Adeje: Don Matías del Castillo Iriarte (1782-1848), subteniente de las Milicias Honradas, “clérigo”, comerciante, regidor perpetuo, alcalde y benefactor de Santa Cruz de Tenerife, juez interino de primera instancia y destacado masón

Miembro por su madre de una importante familia tinerfeña, don Matías del Castillo Iriarte, fue el último varón de una numerosa progenie, que destacó por su ilustración y la intensa actividad política desplegada en Santa Cruz de Tenerife. En su juventud fue subteniente de la 1ª Compañía de las Milicias Honradas de Santa Cruz de Tenerife. También inició la carrera eclesiástica, llegando a ser considerado “clérigo”, aunque no tenemos constancia de que recibiese órdenes sagradas, e incluso su tío don Bernardo de Iriarte le consiguió un beneficio parroquial, aunque su falta de vocación le hizo abandonarla. Pero, sobre todo, fue un notable comerciante en dicha capital durante toda su vida. Sin embargo, la labor que más prestigio le dio estuvo vinculada al Ayuntamiento de Santa Cruz, en el que ostentó numerosos cargos, tras ser nombrado regidor perpetuo: diputado; alcalde y presidente de la corporación en cuatro etapas cortas, coincidentes con otras tantas épocas de crisis; miembro de varias comisiones municipales; regidor 1º; comisionado y benefactor del Ayuntamiento, etc. Además, fue voluntario de la Milicia Nacional; un destacado masón, con grado 33º, el máximo alcanzado por un tinerfeño en su época; juez interino de primera instancia de dicha villa y su partido; componente de la Junta General de Fomento de la Riqueza; elector de diputados a Cortes; y vicepresidente de la Junta para la concesión de una condecoración cívica. Otra de sus características, fue su versatilidad y capacidad de adaptación a la cambiante realidad política española de la primera mitad del siglo XIX. Sufrió la pérdida de su casa de la calle de la Marina en un incendio y, como reconocimiento a su labor, se dio su nombre a una calle de Santa Cruz.

Bajo su mandato se consiguió la primera nomenclatura de las calles y la numeración de las casas; el título de villa y el escudo municipal; el alquiler de la primera casa consistorial; la aprobación de los primeros arbitrios para el aumento y aprovechamiento de las aguas, así como para cuidar y repoblar los montes; la capitalidad de Canarias para Santa Cruz de Tenerife; y la aprobación de un nuevo reglamento de aguas de regadío y abasto público. Asimismo, de su propio peculio sufragó parte de los gastos de la epidemia de fiebre amarilla; donó al Ayuntamiento el primer escudo municipal, su primer sello y un retrato del Rey Fernando VII; y patrocinó una fiesta. Como diría don Diego Matías Guigou y Costa en su libro “El Puerto de la Cruz y los Iriarte”: “fue un buen santacrucero, amante de su pueblo”. Su actividad pública ha sido recogida, en gran parte, en la magna obra de don Alejandro Cioranescu “Historia de Santa Cruz de Tenerife”.

Nació en la Casa Fuerte de la villa de Adeje el 24 de julio de 1782, a las diez de la noche, siendo hijo de don Francisco del Castillo Santelices, natural de la villa de Escalante en las montañas de Santander, y doña Catalina Iriarte y Nieves-Ravelo, que lo era del Puerto de la Cruz. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula, por don Agustín de Salazar, beneficiado propio de la misma; se le puso por nombre “Matías Antonio Francisco Santiago Cristóbal Ramón” y actuó como madrina doña Catalina del Castillo Iriarte, su hermana mayor, quien por entonces sólo tenía seis años…

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Las tragedias se ciernen sobre la Casa Fuerte de Adeje en el siglo XX. El esplendor y la desgracia en un edificio histórico y emblemático del Sur de Tenerife.

La Casa Fuerte de Adeje fue durante casi tres siglos y medio el centro político, económico y social de dicha villa histórica, al ser la sede del Mayorazgo, el Señorío jurisdiccional y el Marquesado, así como el punto de referencia en su ordenación urbana a través del tiempo. Tras una larga época de esplendor, en el siglo XIX se inició su declive, que alcanzó su punto álgido en 1902, con un incendio que destruyó la edificación en su mayor parte, y continuó con la poco favorable sucesión de propietarios. Tras la destrucción parcial del bello edificio, a lo largo del siglo XX se sucedieron las tragedias en las extensas propiedades de la Casa Fuerte: un niño ahogado en una de sus represas; un incendio en sus almacenes del Puertito de Adeje; otro incendio en su pinar particular; el saqueo del archivo; el incendio de la cocina; y el grave accidente con un muerto y varios heridos, por una salva disparada por el cañón de la Casa Fuerte al comienzo de las Fiestas Patronales de Adeje. A pesar de su prolongado deterioro, las ruinas de la Casa Fuerte de Adeje continúan en pie y todo el recinto fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento, albergándose desde hace muchos años la ilusión de la restauración de este histórico edificio, uno de los más emblemáticos del Sur de Tenerife, que frenaría su ruina y permitiría su aprovechamiento turístico y cultural.

Concebida como un palacio-fortaleza para residencia de la familia Ponte y sus descendientes, la solicitud de autorización para su construcción fue dirigida al Rey por don Pedro de Ponte y Vergara (?-1569), alegando su necesidad ante las frecuentes incursiones que los piratas franceses e ingleses hacían en las costas de Adeje; y le fue concedida mediante Real Cédula del 2 de mayo de 1555, expedida en Valladolid por la Princesa Doña Juana, en nombre de su padre el Emperador don Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. También se le concedió la alcaldía perpetua de la fortaleza, para sí y sus herederos, sin otra obligación que la de prestar pleito homenaje a los Reyes de España. Probablemente se comenzó a construir en ese mismo año…

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Adeje-Vilaflor de Chasna: Don José Hernández Montesino (1701-1761), propietario agrícola y teniente capi­tán de Milicias, que participó en la defensa del puerto de Los Cristianos ante un ataque de piratas ingleses

Al igual que su padre, nuestro biografiado trabajó como medianero de la Casa Fuerte de Adeje, llegando a ser un notable propietario agrícola. Además, siguió la carrera militar, primero como alférez y luego, durante 23 años y hasta su muerte, como teniente capitán de la Compañía de Tijoco y Taucho de las Milicias de Abona-Adeje. En función de su empleo participó en la defensa del puerto de Los Cristianos, con motivo de un ataque de dos navíos piratas ingleses, que lograron repeler.

Nació en San Pedro de Daute (Garachico) hacia 1701, siendo hijo de don Sebastián Hernández Montesino, natural de Chipude (La Gomera), y doña Ángela de Fuentes, que lo era de San Juan de la Rambla y vecina de Garachico. Creció en el seno de una familia muy conocida, en la que destacaron algunos de sus miembros, entre ellos: su abuelo paterno, don Lucas Hernández Montesino y Niebla (?-1685), notable propietario agrícola y alcalde de Chipude; y su padre, don Sebastián Hernández Montesino, empleado del Conde de la Gomera y Marqués de Adeje y medianero de la Casa Fuerte…

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Adeje: Doña Corina Díaz-Ledesma González (1907-1999), maestra interina en doce localidades de Tenerife, La Gomera y La Palma

Nuestra biografiada obtuvo el título de Maestra de Primera Enseñanza en la Escuela Normal de Maestras de La Laguna. Aunque no tuvo suerte en las oposiciones a las que se presentó, a lo largo de su vida regentó doce escuelas como maestra interina, durante más de trece años: El Jaral (Guía de Isora), El Puertito (Adeje), Los Cristianos (Arona), Los Blanquitos (Granadilla de Abona), Tamargada (Vallehermoso), El Sauzal, Villa de Arico, San Juan del Reparo (Garachico), La Puntilla (Santa Úrsula), Santa Lucía (Puntallana), Taucho (Adeje) y Guamasa (La Laguna). Como curiosidad, tras la Guerra Civil fue inhabilitada por tres meses para ejercer y desempeñar cargos en la enseñanza, probablemente por haber estado afiliada a un sindicato de izquierdas, por lo que luego se tuvo que afiliar al Sindicato Español del Magisterio (S.E.M.), vinculado a Falange. Contrajo matrimonio con un militar santacrucero, con quien tuvo dos hijas, y falleció en la capital tinerfeña.

