Miembro de una destacada familia que llevaba en sus venas sangre portuguesa y guanche, heredó y adquirió notables propiedades agrícolas y ganaderas en Arafo, donde transcurrió toda su vida. Además, como otros parientes, siguió la carrera militar, en la que alcanzó el empleo de alférez del Tercio de Milicias del Valle de Güímar, en el que se mantuvo hasta su muerte.
Nació en Arafo en noviembre de 1610, siendo hijo de don Juan Marrero y doña María Magdalena. El 19 de dicho mes fue bautizado con “oleo y crisma” en la iglesia parroquial de Santa Ana de Candelaria, de la que por entonces dependía dicho lugar, por el padre fray Tomás de Coronado, dado que los frailes del convento dominico servían en esa época el Beneficio; fue su padrino el padre fray Antonino de Mederos…
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