La primitiva ermita de San Casiano de Las Galletas o Villamar (Arona) y las fiestas en su honor durante la II República (1932-1936)

     El caserío costero de Las Galletas, perteneciente al municipio de Arona pero con una clara influencia de San Miguel de Abona, careció de templo católico hasta 1932, en que se bendijo la primitiva ermita de San Casiano y se celebró su primera fiesta. Su construcción fue promovida por el rico propietario local don Casiano Alfonso Hernández, natural de San Miguel, quien le dio su patronazgo y adquirió las tres primeras imágenes. Fue bendecida el sábado 13 de agosto, festividad de San Casiano, por el obispo de la Diócesis, Fray Albino González Menéndez-Reigada, quien presidió la primera misa; y ese mismo día comenzaron las fiestas celebradas con dicho motivo, que fueron apadrinadas por el empresario santacrucero don Álvaro Rodríguez López. Llama la atención, que al año siguiente se cambió el nombre oficial de dicha localidad por el de “Puerto de Villamar”, nombre que también llevó el primer equipo de fútbol, pero que no llegaría a arraigar y el pueblo lo continuó conociendo como Las Galletas, nombre que ha prevalecido hasta la actualidad.

     En este trabajo reseñamos también las primeras fiestas patronales de dicha localidad, celebradas durante la II República y hasta el inicio de la Guerra Civil, siempre en torno al 13 de agosto, en que la Iglesia Católica festeja a San Casiano. En los dos primeros años, los festejos se limitaron a dos días (13-14 de agosto en 1932 y 12-13 del mismo mes en 1933); en 1934 estaba previsto que durasen tres días, pero aparentemente se redujo a uno (26 de agosto), tras ser aplazados por la muerte de una hija de don Casiano Alfonso Hernández; y en 1935 se extendieron a tres días (12, 13 y 14 de agosto). En dichos años, los actos religiosos solo incluyeron el repique de campanas, dos misas solemnes y una procesión marítimo-terrestre, con las tres imágenes a bordo de barcos engalanados y desembarcadas por El Varadero, entre muchos fuegos artificiales. Por su parte, los actos populares incluían diana, verbena popular, paseo con música, bailes, teatro y concursos de belleza femeninos (premio a la señorita mejor ataviada en una “exposición de mantones de Manila”, en 1933; elección de la “reina de las fiestas” en 1934 o de “Miss Villamar” en 1935), casi todos ellos amenizados por una banda de música. En cuanto a los actos deportivos, contaban con regatas de botes, concursos de natación, partidos de fútbol, combates de boxeo y carreras pedestres; además de diversos juegos, como cucañas en el muelle, carreras de sacos y juego de la sartén, entre otros regocijos; a ellos se unieron el último año unas “jiras a la montaña Amarilla o Pelada”…

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Artículo-PRIMITIVA ERMITA Y PRIMERAS FIESTAS DE LAS GALLETAS

Granadilla de Abona: Don Diego José (Lozano) Fonte del Castillo (1715-1775), capitán de Milicias y alcalde de Granadilla

     Como muchos de sus antepasados y parientes, nuestro biografiado entró a servir como alférez (luego transformado en subteniente) en el Regimiento Provincial de Abona, en el que ascendió posteriormente a teniente, tras ser propuesto en tres ocasiones, y finalmente a capitán de Milicias. Además, fue elegido alcalde de Granadilla de Abona por lo menos en dos ocasiones. Desde el punto de vista económico, fue un destacado propietario agrícola de dicho término.

     Nació en Granadilla de Abona hacia 1715, siendo hijo del capitán don Juan Lozano y Fonte del Castillo y doña María García del Castillo (o Rodríguez Dávalos), naturales y vecinos de dicho lugar, y se le puso por nombre “Diego José”. Desconocemos con exactitud la fecha de su nacimiento y de su bautismo, por haber desaparecido el libro 3º de bautismos de la parroquia de San Antonio de Padua, en el incendio ocurrido en 1805 en casa del presbítero don Francisco Miguel Rodríguez Bello, notario público de dicho pueblo…

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Güímar: Don Ángel Hernández Rodríguez (1920-2017), Lcdo. en Ciencias Químicas, delegado en Tenerife y adjunto a la Dirección General de CEPSA, director general de ASERPETROL, presidente de la ATAO y del Hogar Canario de Madrid, escritor, traductor e Hijo Predilecto de Güímar