Nació en Adeje el 4 de febrero de 1907, a las siete de la noche, siendo hija del maestro don Eduardo Díaz Ledesma y doña Clorinda González y González. El 6 de marzo inmediato fue bautizada en la iglesia de Santa Úrsula por el cura párroco don Eulogio Gutiérrez Estévez; se le puso por nombre “Clorinda Benita Andrea” y actuaron como padrinos don Francisco González y González y doña Celia Ramos González, siendo testigos don Federico Rivero y don Francisco Ceballos, de la misma naturaleza y vecindad. Siempre fue conocida como “Corina” o “Corina Benita”…

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Adeje: Don Antonio Álvarez y Méndez (1797-1865), sacerdote, beneficiado de Adeje durante más de una década, capellán y beneficiado ecónomo de Garachico, párroco de Tegueste y El Tanque, arcipreste de ausencias y juez eclesiástico del partido de Daute

Tras obtener una capellanía y ordenarse de presbítero, el personaje que nos ocupa fue capellán de la parroquia de Santa Ana de Garachico durante 15 años, con licencia de celebrar, período en el que también actuó como elector de diputados a Cortes y senadores. Luego fue beneficiado servidor de la parroquia de Santa Úrsula de Adeje durante 11 años, en los que también ejerció como vocal de la Junta Local de Beneficencia. Posteriormente, pasó como párroco a San Marcos de Tegueste, donde solo permaneció medio año. A continuación fue nombrado beneficiado ecónomo de la parroquia de Santa Ana de Garachico, en la que desarrolló su labor de apostolado durante casi cinco años, asumiendo también los cargos de arcipreste de ausencias y juez eclesiástico del partido de Daute. Finalmente fue nombrado cura párroco de San Antonio de Padua de El Tanque, a cuyo frente solo estuvo algo menos de dos años, hasta su muerte. Había otorgado testamento y un codicilo. Falleció en Garachico, su villa natal.

Nuestro biografiado nació en Garachico el 10 de diciembre de 1797, siendo hijo de don Diego Pablo Álvarez y Díaz y doña Antonia Méndez Mejías y Álvarez, naturales de Buenavista del Norte. El 14 de dicho mes fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el Dr. don Francisco Martínez de Fuentes, beneficiado interino de la misma; se le puso por nombre “Antonio Juan del Carmen” y actuó como padrino don Juan Martín, de dicha vecindad…

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Adeje: Don Vicente de Agreda y Cisneros (1811-1877), subteniente de Milicias, oficial 1º de la Administración de Rentas y Aduanas de Las Palmas, diputado provincial, socio del Gabinete Literario, persona caritativa y solidaria

Hijo de un militar y funcionario navarro, además de administrador del Marqués de Adeje, y de una gaditana, este desconocido adejero se inició como meritorio, sin sueldo, en la secretaría de la Intendencia de Ejército, durante cinco meses, y de la Administración de las Reales Rentas Unidas de la Provincia, durante algo más de un año. Luego solicitó y obtuvo el nombramiento como cadete del Regimiento Provincial de La Laguna, en el que ascendió a subteniente de Milicias y prestó sus servicios durante más de 14 años. Simultáneamente, ejerció como oficial 2º de la Administración de Rentas en Gran Canaria. Pero luego ascendió a oficial 1º de la misma Administración, destinado en la oficina de Aduanas del partido de Las Palmas, por lo que pidió su retiro de las Milicias. En ese empleo de oficial 1º, ejerció como “vista” de Aduanas, interventor del Registro de Puerto franco e interventor de la oficina de Rentas y Depositaría de la capital grancanaria. En su ejercicio como funcionario se vio sometido a los vaivenes políticos de la época, siendo cesado y readmitido en varias ocasiones por las Juntas Gubernativas. Además, fue elector de diputados a Cortes y senadores, socio fundador del Gabinete Literario de Las Palmas y diputado provincial por Gran Canaria. Al margen de sus cargos, nuestro biografiado destacó como persona caritativa y solidaria.

