Güímar: Fray Diego Pérez Álvarez (1723-1810), sacerdote, definidor y predicador general agustino, morador en el Convento de San Agustín de Tacoronte y posible impulsor de la fuerte devoción de los güimareros por el Santísimo Cristo de los Dolores

Miembro de una familia fuertemente vinculada a la historia religiosa de Güímar, nuestro biografiado también sintió la llamada vocacional e ingresó en la Orden de Ermitaños de San Agustín, en alguno de los siete conventos agustinos existentes por entonces en Tenerife. Siendo ya fraile cursó estudios en el Convento que dicha Orden tenía en la villa de La Orotava, gracias a lo cual pudo recibir las órdenes sagradas hasta el presbiterado; luego también obtuvo el título de predicador general, que le fue concedido en el capítulo provincial de su Orden. Como tal sacerdote residió durante muchos años en el Convento de San Agustín de Tacoronte, donde es casi seguro que desempeñase algunos cargos de responsabilidad y en cuya capilla se veneraba el Santísimo Cristo de los Dolores. Por ello, es muy probable que a él y a su tío fray Sebastián Álvarez, que casi con total seguridad también moraba en el mismo, se deba el origen de la fuerte devoción de los güimareros hacia el Cristo de Tacoronte y de la peregrinación que anualmente se dirige desde el Valle de Güímar al Santuario de la venerada imagen.

Nació en Güímar el 9 de diciembre de 1723, siendo hijo de don Juan Pérez Gabriel y doña Inés Díaz Álvarez de Acevedo (o de Oliva). Cinco días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado don Domingo de Paes y Galdona; se le puso por nombre “Diego” y actuó como padrino el alférez don Pedro Marrero de Torres, natural de Arafo y vecino de Güímar…

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