Este destacado arayero obtuvo por sorteo una plaza de soldado de Milicias en la 6ª Compañía del Batallón Provincial de La Laguna, en la que ascendió a cabo 2º y cabo 1º, empleo éste con el que obtuvo su licencia absoluta; curiosamente, siendo aún militar fue procesado por su participación en una cencerrada con apaleamiento, ocurrida en su pueblo natal. También fue un luchador destacado, que formó parte del bando o “Partido del Sur” de la isla de Tenerife. Además, cuando ya participaba en la vida política local, fue condenado por “coacción”, siéndole embargado varios bienes: una mula y una vaca viejas e inútiles, así como una finca de escaso valor. Luego fue elegido alcalde 1º constitucional de Candelaria, cargo en el que permaneció durante casi tres años y en el que volvió a tener problemas con la justicia, por desobedecer las órdenes del delegado de Hacienda, imponiéndosele una multa que motivó el embargo de nuevos bienes (un cerdo y una finca). Falleció, de forma repentina y prematura, mientras aún estaba al frente del Ayuntamiento y sin descendencia directa. Llama la atención que fue incluido “por sentencia judicial” en la lista de electores de Candelaria para Diputados a Cortes, cuando ya habían pasado dos años y medio de su muerte. También después de fallecido, sus herederos fueron condenados a pagar una cantidad de dinero que nuestro biografiado debía a un vecino de Santa Cruz, con motivo de un préstamo; asimismo, se le embargaron a éstos dos fincas que pertenecían a aquel, por no haber pagado la Contribución Territorial tras su muerte.
Nació en Araya de Candelaria el 23 de diciembre de 1840, siendo hijo de don Antonio Chico Díaz, natural de dicho pago, y doña María del Rosario Núñez Rodríguez, que lo era de El Rosario, en la “Banda de allá” de Barranco Hondo. Cinco días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el presbítero don José Fresneda y Tejera, con licencia del cura párroco don Juan Núñez del Castillo; se le puso por nombre “Antonio Nicolás” y actuó como madrina su tía carnal doña Antonia María Núñez, de la propia vecindad…
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