocurrido en otros pueblos del Sur de Tenerife…

En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *