El largo proceso de creación de la parroquia de San Bartolomé del Río de Arico y la relación de sus párrocos

     Después de consolidado el núcleo del Río de Arico, los vecinos principales decidieron levantar una ermita y, tras obtener la correspondiente autorización, en junta celebrada en 1674 acordaron dedicarla a San Bartolomé Apóstol y dotar al templo. El cargo de primer mayordomo recayó en don Antonio Gaspar, quien rindió sus primeras cuentas en 1678, de las cuales se deduce que ese primer templo era una modesta capilla, en forma de salón, sin presbiterio diferenciado, y presidida por un cuadro de San Bartolomé. En 1691 ya se había incorporado al templo la actual imagen del Santo titular, de talla completa y policromada, cuyo autor fue el imaginero don Domingo de Campos. Desde su fundación contó con mayordomos y capellanes para su cuidado y servicio. En 1739 comenzó la construcción de una capilla mayor, separada de la nave principal por un arco de cantería de medio punto, que ya había sido construido en 1745; luego siguió la construcción de la sacristía y todas las obras de esta ampliación concluyeron en 1754; el presbiterio resultante tenía planta cuadrada y estaba situado a la misma altura de pavimento de la nave; no se le pudo hacer retablo, pero se abrieron tres nichos en la pared del fondo. Mientras se reconstruía la ermita, en 1774 fue dotada la festividad de San Bartolomé, el 24 de agosto, por una vecina de El Río, doña María Candelaria Pérez. En el inventario de 1780 ya figuraba en el nicho central la Virgen de la O y a los lados un Cristo y San Bartolomé; también existían en el presbiterio una imagen de la Concepción, quince cuadritos y la pila del agua bendita con tasa de cantería, que también se conserva. En 1778 fue dotada la festividad de la Virgen de la O, que se celebraba el 18 de diciembre, en el testamento de doña Ángela María Martín. En 1836 se reformó todo el frente de la ermita y se recomendó la construcción de un campanario, un sardinel en la capilla mayor y un retablo para la misma, con repisa de cantería. En ese mismo año el obispo aceptó cederle la campana de la incendiada ermita de la Punta de Abona, por lo que ya contaba con una espadaña sobre la puerta principal. A mediados de esa centuria se construyó el retablo, que ya existía en 1882. En 1932 se sustituyó el campanario por su nueva torre y se adquirió la campana grande. En 1967 se restauró el interior del templo y se levantaron los nuevos cuerpos de la torre.

     En el presente artículo nos vamos a centrar en el largo proceso seguido para elevar la ermita de San Bartolomé Apóstol a la categoría de parroquia, el cual comenzó el 27 de mayo de 1854 y concluyó el 1 de enero de 1944, en que comenzó a regir, aunque desde 1929 ya era parroquia filial de la de San Juan Bautista de la villa de Arico. También se incluye la relación de párrocos que la han regentado desde su creación, con breves reseñas biográficas. En estos 75 años, desde el 1 de enero de 1944, han estado al frente de esta parroquia un total de 24 sacerdotes, ninguno de los cuales ha nacido en Arico y solo siete han sido nombrados exclusivamente para esta parroquia. El récord de permanencia en la parroquia lo ostenta don José Bernardo Juan, con 12 años y medio; le siguen: don José Antonio Baute Chico (más de 12 años), don Miguel Dévora Hernández (5 años), don Jorge Hernández Rodríguez, don Norberto Álvarez González, don Jerónimo Hernández Rodríguez y don Juan P. Velázquez Velázquez (más de 4 años cada uno), don José Luis B. Escobar Blanco (casi 4 años), don Pablo González y González (casi 3 años y medio) y don Benito José María Lagos (más de 3 años).

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