Desde el punto de vista colectivo, Malpaís de Candelaria es el núcleo de las medianías del municipio con menor tradición luchística, pues nunca ha tenido clubes federados, frente a Las Cuevecitas, Araya, Igueste o Barranco Hondo que sí han contado con ellos, en lo que también ha influido su menor población. No obstante, si tuvo un equipo aficionado, el “Añavingo”, que llegó a enfrentarse con éxito a los de los pueblos vecinos, comandado por Policarpo Otazo (“Pollo de Malpaís”). Con posterioridad, han surgido en este deporte vernáculo algunas individualidades vinculadas a esta localidad, entre las que han destacado cuatro puntales regionales.
En la primera mitad del siglo XX, los jóvenes continuaban teniendo pocos entretenimientos, y se divertían enfrentándose por las tardes en cualquier huerta, en amistosos desafíos de lucha canaria. Con frecuencia los jóvenes luchadores de los distintos pueblos se agrupaban en bandos de 15 o 20 luchadores que competían con los de localidades vecinas, sobre todo en las luchadas organizadas con motivo de las fiestas patronales. La lucha era corrida y controlada por tres árbitros u hombres buenos. La ropa de brega se limitaba a un pantalón elaborado con la tela de un saco de pita “de amoníaco inglés, de la lista azul”, luego sustituido por sacos de azúcar. Así surgieron los primeros luchadores de Malpaís…
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Grandes luchadores y muchos amigos y faltan muchos que estan en alza, como Fabián Rocha, etc… Para cuando un homenaje Luisiiii !!!!!!!!que se lo merece!!!!!!
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