En un artículo anterior ya nos ocupamos del desaparecido Castillo de San Pedro que existía en la Marina de Candelaria, cuya construcción fue ordenada en 1697 por el capitán general don Pedro de Ponte. Tuvo gobernador o castellano puesto por el Rey, además de un condestable y media compañía de Artillería. A pesar de sus deficiencias, continuó cumpliendo su misión defensiva hasta que el aluvión de 1826 lo hundió en el mar.
En 1779 ya se advertía que el citado Castillo, que tenía solo dos cañones, era de tan mala construcción y debilidad que servía de muy poco, por lo que era forzoso sustituirla por una batería situada junto al desembarcadero de Pocillo Santo, al otro lado de la playa, debiendo quedar la antigua fortaleza para la fusilería, como desahogo de la línea de defensa. Por este motivo, en 1793 se construyó la Batería de Santiago, explanada descubierta y semicircular capaz para cuatro cañones. Tras la desaparición del Castillo de San Pedro continuaron las obras de defensa del Santuario, siendo reconstruida y mejorada la Batería de Santiago, que permaneció en servicio hasta 1878, en que fue desartillada. A ella vamos a dedicar el presente trabajo…
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