Recordamos hoy a un sacerdote catalán incardinado en la Diócesis Nivariense, que dejó una imborrable huella en la ciudad de Güímar y en toda su comarca. Una vez ordenado en su comunidad natal, se trasladó a Canarias, donde desempeñó inicialmente diversos destinos: coadjutor de la villa de San Sebastián de La Gomera, mayordomo de Ntra. Sra. de las Nieves de dicha parroquia y mayordomo de ánimas de la villa de La Orotava. Luego fue nombrado cura ecónomo de San Pedro de Güímar y arcipreste de su distrito, cargos que luego obtuvo en propiedad y que en total regentó durante 18 años y medio; en ese tiempo estuvo encargado además, en numerosas ocasiones, de las parroquias de Arafo y Fasnia. Como mayordomo de fábrica de la parroquia de San Pedro promovió en ella numerosas obras de mejora. Mientras regentaba dicha parroquia obtuvo el título de Licenciado en Sagrada Teología y fue, además, mayordomo del Santuario de la Virgen de Candelaria, examinador sinodal del Obispado y misionero en la isla de La Gomera. Como profundo devoto de la Virgen del Socorro, fue autor de un “Aviso a los romeros” y unos “Versos a la Virgen del Socorro”, así como de un sermón dedicado a esta venerada imagen.
Nuestro biografiado nació en Sant Llorenç de Morunys (Lleida) el 25 de octubre de 1839, a las cinco y media de la madrugada, siendo hijo de don Segismundo Farré Miró (fabricante de algodón) y doña Rosa Pujol Casas, naturales y vecinos de dicha localidad. Ese mismo día fue bautizado en la iglesia parroquial de San Lorenzo (Obispado de Solsona) por don Mariano Carol, canónigo de la Santa Iglesia Catedral, con licencia del vicario propio don Lorenzo Comellas; se le puso por nombre “Fidel Buenaventura José” y actuaron como padrinos don Fidel Amtich, esposo de doña Antonia Pujol, y doña Josefa Monegal y Farré…
En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo: