Como ocurrió en otros lugares de la geografía isleña, varios fueron los sacerdotes sureños que vieron truncada su carrera ministerial por una grave enfermedad o un prematuro fallecimiento. Este fue el caso del presbítero don Anastasio Cartaya, nacido en Güímar, quien siendo todavía niño se trasladó con su familia a Arico, de donde era oriundo por su madre. Se ordenó de sacerdote y fue capellán en las parroquias de San Pedro de Güímar y San Juan Bautista de Arico, así como de la ermita de Abona. Además, por el testamento de su madre sabemos que estuvo en América. Falleció en Arico, donde transcurrió la mayor parte de su larga vida aquejado de una enfermedad mental que lo incapacitó.
Nació en Güímar el 17 de agosto de 1763, siendo hijo de don Pedro Rodríguez Cartaya, natural del mismo pueblo, y doña Margarita Antonia (Rodríguez) Llarena de Torres, que lo era de Arico. Tres días después fue bautizado en la iglesia matriz de San Pedro Apóstol por don Cristóbal Alonso Núñez, beneficiado propio de dicha parroquial y de Santa Ana de Candelaria; se le puso por nombre “Anastacio Pedro Francisco” y actuó como madrina doña Juana de Torres…
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