Granadilla de Abona-Arona-Vilaflor de Chasna: Don Agustín González Bethencourt (1729‑1819), teniente de Caballería, capitán de Milicias graduado de Infantería, comandante de armas, alcalde de Vilaflor, promotor de la segregación religiosa y civil de Arona, alcalde de este pueblo y mayor propietario de la jurisdicción

Nuestro biografiado, nacido en Granadilla de Abona y casado en Adeje, vivió con su familia en el pago de Ifonche y luego en el de Arona, donde su esposa heredó una casona y extensas propiedades de un hermano sacerdote; también fue arrendatario de tierras de la Casa Fuerte de Adeje. Llegó a ser el mayor propietario agrícola y ganadero de la amplia jurisdicción de Vilaflor de Chasna, con esclavos y criados a su servicio. Asimismo, siguió una destacada carrera militar, que comenzó como cabo de la escuadra de Milicias de Arona, donde residía; luego obtuvo una plaza de teniente de Caballería, con la que posteriormente pasó al Regimiento de Milicias de Abona; y, finalmente, ascendió a capitán de Milicias en el mismo cuerpo; como tal, fue comandante de armas de Arona y antes de su retiro recibió el grado de Capitán de Infantería. Además, fue alcalde real de Vilaflor de Chasna en tres etapas y hermano de las Hermandades del Santísimo Sacramento, Misericordia y Ntra. Sra. del Rosario de la parroquia matriz de San Pedro Apóstol. Fue uno de los vecinos más destacados de Arona, donde, junto a su yerno el también capitán don José Antonio Hernández Montesino, promovió la segregación religiosa y política de este pueblo de la amplia jurisdicción chasnera a finales del siglo XVIII; en esta localidad ejerció como prioste de la Hermandad de la Misericordia, alcalde real en dos ocasiones y alcalde constitucional en otra.

Nació en Granadilla de Abona hacia 1729, siendo hijo de don Juan González Muros, natural y vecino del pago de El Salto, y doña María Bethencourt García, que lo era de Ifonche, quienes eran primos en tercer grado de consanguinidad y se habían casado en 1723. Desconocemos la fecha exacta de su nacimiento y de su bautismo, por haber desaparecido el libro 3º de bautismos de la parroquia de San Antonio de Padua en el incendio ocurrido en 1805 en casa del presbítero don Francisco Miguel Rodríguez Bello, notario público de dicho pueblo.

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