Güímar: Don Ignacio Díaz de la Rosa (1873-1917), tallador de quintos, escribiente militar, primer teniente de Infantería condecorado y vocal de la Sociedad “Cooperativa de Producción de Tenerife”

El personaje que nos ocupa ingresó en el Ejército como soldado de Infantería, ascendiendo rápidamente a soldado de 1ª y cabo. Luego, tras ascender a sargento de Infantería, actuó como tallador de quintos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y como escribiente en el cuadro activo del Batallón Reserva de La Palma. Después de su ascenso a segundo teniente de la Escala de Reserva Retribuida de Infantería estuvo destinado en Barcelona, donde prestaba sus servicios cuando ésta sufrió un asedio, así como en La Orotava y Santa Cruz de Tenerife. Finalmente ascendió a primer teniente de Infantería, empleo con el que continuó destinado en el Regimiento de La Orotava, pero prestando sus servicios en la capital tinerfeña. Fue condecorado con cuatro medallas. Al margen de su vida militar, también fue vocal de la Sociedad “Cooperativa de Producción de Tenerife”, dedicada a la construcción de casas baratas en Santa Cruz. Pero cuando aún podía haber llegado mucho más lejos en su carrera militar enfermó y falleció prematuramente, estando aún en activo, cuando contaba tan solo 43 años de edad, de los cuales más de 24 de servicio en el Ejército.

Nuestro biografiado nació en el barrio de San Juan de Güímar el 8 de octubre de 1873, siendo hijo de don Eusebio Díaz Rodríguez y doña Justa de la Rosa Castro. Dos días después fue bautizado en la iglesia matriz de San Pedro Apóstol de Güímar por el coadjutor don Pedro Pérez Fariña, con licencia de don Fidel Farré y Pujol, cura párroco propio y arcipreste del distrito; se le puso por nombre “Ignacio” y actuó como madrina doña María del Carmen Gómez, siendo testigos don Francisco Yanes y don Emilio Hernández Delgado…

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Arona: Don Ubaldo Ruiz y Frías (1867-1912), Bachiller, Maestro Elemental y Superior de Primera Enseñanza, secretario de la Delegación de Hacienda de Canarias, interventor electoral, defensor de La Laguna y jurado judicial, fallecido prematuramente

Nacido en el seno de una familia muy destacada y culta, nuestro biografiado obtuvo el título de Bachiller, así como los de Maestro Elemental y Superior de Primera Enseñanza, aunque de momento no sabemos si ejerció como docente. Simultáneamente prestó su servicio militar como soldado de Artillería. Luego obtuvo una importante plaza como funcionario del Estado, la de secretario de la Delegación de Hacienda de Canarias, que desempeñó durante 13 años, hasta su prematura muerte. Además, asumió un fuerte compromiso político, actuando con frecuencia como interventor electoral, y fue un indudable defensor de su ciudad adoptiva, San Cristóbal de La Laguna; asimismo, actuó como jurado judicial. Falleció con tan solo 45 años, cuando aún podía haber desarrollado una labor profesional y política mucho más destacada.

Nació en la calle Nueva de Arona el 7 de octubre de 1867, a las doce de la mañana, hijo de don Antonio Ruiz y Núñez, natural de La Laguna, y doña María Frías y Hernández, que lo era del pueblo sureño. El 14 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia de San Antonio Abad por don Miguel Rodríguez Guillama, cura párroco propio de la misma; se le puso por nombre “Ubaldo Marcos de la Salud” y actuaron como padrinos don Antonio García Frías y su esposa doña Ignacia Oramas y Oramas, natural ésta de Granadilla…

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La religiosidad, la vida social, la situación económica y demográfica en el municipio de Adeje, según la Santa Misión de 1965

