La inolvidable “Fiesta del Árbol” celebrada en Fasnia en 1929

Fasnia-Fiesta del Árbol     La primera “Fiesta del Árbol” celebrada en el planeta tuvo lugar en Villanueva de la Sierra (Cáceres) en 1805, por iniciativa del cura párroco, como gesto oportuno para conmemorar el valor de la libertad, tras lo destruido que quedaron los montes del norte de Cáceres por las batallas libradas entre las tropas locales y las francesas de Napoleón Bonaparte. En Canarias, la primera “Fiesta del Árbol” se celebró en Las Palmas de Gran Canaria el 29 de abril de 1902, por iniciativa del periodista don Francisco González Díaz, conocido como el “Apóstol del árbol”; fue organizada por la Asociación de la Prensa, ante la inacción de las instituciones públicas, de lo que se quejó su impulsor. El 6 de diciembre de ese mismo año también se celebró en Santa Cruz de Tenerife. El auge que fue adquiriendo esta celebración a lo largo del Estado español, determinó la publicación en 1915 del Real decreto nº 10, de 5 de enero, “declarando obligatoria la celebración anual de una Fiesta del Árbol en cada término municipal”. Pero ello no determinó su efectiva puesta en práctica, pues serían muy contadas las localidades canarias que cumplieron lo establecido en dicha disposición; entre ellas recordamos, además de ambas capitales, Teror, Arucas, Santa María de Guía, Gáldar, Moya, Telde, Santa Brígida, La Laguna, La Orotava, Icod de los Vinos, Güímar, Guía de Isora, Fasnia, Arrecife de Lanzarote, etc.

     En el presente artículo nos vamos a ocupar de la “Fiesta del Árbol” celebrada en Fasnia el 10 de marzo de 1929, que fue organizada por el Ayuntamiento y los maestros nacionales de la localidad, en la que se pudo apreciar la sensibilidad que por entonces tenían los docentes y las autoridades locales por la educación y el medio ambiente. Su promotor fue el recordado maestro, político socialista, sindicalista y poeta don José Galán Hernández, por entonces al frente de la escuela de niños de La Zarza y concejal del Ayuntamiento. El objetivo era doble, por un lado educativo, dirigido a los niños de las escuelas, y por otro ecológico, para concienciar a la población en general sobre la necesaria protección del medio ambiente, a través de la conservación de los árboles y la cubierta vegetal, especialmente en municipios áridos y deforestados, como era el caso de Fasnia…

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