Reflexiones en torno a una emotiva distinción

Acto-Calle-2014Cuando ya han pasado algunos días de uno de los momentos más emotivos de mi vida, creo llegado el momento oportuno para hacer unas breves reflexiones y expresar mi agradecimiento a todos los organizadores y asistentes al mismo.

Como ya saben, el pasado 1 de agosto se celebró el acto oficial de nominación de una calle con mi nombre en El Escobonal (Güímar), mi pueblo natal. Cuando yo nací, esta vía era una simple vereda de irregular pendiente; luego, en mi etapa de concejal, se transformó en una pista asfaltada, construida por los propios vecinos con la colaboración municipal, y de esa obra aún tengo alguna cicatriz en una de mis manos; años más tarde se transformó en una hermosa vía, ancha y con aceras, para que pudiesen subir las guaguas y los alumnos al nuevo colegio, construido junto a ella.

En ese inolvidable acto fui arropado por muchas personas e instituciones, a los que quiero agradecer su presencia: el Ayuntamiento casi en pleno, con su alcaldesa al frente, mi paisana agachera Carmen Luisa Castro Jorge, quien en su intervención me dirigió unas bonitas palabras, lo mismo que la actual concejal de Cultura, Loly Rodríguez Pérez, en las que se ponía de manifiesto tanto el reconocimiento y el respeto por mi labor como el cariño hacia mi persona; la Comisión Municipal de Honores y Distinciones en su integridad y algunos de sus antiguos miembros, con los que he compartido muchas horas de trabajo; representantes de la Junta de Cronistas Oficiales de Canarias, mis compañeros Febe Fariña Pestano, cronista oficial de Arafo, a quien le tocó hacer mi reseña biográfica, labor que asumió con la rigurosidad y la profesionalidad que son habituales en él, sin soslayar el afecto que nos tenemos desde hace muchos años, y Juan Carlos Díaz Lorenzo, cronista oficial de Fuencaliente, quien haciendo honor a su cargo hizo un amplio reportaje fotográfico y una bella reseña del acto que publicó en su blog; directivos y antiguos socios del Tagoror Cultural de Agache, encabezados por su actual presidente, Josué Rodríguez Gómez, quien intervino en el acto para justificar la propuesta de esta iniciativa, como reconocimiento a su fundador y presidente honorario; la Comisión de Fiestas en honor a San José, con su presidenta a la cabeza, Silvia Pérez Díaz, quien me entregó un detalle elaborado por una artesana local, con símbolos de nuestro pueblo; el cura párroco de la comarca, Antonio Damián Herrera Chávez, y el vicario de Santa Cruz de Tenerife, Juan Manuel Yanes Marrero, amigo de la infancia y colaborador fiel en muchas aventuras juveniles, así como otras muchas personas ligadas a la Parroquia de San José; el Ayuntamiento de Candelaria, representado por el teniente de alcalde y buen amigo, José Francisco Pinto Ramos; el Departamento de Botánica de la Universidad de La Laguna, a través de varios compañeros y antiguos alumnos; y otros muchos amigos y paisanos, que no relaciono por temor a omitir alguno.

Quiero dedicar un capítulo especial a los miembros de mi familia presentes en el acto, por estar siempre a mi lado: mi esposa, compañera y amiga, Mari Carmen Gil Hernández; mis hijos, Romén y Béntor; sus novias, Mónica y Leticia; mi madre, Miguelina Delgado Frías; mi hermano Miguel; mi cuñada Marina; mi sobrina Noelia; y mis primos, Nelly, José Enrique, Juana Mari, Manola y  Cari.

A medida que pasan los años, y yo ya voy para 57, uno se va haciendo cada vez más sensible y ello justifica los sentimientos que ese día afloraron a mi piel, sobre todo ante las ausencias forzadas por la distancia o la ley de vida. Lamenté especialmente la de mi padre, Domingo Octavio Rodríguez Díaz, carpintero y músico, fallecido hace 23 años, quien colaboró conmigo en todas las aventuras que emprendí en mi juventud y que me han traído hasta aquí, a pesar de no estar totalmente de acuerdo con algunas de ellas; mi recordado maestro, don Juan Rodríguez Pérez (vivo en el cuerpo pero no en la mente), y el párroco del pueblo, don Julio Herrera González (a muchos kilómetros de distancia y del que fui monaguillo), quienes convencieron a mis padres de que debía estudiar y me buscaron una beca para ello; don Agustín Sánchez Suárez, “El Zapatero”, ya fallecido, hombre de buen humor y mente abierta, del que recibí buenos consejos y en cuyo taller pasé muchos ratos de mi infancia y adolescencia; don Gonzalo Díaz Hernández, que también nos dejó hace muchos años, director de la sucursal de CajaCanarias y amante de todo lo canario, que fue uno de los impulsores del Tagoror Cultural de Agache y nos inculcó el amor por lo nuestro; y don Carlos Díaz Campos “El Policía”, la memoria viva de esta comarca, que me enseñó mucho de lo que sabe sobre la historia, las tradiciones, los personajes y la etnobotánica de nuestro pueblo, a quien los achaques de su larga vida lo están alejando de nuestra realidad.

Otros muchos amigos y antiguos colaboradores tampoco pudieron estar presentes por motivos familiares o profesionales, o sencillamente porque no se enteraron a tiempo. Eché en falta su presencia física, pero no la anímica, porque a la hora de hacer balance yo los sentía allí, junto a mí en un momento tan especial.

En fin, aunque ya he recibido varias distinciones en éste y otros municipios vecinos, debo reconocer que el reconocimiento en tu pueblo natal, en el que creciste y te formaste como persona, es siempre distinto y constituye un momento único en tu vida. Por ello, una vez más quiero expresar públicamente mi profundo agradecimiento a todos, presentes y ausentes, por su apoyo sincero. Gracias, muchísimas gracias.

Por si quieren descubrir mi parte más humana, en el siguiente enlace pueden leer mi discurso de agradecimiento:

Discurso-AGRADECIMIENTO CALLE EL ESCOBONAL-2014

También adjunto el enlace a la crónica del acto, con muchas fotos, publicada por mi compañero y amigo el cronista oficial de Fuencaliente, Juan Carlos Díaz Lorenzo:

Reseña acto-BLOG JUAN CARLOS DIAZ LORENZO

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