Hace poco más de medio siglo, en 1965, se celebró una Santa Misión en la isla de Tenerife, una vez concluidas las realizadas en las demás islas de la Diócesis Nivariense. Después de un asesoramiento previo, el obispo de la Diócesis, don Luis Franco Cascón, dispuso que se celebrara dicha Misión empezando por el Sur de la isla y siguiendo un orden geográfico, desde la parroquia de Santiago del Teide hasta la de Barranco Hondo. Tuvo lugar entre la segunda semana de mayo y la segunda de julio, evitando la época de la zafra del tomate, que solía trastocar la vida en el Sur al ocasionar un considerable trasiego de personas, dedicadas en esos meses casi exclusivamente a dicho trabajo, “de día y de noche sin descanso”. Al final de la campaña se tuvo que hacer una ligera variación, para que no coincidieran las fiestas patronales de San Pedro de Güímar con la Santa Misión. Pero resultó interesante el que el Valle de Güímar quedase para el final, con el fin de que la concentración que se planteaba en Candelaria como clausura estuviese más nutrida, como así ocurrió. La dirección de esta campaña misional fue encomendada por el citado obispo a un prestigioso sacerdote jesuita, el padre Sebastián Puerto, director del Centro Misional del Beato Juan de Ávila, en Montilla, a quien acompañarían otros siete padres jesuitas de la Península, más cuatro padres paúles y dos dominicos de Candelaria. Con algo más de un mes de anticipación se desplazó a esta isla el director, con el objetivo de conocer el terreno, tomar contacto con todos los párrocos de cada Arciprestazgo y planear la Santa Misión según las necesidades de cada parroquia, lo que motivó la confección de un estudio sociológico previo en cada una de ellas. La idea que presidió el plan fue “que no quedara ningún grupo de personas, algo notable, sin que llegara a él la gracia de la palabra de Dios”; por ello, dicha misión se extendió a un total de 73 centros, entre parroquias y barrios.

En esa época, el municipio de Adeje estaba constituido por numerosos núcleos de población y contaba con una sola parroquia, la de Santa Úrsula en la cabecera municipal, creada en 1560; tenía categoría de ascenso y una población de hecho de 6.777 habitantes; por entonces, según la descripción de dicha parroquia realizada por el canónigo don José Trujillo Cabrera en su Guía de la Diócesis de Tenerife, se incluían entre sus pagos: Ifonche, Taucho, La Quinta (con la ermita de Santa Margarita), Hoya Grande (con la ermita de La Milagrosa), La Concepción (con la ermita del mismo nombre), Los Menores, Armeñime, La Caleta, El Puertito y Fañabé (con la ermita de la Virgen del Campo); pero, curiosamente, no figuraban Tijoco Alto, Tijoco Bajo, ni la ermita de La Enramada en el litoral, que evidentemente existían por entonces. En la Santa Misión que nos ocupa, se establecieron cuatro centros misionales en el municipio de Adeje: uno en la villa capital; otro en Fañabé; otro en Taucho, que también se extendió al inmediato caserío de La Quinta; y el último en Las Cancelas-Armeñime, que además de dichos núcleos incluyó a los alejados caseríos de Los Menores, El Pinque (actual Playa Paraíso) y El Puertito. En la villa de Adeje tuvo su sede en la parroquia matriz de Santa Úrsula, en Fañabé se utilizó un templo privado, en Taucho y en los otros barrios las distintas escuelas. A continuación, vamos a analizar como tuvo lugar dicha Misión en este término municipal, tal como fue descrita por los propios misioneros que la llevaron a cabo en cada uno de los centros misionales, lo que nos permite conocer como era por entonces la vida religiosa y social, así como la situación económica y demográfica, en algunos de los núcleos que integraban el término municipal, con datos a veces muy curiosos. Llama la atención que en esta Misión no se mencionasen otros pagos alejados del municipio, como Ifonche, Hoya Grande, Tijoco Alto, La Concepción, Tijoco Bajo y La Caleta, cuyos vecinos se supone que acudirían a los centros misionales más cercanos…

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Vilaflor de Chasna: Don Agustín Díaz Hernández (1868 1934), escribiente militar, primer teniente de Infantería, oficial de Hacienda, director de periódicos, maestro superior de Primera Enseñanza, interventor electoral, secretario del Partido Liberal-Demócrata de Tenerife y delegado del gobernador civil de la provincia

