El antiguo “Cementerio del Pino” en Arafo (1839-1924) y los serios conflictos que ocasionó entre la Parroquia y el Ayuntamiento

     Durante 298 años, todos los fallecidos en la jurisdicción de Arafo recibieron sepultura en los templos de Candelaria: primero en la Cueva de San Blas, desde 1497 hasta 1580, y luego en la iglesia de Santa Ana, desde ese último año hasta 1795. No obstante, algunos vecinos recibieron sepultura en la ermita de San Juan de Güímar y a partir de 1608 en la nueva iglesia de San Pedro Apóstol de esa misma localidad, sobre todo después de que en 1630 la parroquia comarcal pasase a este último templo.

   A pesar de que por una Real Orden de Carlos III, fechada en 1787, se prohibía el entierro de cadáveres en las iglesias por motivo de salubridad, esa disposición estuvo sin aplicarse en Arafo durante más de medio siglo, pues los araferos continuaron sepultándose en la iglesia de Santa Ana de Candelaria y luego, durante 43 años y medio, todos los fallecidos en Arafo (más de 600) fueron enterrados en la iglesia de San Juan Degollado, desde la elevación de ésta a parroquia en 1795 hasta la construcción del viejo cementerio en 1839. Ocasionalmente, también se dedicó a este uso la antigua sacristía, en la que el 28 de octubre de 1810 se enterró a don Pedro Quiroga, natural de Galicia.

    La edificación de un camposanto se mantuvo como una de las principales necesidades de Arafo a lo largo del primer tercio del siglo XIX. Por ello, en 1833 el alcalde don Vicente Tomás Marrero dirigió un memorial al corregidor de la isla, exponiendo la urgencia de destinar una asignación para la expresada fábrica. El Ayuntamiento volvió a tratar de este asunto el 20 de marzo de 1836, cuando dispuso que los vecinos debían aportar materiales para su construcción, conforme a las posibilidades de cada uno, castigándoseles con multas a aquellos que no cumplieran con ese deber. Se eligió para su ubicación un lugar situado en las afueras del pueblo, al lado del antiguo Pino del Calvario y los terrenos fueron cedidos por don José González. De este modo, casi medio siglo después de la creación de la parroquia, en 1838 comenzó la construcción del primer cementerio de este pueblo…

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Un comentario en «El antiguo “Cementerio del Pino” en Arafo (1839-1924) y los serios conflictos que ocasionó entre la Parroquia y el Ayuntamiento»

  1. Debería de colocarse una placa en la iglesia de San Juan Degollado, donde se recogiesen los nombres y apellidos de los allí sepultados, como póstumo homenaje, a fin de que nuestros antecesores no queden en el olvido.

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