     En este artículo recordamos a un ilustre güimarero, fallecido el año pasado. Comenzó trabajando como auxiliar de Correos y Telégrafos por oposición. Luego obtuvo los títulos de Licenciado en Ciencias Químicas, Diplomado en Alta Dirección de Empresas y Diplomado por el Centre d’Études Industrie­lles de Ginebra; prestó su servicio militar como alférez de complemento de Artillería y ejerció como profesor auxiliar de la Universidad de Sevilla. Luego se integró en la empresa CEPSA como perito químico y a partir de entonces llegó a destacar profesionalmente a nivel nacional e internacional, pues ostentó muchos cargos de responsabilidad: vicepresidente de la Mutualidad de Previsión Social de los Químicos Españoles, director del Seminario Español del Petróleo, delegado de CEPSA en Tenerife, adjunto a la Subdirección General de CEPSA, presidente de Ediciones CEPSA, adjunto a la Dirección General de CEPSA, vicepresidente del Club Español del Petróleo, consejero de Lubrisur, director general de la Asociación de Empresas Refinadoras de Petróleo (ASERPETROL), consejero representante de España en la Asociación de las empresas refinadoras europeas para conserva­ción del medio ambiente (CONCAWE), miembro en representación de España del Comité Permanente de los Congresos Mundiales del Petróleo y colaborador del CESEDEN. Además, fue presidente de la ATAO, presidente, Socio de Honor y Gánigo de Honor del Hogar Canario de Madrid, presidente de la Casa de Canarias en Madrid, conferenciante, escritor, traductor, pregonero de las Fiestas Patronales e Hijo Predilecto de su Güímar natal.

     Nació en la calle San Pedro Arriba de Güímar el 11 de mayo de 1920, a las cinco de la mañana, siendo hijo de don Servando Hernández y Hernández, natural de la misma localidad, y de la telegrafista doña Felipa Rodríguez González, que lo era de Santa Cruz de Tenerife, El 13 de junio inmediato fue bautizado en la iglesia de San Pedro Apóstol por don Domingo Pérez Cáceres, por entonces coadjutor encargado de dicha parroquia; se le puso por nombre “Angel Antonio José Francisco Celio” y actuaron como padrinos don Juan García Hernández y doña Cayetana Hernández Jorge, de la misma vecindad…

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Artículo-ÁNGEL HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ

La “Fiesta del Árbol” celebrada en Arafo en 1933

     En artículos anteriores ya nos hemos ocupado de la “Fiesta del Árbol” celebrada en otros municipios del Sur de Tenerife. En ellos indicábamos que la primera “Fiesta del Árbol” organizada en el planeta tuvo lugar en Villanueva de la Sierra (Cáceres) en 1805, por iniciativa del cura párroco de dicha localidad, como gesto oportuno para conmemorar el valor de la libertad, tras lo destruido que habían quedado los montes del norte de Cáceres por las batallas libradas entre las tropas locales y las francesas de Napoleón Bonaparte. En Canarias, la primera “Fiesta del Árbol” se celebró en Las Palmas de Gran Canaria el 29 de abril de 1902, por iniciativa del periodista don Francisco González Díaz, conocido como el “Apóstol del árbol”; fue organizada por la Asociación de la Prensa ante la inacción de las instituciones públicas, de lo que se quejó su impulsor. El 6 de diciembre de ese mismo año también se celebró en Santa Cruz de Tenerife. El auge que fue adquiriendo esta celebración a lo largo del Estado español determinó la publicación de un Real Decreto el 15 de marzo de 1904, que le daba carácter oficial, y otro del 5 de enero de 1915 que declaraba “obligatoria la celebración anual de una Fiesta del Árbol en cada término municipal”. Pero ello no determinó su efectiva puesta en práctica, pues serían contadas las localidades canarias que cumplieron lo establecido en dicha disposición; entre ellas recordamos, además de ambas capitales, Teror, Arucas, Santa María de Guía, Gáldar, Moya, Telde, Santa Brígida, La Laguna, La Orotava, Icod de los Vinos, Güímar, Guía de Isora, Tacoronte, La Victoria, La Matanza, Moya, Alajeró, Vallehermoso, Candelaria, Los Realejos, Fasnia, Arafo, Arrecife de Lanzarote, etc.

     En el presente artículo nos vamos a centrar en la primera Fiesta del Árbol celebrada en Arafo en plena II República, concretamente en 1933, que fue organizada por la Comisión Gestora del Ayuntamiento en colaboración con los cuatro maestros de la localidad, uno de los cuales era a su vez el alcalde y, por lo tanto, suponemos que fue el principal impulsor de dicha iniciativa. Consistió en la recepción de las autoridades docentes invitadas; traslado de la comitiva al barrio de El Volcán, con acompañamiento de las dos bandas de música de la localidad; plantación de unos 300 árboles por los niños de las escuelas, que suponemos eran los pinos canarios que hoy crecen sobre la colada del volcán de 1705, junto al actual colegio “Andrés Orozco”, y los eucaliptos del entorno del cementerio, acto en el que hicieron uso de la palabra varias de las autoridades asistentes; festival infantil en el Teatro-cine, organizado por los maestros, con gran asistencia de público, y cierre del acto por el inspector de zona y el director de la Escuela Normal de Maestros…

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Artículo-FIESTA DEL ÁRBOL-ARAFO-1933