Recordamos hoy a uno de los numerosos militares nacidos en Vilaflor, don Agustín Díaz Hernández, quien desde simple soldado fue ascendiendo hasta alcanzar el empleo de primer teniente del Ejército Territorial de Canarias y, además, fue informado favorablemente para el de capitán honorífico; siendo sargento, ejerció como escribiente militar y tallador de quintos, y obtuvo un primer premio en un concurso de tiro. Durante 16 años simultaneó su actividad militar con la de funcionario de Hacienda, primero como aspirante de la Tesorería de Hacienda de Santa Cruz de Tenerife y luego como oficial 5º de las Intervenciones de Hacienda de Navarra, Castellón, Segovia, Santa Cruz de Tenerife y Ciudad Real; también estuvo destinado en la Jefatura de Pósitos de la capital tinerfeña y en la Delegación de Hacienda de Gran Canaria, como recaudador en Santa María de Guía. Asimismo, tuvo una intensa actividad periodística, como director de los periódicos tinerfeños El Imparcial de Canarias, El Porvenir, El Liberal y El País, así como corresponsal del periódico Las Canarias de Madrid. Su inquietud le llevó a obtener los títulos de Maestro Elemental y Superior de Primera Enseñanza, ejerciendo su labor docente por lo menos en Santa María de Guía, así como a viajar por diferentes ciudades de la Península; incluso estuvo a punto de embarcarse en varias ocasiones para algunas capitales de Hispanoamérica, aunque no llegó a hacerlo mientras fue militar. Además, tuvo una notable actividad política como interventor electoral, secretario del Partido Liberal-Demócrata de Tenerife y delegado del gobernador civil de la provincia. Fue, sin duda, uno de los hijos más cultos y destacados nacidos en Vilaflor de Chasna.

Nació en Vilaflor de Chasna el 14 de mayo de 1868, a las diez de la mañana, siendo hijo de los propietarios don Agustín Díaz Viera y doña Celia Hernández Feo. Tres días después fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por el beneficiado propio don José Lorenzo Grillo; se le puso por nombre “Agustín Bonifacio del Rosario” y actuó como padrino el propietario don Jacinto Cano, de la misma naturaleza y vecindad, siendo testigos don Francisco Fumero Évora y don Ambrosio Fumero, ministros de la iglesia…

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Candelaria: Doña Josefina González Hernández (1908-1936), cantante y actriz aficionada fallecida prematuramente, que da nombre a una calle de la villa de Candelaria

El presente artículo está dedicado a una recordada candelariera, que desde su adolescencia destacó como cantante y actriz aficionada, en las veladas culturales que se celebraban en la Sociedad “Juventud Católica” de Candelaria, así como en las fiestas patronales de esta localidad, llegando a ser muy conocida y querida en todo el municipio, a pesar de que la falta de medios no le permitió cursar estudios relacionados con dichas vocaciones. Contrajo matrimonio y falleció prematuramente, en plena juventud, tras dar a luz. Hoy da nombre a una calle de su villa natal.

Nació en Candelaria el 17 de julio de 1908, siendo hija de don Juan González González, primer guardia municipal de este municipio, y doña Peregrina Hernández Sabina. El 28 de ese mismo mes fue bautizada en la iglesia de Santa Ana por el cura párroco don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Josefa” y actuó como madrina doña Francisca Sabina y Sabina, natural y vecina de dicho pueblo. Siempre fue conocida entre sus paisanos por “Josefina”…

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Las primeras bandas de música de Guía de Isora (1893-1909)

Guía de Isora fue el cuarto municipio del Sur de Tenerife que contó con banda de música, tras Güímar, Arafo y Granadilla de Abona. Antes de la fecha de fundación de la Banda de música “La Filarmónica”, en 1915, de la que ya nos hemos ocupado en otro artículo, según la tradición oral en esta localidad ya habían existido dos agrupaciones musicales, “Los Patriotas” y “Los Leoninos”, la última de las cuales solamente había durado un par de años. No sabemos con certeza en qué épocas existieron dichas agrupaciones y quienes fueron sus directores, pero lo cierto es que desde finales del siglo XIX el municipio de Guía de Isora comenzó a sensibilizarse con la música de bandas.

