Granadilla de Abona: Don Juan Pedro de Frías y Peraza (1814-1879), Bachiller, notario público eclesiástico, cura párroco, mayordomo de fábrica, capellán castrense y maestro

Granadilla-7      Aunque nacido en una familia de profunda tradición militar, don Juan Pedro de Frías se sintió atraído desde muy joven por la carrera eclesiástica, obteniendo muy pronto cargos de responsabi­lidad en la parroquia natal. Tras obtener el título de Bachiller, fue notario público eclesiástico, teniente de cura, párroco servidor, mayordomo de fábrica y, finalmente, cura ecónomo de Granadilla de Abona; cometido este último que desempeñó durante 14 años, con una interrupción de cinco en que regentó la parroquia de San Miguel de Abona. También fue secretario del comité electoral de Granadilla, mayordomo de la ermita de San Isidro, capellán castrense de la Sección de Milicias de Abona, cargo éste que ocupó durante los últimos 21 años de su vida, y ejerció como maestro en su pueblo natal.

    Nació en Granadilla de Abona el 30 de abril de 1814, siendo hijo de don Gregorio Francisco de Frías y doña Jerónima Peraza y Ayala, naturales y vecinos de dicho lugar. Ese mismo día recibió el bautismo en la iglesia de San Antonio de Padua, de manos del párroco propio Dr. don Isidoro Rivero y Peraza de Ayala; se le puso por nombre “Juan Pedro de Santa Catalina” y actuó como madrina doña Ana Peraza y Ayala, su tía materna…

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Artículo-JUAN PEDRO DE FRÍAS Y PERAZA

4 comentarios en “Granadilla de Abona: Don Juan Pedro de Frías y Peraza (1814-1879), Bachiller, notario público eclesiástico, cura párroco, mayordomo de fábrica, capellán castrense y maestro

  1. Leyendo la biografía de este señor, no nos resulta difícil comprender como el polinomio «iglesia-ejército-economía-política» = PODER, ha marcado y marca la historia de los pueblos. Reflexionemos cuánto «poder», a escala local, podría llegar a acumular un párroco de estas características, con tanta información real y espiritual (confesiones) concentradas en una sóla persona.

    No debe extrañarnos pues el carácter conservador que, en general, prima en la jerarquía eclesiástica. No lo olvidemos, conservardor alude a conservar y, claro: » quien más tiene que conservar, más conservador será».

    • Pedro, es lo que hay. En esa época las élites de los pueblos estaban conformadas por el cura párroco, el comandante de armas (que era el militar de mayor graduación), el alcalde (elegido entre los mayores contribuyentes) y el maestro (que casi siempre era también secretario del Ayuntamiento). A ellos se añadiría posteriormente el médico. Incluso algunos de estos personajes llegaron a reunir varios de los cargos anteriores, como el sacerdote objeto de este trabajo, que además de párroco fue capellán castrense, propietario agrícola y maestro (al estar en posesión del título de Bachiller), amén de otros cargos de menor relieve. Sin duda fue un personaje en la Granadilla del siglo XIX.

      • Así es Octavio, y cuando leo sobre estos personajes, y los ubico en su medio rural, no puedo evitar reflexionar acerca del «poco bien que hicieron algunos y del mucho mal que hicieron unos pocos»… Y es entonces, cuando más me acuerdo de los muchos sobre los que nada se escribe ahora, porque tampoco se escribió entonces. Son los «antipersonajes», los ignorados para siempre. Me imagino que ha sido antes, así es ahora y así será siempre. Vaya por ellos.

        Abrazos.

        • Tienes razón Pedro, mis abuelos, bisabuelos, etc. fueron de esos personajes anónimos que durante su vida se limitaron a trabajar para sacar a su familia adelante, sin hacer nada extraordinario que les hiciera destacar en su pueblo. Bien me gustaría escribir sobre estos personajes, pero es imposible abarcarlos a todos, pues para no entrar en agravios comparativos tendría que biografiar a más del 90 % de los habitantes de cada pueblo del Sur. Por ello, en este blog me he limitado a aquellas personas que han hecho algo distinto a la mayoría, destacando por su actividad personal (como militares, religiosos, docentes, deportistas, artistas, etc.) o por su trabajo para la sociedad en las que le tocó vivir, desde su profesión o desde una actividad altruista, relacionada con la vida municipal, asociativa, festiva, etc. El objetivo no es resaltar solo a la élite de los pueblos, sino a todos aquellos que lograron salirse de la media y destacar en un contexto a veces muy humilde, muchas veces como luchador, folclorista, partera, etc., actividades bien alejadas de las élites intelectuales o económicas. No margino a nadie, pero ante la imposibilidad de abarcarlo todo me tengo que limitar a los que destacaron en algún aspecto y aportaron algo diferente, por lo menos en esta vida. Un abrazo.

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