Nació en la Villa de Adeje el 1 de mayo de 1811, a las tres de la tarde “más ó menos”, siendo hijo de don José María de Agreda Cavanillas, “Admor. grâl. de esta casa fuerte y Estados del Exmô. Sôr. Marques de Bélgida”, natural de la ciudad de Tudela “en el Reyno de Navarra de la Península Española”, y doña María Vicenta de Cisneros de Pruna, natural de la ciudad de Puerto de Santa María (Cádiz), y ambos vecinos de dicha villa. Fue bautizado al momento de nacer “en caso de necesidad en la casa y habitación de sus padres” por el beneficiado servidor don Agustín Hurtado de Mendoza y Salazar; y cuatro días después, el 5 de mayo, se ratificó dicho bautizo por dicho sacerdote en la iglesia de Santa Úrsula; se le puso por nombre “Vicente Felipe Santiago de San Agustín” y actuó como padrino don Agustín de Salazar, beneficiado curado propio de dicha parroquia, “quien se hizo cargo de su espiritual parentesco y demas obligaciones”…

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Guía de Isora-Adeje: Don Francisco Humberto Cabrera Alonso (1925-1982), maestro nacional, abogado, alférez de complemento de Infantería de la I.P.S., alcalde de Tacoronte, miembro de la Junta Provincial de Falange, jefe provincial del Sindicato Español del Magisterio, presidente de la Junta Provincial y vocal de la Comisión Permanente Nacional de la A.N.P.E. de E.G.B., y decano del Colegio de Abogados

Nacido en Adeje, criado en Guía de Isora, avecindado en La Laguna y fallecido en Madrid, este destacado sureño fue flecha de Falange, Bachiller, Maestro nacional, Licenciado en Derecho, alférez de complemento de Infantería de la I.P.S. y abogado en ejercicio. Establecido en Tacoronte, donde contrajo matrimonio, fue delegado local del Frente de Juventudes, jefe local de Falange y alcalde de dicha ciudad. En la faceta cultural, actuó como presentador de una fiesta literaria en Guía de Isora y conferenciante en diversas localidades de Tenerife y La Palma. Políticamente, llegó a ser un destacado dirigente de Falange y miembro de la Junta Provincial de dicho partido. En relación con su actividad docente, desempeñó los cargos de jefe provincial del Sindicato Español del Magisterio (S.E.M.), así como presidente de la Junta Provincial y vocal de la Comisión Permanente Nacional de la Asociación Nacional de Profesores Estatales (A.N.P.E.) de la Educación General Básica (E.G.B.); también fue elegido decano del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife. Casó con doña María del Carmen Darias Pérez, directora fundadora del Colegio Libre Adoptado de Guía de Isora (conocido por “La Academia”) y, posteriormente, catedrática de Latín del Instituto “Canarias Cabrera Pinto” de La Laguna.

Nació en Adeje el 11 de marzo de 1925, a las once de la noche, siendo hijo de don Alonso Cabrera González, natural de Guía de Isora y oriundo por su padre de Fuerteventura, y de doña Josefa María de Lourdes Alonso y Delgado, que lo era de Caracas y oriunda por su padre de Guía de Isora. El 19 de abril inmediato fue bautizado por el cura ecónomo don Benjamín Cid Galende; se le puso por nombre “Francisco Jesús Humberto Constantino” y actuaron como padrinos don Antonio Cabrera y Sanabria y doña Rogelia Alonso Delgado. El 7 de noviembre de 1926 fue confirmado en el mismo templo.

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La visita de la Virgen de Candelaria a la villa de Adeje en 1964, en su inolvidable peregrinación por la isla de Tenerife

En 1964, la venerada imagen de la Virgen de Candelaria llegó por primera y única vez en la historia al municipio de Adeje, con motivo de la Peregrinación que realizó por la isla de Tenerife para recaudar fondos con destino a la construcción del nuevo Seminario Diocesano en La Laguna, acontecimiento inolvidable en la historia religiosa de Tenerife que duró casi tres meses y medio, del 16 de octubre de dicho año al 28 de enero de 1965. En todos los pueblos visitados, el fervor de los fieles fue impresionante y el éxito económico se vio desbordado con creces, al recaudar más de siete millones de pesetas.