Gracias a la prensa tinerfeña tenemos constancia de tres períodos anteriores a dicha fecha (1893, 1902-1904 y 1906-1909), en los que en los programas de las fiestas de Guía de Isora y Adeje se menciona una “Banda de música de Guía”, sin especificar su nombre, aunque seguramente fueron las que recordaba la tradición oral. Con la existencia de estas bandas, en la juventud isorana comenzó a calar el gusto por la música y fue inculcándose el deseo de conocer y dominar los distintos instrumentos para poder integrarse en ellas. Pero estas agrupaciones sufrieron frecuentes crisis que motivaron su disolución temporal y su posterior reorganización, lo que ha sido una constante en la historia musical de este municipio. A esas primeras bandas de música vamos a dedicar el presente artículo…

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Güímar: Doña María Belén García Facenda (1924-2005), religiosa misionera de Nazaret en Venezuela, procuradora y secretaria en varias comunidades y promotora de Coros de la Sagrada Familia

Aunque estudió corte y confección, desde su adolescencia se sintió atraída por la vida religiosa. Ingresó como socia en la Cofradía del Carmen y luego entró en la comunidad de Religiosas Misioneras de la Sagrada Familia de Nazaret, en la comunidad del Colegio “Santo Domingo” de Güímar, donde hizo el Postulantado, el Noviciado y la primera Profesión. Con posterioridad fue destinada a Barcelona, donde solo permaneció algo menos de un año, pues enseguida fue enviada como religiosa misionera a Venezuela, donde transcurrió el resto de su vida, casi medio siglo, en diversas comunidades de su orden: Táriba (en dos períodos), Michelena, Valle de la Pascua (en dos ocasiones y donde hizo su Profesión perpetua), Rubio, Mérida, Puerto Ordaz, Punto Fijo, Caracas y Palmira (donde falleció). Desempeñó el cargo de procuradora en las comunidades de los colegios “San José” de Mérida y “Nuestra Señora del Valle” de Valle de la Pascua, así como el de secretaria en la comunidad de la Casa de la Delegación de Caracas. Además, fue una gran promotora de los Coros de la Sagrada Familia.

Nació en el barrio de Guaza de Güímar el 20 de mayo de 1924, a las doce de la noche, siendo hija de don Gumersindo García Pérez y doña Maximina Facenda Ramos. El 28 de ese mismo mes fue bautizada en la iglesia de San Pedro Apóstol por el cura regente don Juan Jesús Amaro Díaz, Doctor en Sagrada Teología; se le puso por nombre “María Maximina” y actuó como madrina su tía doña Matilde Facenda Ramos…

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Santiago del Teide: Don Fernando Javier del Hoyo Solórzano y Sotomayor (1703-1770), III Señor de la Villa de Santiago, patrono de la parroquia de San Fernando, coronel del Regimiento Provincial de Garachico y prioste de la Vera Cruz

Miembro de una de las familias más ilustres de Tenerife, era nieto del I Señor de la villa de Santiago y él pasó a ser III Señor de la misma al contraer matrimonio con su prima hermana doña María Ana Teresa del Hoyo (Solórzano) e Interián, hija de los II Señores de dicha villa. Compartió su vida entre Garachico y el valle de Santiago, donde también fue patrono de la Parroquia de San Fernando. Además, alcanzó el empleo de coronel jefe del Regimiento de Milicias Provinciales de Garachico y ejerció como prioste de la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, de dicho puerto. Tuvo una ilustre sucesión, emparentada con los Marqueses de la Florida y de Celada.

Nació en Buenavista (probablemente en la hacienda familiar de Taco) el 3 de diciembre de 1703, siendo hijo de don Juan José del Hoyo Solórzano y del Hoyo y doña Isabel Josefa del Hoyo Sotomayor y Solórzano. El 18 de ese mismo mes fue bautizado en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Remedios; se le puso por nombre “Fernando Xavier” …

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