Las propuestas de anexión del municipio de Arafo al de Güímar en el siglo XIX, a causa de sus dificultades económicas

Güímar-Valle-3     El pueblo de Arafo compartió su historia religiosa y municipal con Güímar y Candelaria hasta mediados del siglo XVIII y luego casi exclusivamente con esta última localidad hasta finales de esa misma centuria, en que logró su segregación definitiva (en 1795 en lo religioso y en 1798 en lo civil). Pero en la segunda mitad del siglo XIX se planteó en varias ocasiones la posibilidad de suprimir el término municipal de Arafo, dada la grave situación económica por la que atravesaba el Ayuntamiento, y su anexión al vecino municipio de Güímar.

     El 26 de octubre de 1848, el titular del Gobierno político de la provincia firmó una circular en la que instaba a los municipios más pequeños, con poca población preparada para llevar un Ayuntamiento o con escasos recursos económicos para cubrir los gastos del personal, a que solicitasen su supresión y la agregación a otro, con el fin de constituir un distrito municipal capaz de cumplir las obligaciones que le imponía la ley. El 2 de mayo de 1854, El Noticioso de Canarias se ocupaba del intento de algunos vecinos de Güímar  por anexionarse Arafo, pero lo cierto es que por entonces no pasó nada. La prolongación de los problemas económicos de Arafo y sus incumplimientos económicos, hizo que el 14 de abril de 1866 El Insular plantease de nuevo la conveniencia de agregar el distrito municipal de Arafo al de Güímar, pues no podía atender sus compromisos, como el pago a los maestros.

     La caótica situación municipal española y la necesidad de mejorar el estado financiero de los ayuntamientos, motivó que el Gobierno central se plantease la posibilidad de reestructurar dichas instituciones, a través de una Real Orden promulgada el 23 de octubre de 1867, que fue recogida en la circular nº 189 del gobernador civil de la provincia de Canarias, firmada en Santa Cruz el 24 de diciembre de dicho año y publicada en el Boletín Oficial de la Provincia del 27 del mismo mes, “referente á la supresión, conservación y agregación de distritos municipales de estas Islas”. Entre otras cuestiones, debían informar al Gobierno Civil de la conveniencia de ser anexionados a otro municipio y en ese caso a cual, o de lo contrario, debían exponer sus razones para que se les agregase uno suprimido y también los recursos de que disponían para poder cubrir sus presupuestos. Con motivo de dicha circular, el municipio de Arafo sufrió el más grave intento de alteración de sus límites, al plantearse seriamente la posible fusión de los términos de Güímar y Arafo. Pero ante tal posibilidad, la corporación municipal arafera se opuso de forma tajante a la agregación a otro término, tal como manifestó en la sesión celebrada el 6 de enero de 1868. Por su parte, como respuesta a dicha circular, el Ayuntamiento de Güímar acordó, en sesión ordinaria celebrada el 12 del mismo mes, en primer lugar defender su distrito por ser el núcleo central y más poblado del Valle, considerando inoportuna la agregación a otro municipio y la pérdida de sus prerrogativas municipales; y en segundo lugar proponer al gobernador civil la anexión al mismo del pueblo de Arafo, que pasaría a ser un barrio más. Pero esta pretensión de variar la configuración territorial y administrativa de ambos municipios fue tan solo una propuesta que, como las anteriores, quedó en papel mojado, pues nunca se llevó a cabo y ambos pueblos han seguido manteniendo su integridad municipal…

      En el siguiente enlace se puede descargar el artículo completo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *