La solicitud de segregación de El Escobonal del municipio de Güímar para unirse al de Fasnia, en 1911. Miseria y emigración de “Las Hurdes canaria” en los albores del siglo XX

Escobonal-segregación-1911     La lucha de los vecinos de la comarca de Agache ante las autoridades municipales de Güímar, en demanda de la dotación de los servicios básicos, ha sido muy larga. La histórica falta de comprensión de la administración provocó en el pasado reiterados choques, que desembocaron en varios intentos de segregación, el primero de los cuales ocurrió en 1858, como recogimos en un artículo anterior. Tras éste, a pesar de que el Ayuntamiento tomó algunas medidas para contentar a estos vecinos, en el último cuarto del siglo XIX las dificultades económicas de la época agudizaron de nuevo la tensión, ante la falta de inversiones en la comarca y el agravio comparativo con el resto del municipio. Ello motivó las protestas de los vecinos de El Escobonal y pagos limítrofes a la hora de contribuir con sus impuestos, por lo que recurrieron el reparto individual del impuesto de consumos y lograron su anulación. Años más tarde, el Ayuntamiento logró el establecimiento de la fiscalización administrativa en Agache, con la creación de un fielato, ante lo cual los vecinos comenzaron a negarse a pagar los impuestos, lo que dio lugar incluso a algunas revueltas populares. Acudiendo a las autoridades los vecinos de esta comarca lograron la anulación de la fiscalización en dos ocasiones, pero los recursos presentados por el Ayuntamiento fueron más determinantes para la Administración que los intereses de los vecinos de El Escobonal, por lo que en 1910 volvieron a estabcerse los fielatos y la fiscalización en este pago, de forma definitiva, con el total rechazo del vecindario.

     A la presión impositiva que se ejercía sin contemplaciones sobre el vecindario de El Escobonal y su comarca se sumaba la falta de inversiones, así como la escasez o el mal estado de los servicios municipales e insulares, lo que caldeó aún más el ánimo de los agacheros. Para hacernos una idea, los vecinos de El Escobonal carecían de todos los servicios que ya existían por entonces en Güímar: parroquia, escuelas, lavaderos públicos, cementerio, central telefónica, cartería, alumbrado público, médico, practicante, farmacia, fuentes públicas, etc. etc.; es decir, los vecinos no tenían casi nada, por lo que tenían que recorrer 13 kilómetros, hasta Güímar, si querían utilizarlos; no obstante, pagaban sus impuestos de igual forma que los de la cabecera municipal, que disfrutaban de todos esos servicios a dos pasos de su casa.

     Ante la falta de solución a sus problemas, la tensión entre los vecinos de El Escobonal y el Ayuntamiento de Güímar desembocó en un nuevo intento de segregación de este pueblo, encabezado por el escobonalero don Manuel Díaz Díaz, quien junto con don Rogelio Ojeda Bethencourt también había liderado las reclamaciones de este pueblo por la fiscalización administrativa establecida por el Ayuntamiento. Ahora, la propuesta de los segregacionistas incluía la unión posterior a Fasnia, alegando la mayor proximidad a este municipio y la abusiva presión fiscal del término del que dependían, sobre todo en el extrarradio. El intento no tuvo éxito y en los años que siguieron la situación de este pueblo sería dramática, agudizada por un ciclón y una fuerte sequía, lo que provocó miseria y emigración, hasta el punto de ser considerado en la prensa de la época como las “Hurdes canaria”…

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Arafo-Candelaria: Don Francisco Marrero de Castro y Barrios (1747-1837), hacendado, tabernero, alcalde real, síndico personero y mayordomo de fábrica de la parroquia de Santa Ana

Francisco Marrero de Castro     Miembro de una ilustre familia, nuestro biografiado nació en Arafo, pero tras vivir algunos años en Santa Cruz de Tenerife pasó la mayor parte de su vida en el vecino pueblo de Candelaria, donde murió. En esta última localidad destacó como único hacendado y tabernero; además, desempeñó los cargos de alcalde real (por lo menos en cinco ocasiones), síndico personero del Ayuntamiento y mayordomo de fábrica de la parroquia de Santa Ana durante casi 25 años, en dos etapas, en la segunda de las cuales también lo fue del Santuario de la Virgen de Candelaria; asimismo, solicitó el empleo militar de teniente castellano del Castillo de San Pedro de dicha marina, pero no tenemos constancia de que se le concediese. Casó dos veces y sus hijos nacieron en Candelaria, pero luego se establecieron en Arafo.

     Nació en Arafo el 2 de marzo de 1747, siendo hijo de don Pedro (Tomás) Marrero de Castro y Torres y doña Ángela de Barrios Rodríguez. Dos días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura servidor fray Domingo Oropesa, presentado y ex-regente de la Orden de Predicadores; se le puso por nombre “Francisco”  y actuó como padrino su abuelo materno, don Pedro Lorenzo de Barrios, “Condestable del fuerte de este lugar”…

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Artículo-FRANCISCO MARRERO DE CASTRO BARRIOS

Güímar: Don Domingo Quintero y Acosta (1748-1828), “El Virrey”, Bachiller, sargento de Infantería, notario público mayor del Juzgado de Indios, juez sustituto, receptor propietario de la Real Audiencia de México, ministro interventor e intendente de provincia honorario en La Habana

Domingo Quintero Acosta     Fue, quizás, el güimarero que ostentó cargos de mayor relieve en la América colonial de los siglos XVIII y XIX. El Bachiller don Domingo Quintero y Acosta se trasladó muy joven a Nueva España (México), donde se le nombró sargento 2º del Regimiento de Infantería de la ciudad de Toluca, notario público mayor del Juzgado General de Indios del Obispado de Antequera, juez sustituto del Juzgado privativo y Dirección general de Rentas Reales de Nueva España y receptor propietario de número de la Real Audiencia de México. Luego pasó a La Habana, donde contrajo matrimonio y fue nombrado ministro interventor de las Reales Obras, Fortificaciones y Víveres; tras su jubilación fue nombrado intendente de provincia honorario de dicha capital. A pesar de sus múltiples responsabilidades y de la temprana separación de la familia, jamás olvidó a ésta, siendo su principal sostén en las épocas más difíciles y contribuyendo desinteresadamente con fuertes sumas al bienestar económico de sus hermanos.

     Nuestro ilustre personaje nació en Güímar el 8 de septiembre de 1748, en la casona familiar situada junto al convento dominico de la localidad y frente a la plaza de éste (hoy del Ayuntamiento), siendo hijo de don José Quintero Padrón, natural de la villa de Valverde en El Hierro, y doña Antonia Paula Josefa de Acosta y Yanes de Villavicencio, que lo era de la ciudad de La Laguna, aunque oriunda también de El Hierro por su padre. Cinco días después recibió el bautismo en la iglesia parroquial matriz del Apóstol San Pedro, de manos de don Juan Alonso Jiménez, beneficiado servidor de la misma y de la de Santa Ana de Candelaria; se le puso por nombre “Domingo María” y actuó como padrino el reverendo padre fray Miguel de Espino, lector de Gramática del convento de Santo Domingo de dicho lugar…

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Artículo-DOMINGO QUINTERO ACOSTA

La Sociedad de Instrucción y Recreo “Centro Minerva” del municipio de Arona (1914-1915)

Arona 1890-1895     En este artículo solo pretendemos dar una pincelada sobre una desconocida sociedad de Arona, el “Centro Minerva”, que fue fundada en 1914 y cuya finalidad era elevar el nivel cultural de sus socios, para lo que tenía previsto organizar conferencias, veladas artísticas y literarias, entre otros actos de instrucción y recreo. El 18 de octubre se redactó su reglamento, que el 30 de ese mismo mes fue presentado en el Gobierno Civil de la provincia para su legalización.

     El 15 de noviembre inmediato se constituyó oficialmente, al ser aprobado su reglamento por los socios, que también eligieron a su primera junta directiva, la cual quedó constituida por los siguientes miembros: presidente, don Eugenio Meirás Bolaños; vicepresidente, don Antonio Frías Hernández; tesorero, don Francisco Mesa Sierra; vicetesorero, don Lupo Frías Alayón; secretario, don Miguel González Barroso; y vicesecretario, don Carlos Almeida Brioso. Tenía su domicilio en la casa nº 7 del Duque de la Torre…

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Artículo-SOCIEDAD MINERVA-ARONA