Por iniciativa de dos devotos araferos, don Anselmo Núñez Marrero (que más tarde ingresó en la Congregación fundada por San Vicente de Paúl) y su amigo don José Rodríguez Arvelo, secundados por el alcalde don Tomás de Mesa Pérez y el cura párroco don Hildebrando Reboso Ayala, se llevó a cabo una suscripción popular con el fin de adquirir una imagen de la Virgen María Auxiliadora para la parroquia de Arafo, que solicitaron por carta a Turín a don Miguel Rúa, por entonces superior mayor de la Congregación Salesiana y sucesor de San Juan Bosco. Éste dio órdenes a las Escuelas Profesionales de Sarriá en Barcelona, para que de sus talleres se enviase una talla de la Virgen a los solicitantes, tal como así se hizo.
La bellísima imagen de la Auxiliadora llegó a la Villa de Arafo en 1907, siendo recibida con entusiasmo por el pueblo y bendecida solemnemente el 27 de agosto por el cura párroco don Hildebrando Reboso, en el transcurso de las Fiestas Patronales de dicho año, actuando como padrinos el citado alcalde don Tomás de Mesa y su esposa doña Eloísa Ferrera; en dicho acto destacó la intervención del Padre Martel, de la Congregación Misionera, en su última actuación en Tenerife.
Desde entonces, en Arafo se venera con fe a María Auxiliadora, pues no en vano ésta fue la primera localidad canaria que acogió tal advocación de la Virgen. Los araferos acogieron con cariño a esta imagen, que se colocó inicialmente en uno de los altares laterales del templo parroquial. Tras su adquisición, el citado Anselmo Núñez le quiso construir una capilla en la Cruz del Llano, pero no llegó a hacerse realidad. No obstante, el párroco Reboso Ayala dedicó su larga vida a inculcar el amor por esta Virgen, que dejó como herencia a su sucesor, don Vicente Jorge Dorta, quien también regentó durante 53 años la Parroquia de San Juan Degollado…
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