La visita del obispo Fray Albino González Menéndez-Reigada a la villa de Adeje (1926) y el posterior homenaje al prelado con la nominación de una calle (1927)

Del 9 al 11 de noviembre de 1926, el obispo de la Diócesis Nivariense, Fray Albino González Menéndez-Reigada, efectuó una visita pastoral a la villa de Adeje, dentro de la realizada a todo el Sur de Tenerife, en la que se puso de manifiesto el entusiasmo vivido por la feligresía local. Tal fue así que, como reconocimiento a su cercanía y a las gestiones que llevaba a cabo ante el Gobierno en favor de esta parte de la isla, en febrero del año siguiente el Ayuntamiento acordó dar el nombre de dicho prelado a la conocida hasta entonces como calle del Norte y que el rótulo o lápida correspondiente fuese sufragado por una suscripción popular, creando para ello una comisión organizadora. El domingo 15 de abril de dicho año 1927 se llevó a cabo el homenaje público en la villa sureña, con un ambicioso programa de actos, al que asistió una representación del obispo y del gobernador civil, así como el alcalde y el resto de las autoridades locales. Han pasado los años y en la actualidad, el nombre del obispo Fray Albino ha desaparecido del callejero municipal de Adeje.

Durante una minuciosa visita al Sur de Tenerife, el 9 de noviembre de 1926 el obispo Fray Albino llegó a Adeje en visita pastoral, procedente de Guía de Isora y a bordo del vapor “Isora”. Desembarcó en El Puertito, donde fue recibido por las autoridades locales, y de allí subió hasta la villa a lomos de un caballo; en La Atalaya le esperaban un grupo de señoritas a caballo, una de las cuales le dirigió unas palabras de bienvenida, y luego le entregaron ramos de flores; tras las palabras de agradecimiento continuó la comitiva hasta Los Olivos, donde lo esperaban los niños de las escuelas, con sus maestros al frente; frente al cuartel de la Guardia Civil le esperaba la Banda de Música, que los acompañó hasta la entrada del pueblo, donde fue recibido con una salve de cañonazos de la Casa Fuerte; ahí se descabalgó el prelado, que continuó hasta la iglesia parroquial bajo palio; y en el arco colocado ante la puerta del templo, otra señorita recitó una poesía. Tras la entrada al templo inició la visita pastoral a éste y luego pasó a la casa parroquial, ambos edificios perfectamente adornados; en este último, un grupo de niños interpretó cánticos religiosos. En la noche de ese día y en la del siguiente predicó el obispo en la iglesia, completamente llena de feligreses, y en la del segundo día una comparsa femenina le ofreció una serenata. El día 11, tras decir misa, fue despedido por las autoridades, hermandades, niños de las escuelas y Banda de Música, para continuar su visita pastoral por Arona, a donde le acompañaron las autoridades y algunas personalidades locales, así como dicha banda…

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