Vilaflor de Chasna-Güímar: Don Antonio Fumero y Pérez (1847-1907), secretario del Ayuntamiento de Vilaflor, escribiente en Adeje, maestro en propiedad de Vilaflor y Güímar

Vilaflor-18   Tras obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza, este docente chasnero consiguió por oposición la escuela pública de niños de Vilaflor, que ostentó en propiedad durante unos de tres años y medio; simultáneamente ejerció como secretario del Ayuntamiento de su pueblo natal. Renunció temporalmente a su escuela y se trasladó a Adeje, donde trabajó durante algunos años como escribiente del Ayuntamiento. Con posterioridad se reintegró a su plaza de maestro de Vilaflor, que desempeñó ininterrumpidamente durante 20 años y, a pesar de su reconocida profesionalidad, sufrió continuos atrasos en el abono de su escaso sueldo. Al final de esta etapa solicitó sin éxito la escuela elemental de niños de Granadilla de Abona, que estaba mejor dotada, aunque sí obtuvo luego la de Güímar, a cuyo frente solo permaneció los dos últimos años de su vida, desarrollando una brillante labor docente que fue destacada por la prensa. También fue elegido presidente del Casino de esta villa, en la que falleció.

      Nuestro biografiado nació en Vilaflor el 16 de mayo de 1847, siendo hijo de don Agustín Fumero Hernández y doña María de la O Pérez Medina. El 22 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial del Apóstol San Pedro por el beneficiado servidor don José Lorenzo Grillo; se le puso por nombre “Antonio Agustín” y actuó como padrino don Antonio Pérez Sierra, natural y vecino de Arona…

     En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Artículo-ANTONIO FUMERO PÉREZ

3 comentarios en “Vilaflor de Chasna-Güímar: Don Antonio Fumero y Pérez (1847-1907), secretario del Ayuntamiento de Vilaflor, escribiente en Adeje, maestro en propiedad de Vilaflor y Güímar

  1. Recuperar la historia de los maestros rurales, don Octavio, ya sabes que es una de mis debilidades. Como en cualquier otro colectivo «habrá de todo», pero enseñar a leer y a escribir, cuando encima te malpagaban (si es que te pagaban), me parece una labor de lo más encomiable.

    • Conozco tu debilidad por los maestros, esos «hacedores de personas», que moldean a los niños desde su más tierna edad, dejándoles una huella que suele durar toda la vida. Sin duda es una carrera vocacional que siempre ha tenido mucho mérito, pero a mí me llegan más al alma cuando lo hacían cobrando poco y mal, y el Sur de Tenerife sabe mucho de eso, tanto en el siglo XIX como en las primeras décadas del XX.

  2. Querido don Octavio, bueno es no olvidar esas penurias, para no volver a ellas. Nadie lo desea, ni si quiera cuando censuramos ciertos acomodos actuales que muchas veces llegan a la pretensión mimosa de quienes ven en la docencia no una profesión que exige vocación y entrega, sino una actividad más para cobrar un sueldo y «si aprenden bien y sino que se busquen la vida». Entre el sacrificio de antaño y, no en todos pero sí en algunos casos, el pasotismo de ahora, hay que ser capaces de encontrar la vía del sentido común… Y en ese contexto, para nada ayudan los «papeles de Bárcenas» ni los «ERES de Andalucía»… ni las piruetas insolidarias u oportunistas de esta España nuestra que, como la enseñanza, patina por demasiados costados…
    También entre el «Arriba España y prieta las filas» deberíamos encontrar el «España, si se lo propone sale de esta», vamos a ello, pues….juntos podemos.

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