El “Entierro de la Sardina” en El Escobonal (Güímar), una celebración festiva violentamente reprimida en 1950

Escobonal-1930 (Foto G. Díaz)     Todo ocurrió en el año 1950. Como era tradición en El Escobonal (Güímar) desde hacía muchos años, el miércoles de Ceniza era, después de la del patrono San José, la fiesta más importante de este pueblo. Ese día se daban cita jóvenes y mayores para olvidar por unas horas sus problemas cotidianos y la dura vida del campo, en estas tierras sedientas y ásperas del Sur. Sin embargo, en los últimos años el entorno social y político había cambiado, el “Nuevo Poder” dictatorial prohibía los Carnavales y el “Entierro de la Sardina”, la manifestación más genuina y pura de los mismos, iba desapareciendo paulatinamente de la geografía canaria.

     En ese año 1950, El Escobonal fue uno de los escasos pueblos de Tenerife que se atrevió a celebrar el “Entierro de la Sardina”, si no el único, debido al gran arraigo que tenía entre la población. Tampoco se limitó a una sola comitiva que recorriera las calles más céntricas, pues debido a la constitución geográfica de la localidad, su dispersión, su gran superficie,… cada zona o lomo principal preparó su propia “sardina”. De este modo, fueron cuatro los “entierros” que se dieron cita ese año en dicho pueblo; uno salió del Lomo de Mena con una sardina, propiamente dicha; otro salió de El Pino, con una figura humana yacente; otro del Lomo de Montijo, con un muñeco disfrazado de militar de pasadas épocas; y el último desde La Corujera, que fue el origen de los disturbios que ese Miércoles de Ceniza sacudieron a El Escobonal y que tuvieron eco en toda la isla …

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5 comentarios en “El “Entierro de la Sardina” en El Escobonal (Güímar), una celebración festiva violentamente reprimida en 1950

  1. Impagable siempre dar a conocer nuestra historia, sobre todo para los que echan la vista atrás con nostalgia y con dificultades de memoria…

    • Hola Charito, gracias por tu interés en conocer el pasado de nuestra tierra, los personajes y los acontecimientos históricos, no siempre felices. Perdona que en este artículo mencionara a tu padre, pero me pareció conveniente para dar una idea de la gravedad de lo ocurrido y de lo que pudo haber pasado si la represión hubiese tenido lugar junto a un barranco más profundo. ¡Ojalá sucesos como éste no vuelvan a ocurrir jamás!

  2. ¡Nada que perdonar,al contrario!. Fue tal como lo cuentas, Gregorio tuvo que tirarse porque fue de los primeros que se llevaron la leña, ya que iba delante de la «comitiva». Se dijo que quien hizo la llamada acusadora era cierto personaje que,dedicado a la enseñanza, se ocupó toda la vida de grabar a sangre y fuego los principios del movimiento en aquellos muchachos que tenían que «ponerse cara al sol por fuerza», pero no sé si quedó prueba de ello o fue solo un rumor.
    Nosotros,por suerte, escuchamos la historia de mano de los protagonistas.Lo bueno es que tú lo has escrito y descrito tan bien para que las nuevas generaciones conozcan esas «pequeñas historias» que marcaron tanto la vida de nuestro pueblo.

    • A todos nos ha llegado el nombre de quien hizo la llamada a la Guardia Civil, pero como no tengo pruebas ciertas no lo quise incluir. Pero sí hay constancia de quien les hizo frente, Guadalupe Díaz, que por mantener la dignidad del pueblo fue presionada, interrogada en numerosas ocasiones y, desgraciadamente, no apoyada por sus paisanos, por temor a ser incluidos en la lista negra de la Dictadura. Era una época muy difícil que la gente no debe olvidar, sobre todo ahora que se pretende volver a reprimir con mayor dureza las manifestaciones públicas.

  3. Totalmente de acuerdo. Y si se cumpliera eso de que la «historia es cíclica» y condenada a repetirse…no va a haber barrancos suficientes…Espero que no nos pille a bordo…

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