Procedente de Los Cristianos (Arona), el sábado 31 de octubre de 1964 la Virgen de Candelaria llegó en su carroza a la cabecera municipal, a la villa de Adeje, cuyos habitantes habían engalanado con esmero tanto las calles y la plaza como sus propias casas. Una vez firmada el acta de recepción, el recibimiento fue grandioso y en la bienvenida oficial intervinieron las autoridades presentes: el alcalde, don Juan Manuel Bello Ledesma, el cura párroco, don Carlos González Quintero, el capellán de la Virgen, fray Juan Fernández Baca, y el vicario general de la Diócesis, don Hilario Fernández Mariño. Durante toda la noche y el día que permaneció en la iglesia parroquial de Santa Úrsula estuvo acompañada por los fieles devotos, que confesaron masivamente, entregaron sus ofrenda y participaron tanto en el besamanos como en los numerosos actos de homenaje: Hora Santa, acto Eucarístico-Mariano, misas celebradas para niños, enfermos, jóvenes y mayores, etc. En la crónica publicada en Radar Isleño, se destaca el protagonismo en los actos de la imagen de la Virgen de Candelaria que se venera en el templo adejero, copia de la imagen de la Patrona de Canarias desaparecida en el aluvión de 1826. En la despedida también intervino el padre Juan de Candelaria. La comitiva con la Virgen de Candelaria salió de la villa de Adeje el domingo 1 de noviembre, a las dos de la tarde, continuando su lento peregrinar hacia Playa de San Juan, en el municipio de Guía de Isora, en cuyo límite la venerada imagen fue entregada por las autoridades de Adeje a las de Guía, firmando la correspondiente acta. Según recogió el Boletín Oficial del Obispado, las limosnas que se recaudaron en la única parroquia del municipio de Adeje, durante la estancia de la venerada imagen de la Virgen de Candelaria en su peregrinación con motivo de “la campaña pro-construcción del nuevo Seminario”, se elevaron a 135.000 pesetas, siendo la segunda mayor recaudación de todo el Sur de Tenerife, tras la de Guía de Isora…

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Adeje-Granadilla de Abona-Arona-Vilaflor de Chasna: Don Bartolomé Alfonso Montesdeoca (1679-1761), alférez de Milicias, emigrante a América, alcalde real de Vilaflor de Chasna y hermano de la Hermandad del Rosario de la parroquia de San Pedro

Miembro de una familia adejera, distinguida y acomodada, al igual que muchos de sus parientes nuestro biografiado siguió la carrera militar en el Regimiento de Abona-Adeje, en el que alcanzó el empleo de alférez de Milicias, en el que permaneció hasta su retiro. Emigró a América, de donde regresó, dejando allá a dos de sus hijo. Además, ejerció como alcalde real de la amplia jurisdicción de Vilaflor de Chasna que por entonces también incluía a los actuales municipios de Arona y San Miguel de Abona, así como el pago de Chiñama (hoy integrado en Charco del Pino -Granadilla de Abona-); y fue hermano de la Hermandad del Rosario de la parroquia de Vilaflor, al igual que su esposa. Ésta testó en solitario, pues él ya estaba privado de razón, declarando que su esposo había derrochado una gran parte de la dote que ella había aportado al matrimonio.

Nació en el pago de Tijoco (Adeje) el 4 de junio de 1679, siendo hijo del alférez don Melchor Alfonso de Montesdeoca, de la misma naturaleza, y doña Gregoria de Segovia del Castillo, nacida en Buenavista. El 15 de dicho mes fue bautizado en la iglesia de Santa Úrsula de la villa de Adeje por el beneficiado Br. don Bernardo Delgado de Llerena; se le puso por nombre “Bartolomé” y actuaron como padrinos sus tíos don Francisco Afonso de Montesdeoca y doña María de Montesdeoca, vecinos de dicha villa.

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Adeje-Arona-Vilaflor de Chasna: Don Julián García del Castillo (1657-1722), capitán de Milicias, fundador de una capellanía y tesorero de la Santa Bula

Nuestro biografiado nació en Taucho, pero luego vivió en Arona y Vilaflor, donde murió. Casó dos veces y tuvo destacada sucesión de su primer enlace. Como muchos de sus parientes siguió la carrera militar en el Regimiento de Abona-Adeje, en el que ocupó las plazas de alférez y capitán de Milicias, quedando al mando de la compañía de San Miguel hasta su muerte. Además, fundó una capellanía y fue tesorero de la Santa Bula en la comarca de Abona, así como propietario agrícola.

Nació en el pago de Taucho (Adeje) en agosto de 1657, siendo hijo de don Hernando García (del Castillo) y doña Catalina Leonor (Siverio), vecinos de dicho pago en la “jurisdicción de la Villa de Adeje”. El 1 de septiembre fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula de Adeje por el beneficiado y Bachiller don Juan García del Castillo, su tío abuelo; se le puso por nombre “Julián” y actuaron como padrinos el entonces alférez don Gonzalo Delgado Llarena y doña María García…

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