Lo conocí como estudiante del Instituto de Güímar y enseguida me despertó admiración aquel hombre, mucho mayor que nosotros, que partiendo de un origen humilde suplió su carencia de estudios con una enorme voluntad y con la fe absoluta en que lograría alcanzar su meta, el ser sacerdote de Cristo. Y así lo hizo, a pesar de las fuertes trabas que se le pusieron en su camino, pues gracias a su férrea vocación logró ser ordenado y destinado a diversas parroquias de la Diócesis. Pero al final de su vida, la incomprensión dentro de la propia jerarquía eclesiástica volvió a poner a prueba su profunda vocación, que una vez más se impuso a la complejidad humana. Y un absurdo accidente vino a truncar de manera inesperada la vida de este hombre admirable, un humilde y entrañable sacerdote del clero tinerfeño, que fue párroco de El Pinar, vicearcipreste de El Hierro y párroco de Arico.
Nuestro biografiado nació en Araya el 26 de abril de 1939, a las doce de la noche, siendo hijo de don Juan Baute Chico y doña Matilde Chico Baute. El 2 de julio de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura párroco Fray Vicente Bravo y Bravo, de la Orden de Predicadores; se le puso por nombre “José Antonio” y actuó como padrino don Federico Chico Baute. El 3 de febrero de 1940 fue confirmado en el mismo templo…
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Este ilustre párroco arayero, campechano donde los hubiera, tuve la oportunidad de conocerlo en El Pinar… y mucho más tarde en Arico, durante las fiestas de mi querido Abades.
Una gran persona.
Baute fue compañero mío en el Instituto y siempre mantuvimos una estrecha amistad. Era un hombre sincero y campechano, un hombre de pueblo, como yo, que venció muchas dificultades e incomprensiones para lograr su objetivo. Una gran persona que nunca olvidaré.
Siempre en mi recuerdo Don José Antonio Baute, que tuve la suerte de conocerlo de Seminarista en aquella época! Yo me preparaba para la Comunión en los años 80 del Siglo pasado y luego ya de sacerdote mantube una gran amistad con él. Un hombre de Dios y para Dios como para la Iglesia. Descanse en Paz hombre y sacerdote bueno y fiel.
Lo conocí en el barrio de la Cisnera buena persona le encantaba ir a la boda de cada pareja que casaba buenos recuerdos.
Mi bisabuelo domingo Felipe Baute Pérez vino para cuba con 3 hermanos más también vivía allí en tenerife y aquí tubo a mi abuela emilia baute seguro eran familia gracias por contar esa bella historia