Pocos sacerdotes del Sur tinerfeño han alcanzado tan justa fama como don Isidro Quintero y Acosta, quien desde simple colector y bolsero en Güímar pasó a América, donde desempeñó inicialmente los cargos de párroco auxiliar de Santa María del Rosario en Venezuela, teniente de cura de San Juan de Jaruco en Cuba y promotor fiscal de la Curia de La Habana. Luego pasó a la Louisiana como secretario de correspondencia, prosecretario y notario de visita del Obispado, del que al poco tiempo fue designado secretario de cámara y gobierno, cargo este último que también desempeñó posteriormente en el Arzobispado de Guatemala. Sin apego por las riquezas, regresó a Güímar para trabajar como humilde profesor y mayordomo de fábrica de San Pedro, a la vez que fue hermano mayor y secretario de la Hermandad del Rosario, y miembro de la Hermandad del Carmen. Sin embargo, reconocidos sus méritos, al crearse el Obispado de Tenerife fue agraciado con una Ración, designándosele poco después vicario foráneo de la Villa de La Orotava y hacedor de los partidos de Taoro y Daute. Sus compañeros del Cabildo catedral lo eligieron para que pasase como diputado a la Corte con el fin de evitar la supresión de la Diócesis, para lo cual realizó intensas gestiones durante varios años en Madrid y Sevilla, logrando no sólo su objetivo sino también el nombramiento del primer obispo. A su regreso a Canarias proporcionó a estas islas un histórico beneficio, al introducir en ellas el cultivo de la cochinilla, principal riqueza del archipiélago en el siglo XIX. Como premio al perfecto cumplimiento de su misión, el Sr. Quintero fue recompensado con el ascenso a canónigo y con los títulos de juez examinador sinodal y juez colector general de Espolios y Vacantes de la Diócesis; además, desempeñó los cargos de bibliotecario de la Catedral y prosecretario del Cabildo. Fue en suma un sacerdote extraordinario, ilustrado y caritativo, así como un excelente orador sagrado.
Nació en Güímar el 15 de mayo de 1764, en la casona familiar situada junto al convento dominico de la localidad, siendo hijo de don José Quintero Padrón, natural de Valverde de El Hierro, y de doña Antonia Josefa de Acosta y Yanes, que lo era de La Laguna, aunque oriunda también de El Hierro por su padre. Ese mismo día recibió las aguas bautismales en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, de manos del beneficiado propio don Cristóbal Alonso Núñez; se le puso por nombre “Isidro José” y actuó como padrino don Salvador Rodríguez Adrián…
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