Miembro de una familia destacada y vinculada a las Milicias Canarias, nuestro biografiado se sintió atraído desde muy joven por la carrera militar. Por ello, ingresó como soldado distinguido en el Regimiento de Milicias Provinciales de Abona; luego, por sendos reales despachos, ascendió a subteniente y teniente de la compañía de Cazadores del mismo cuerpo, empleos con los que actuó en varias ocasiones como jefe accidental de su compañía, por ausencia del capitán. Contrajo matrimonio en su Granadilla natal con una mujer de familia también vinculada a las Milicias, con quien no tuvo sucesión, y tras su retiro emigró solo a América, donde probablemente falleció.
Nació en Granadilla de Abona el 27 de enero de 1804, siendo hijo de don José García del Castillo Villarreal y doña María (García) Perlaza de Arocha, vecinos de Charco del Pino. Dos días después fue bautizado en la iglesia de San Antonio de Padua por el párroco propio don Isidoro Rivero y Peraza de Ayala; se le puso por nombre “Sebastián Antonio” y actuó como padrino don Joaquín Perlaza, de la misma vecindad…
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