Arico: Don Bartolomé Peraza y Mejías (1812-1873), subteniente de Milicias, juez de paz y alcalde de Arico, diputado provincial y presidente de la Diputación Provincial de Canarias

Bartolomé Peraza Mejías     Hermano, hijo y nieto de oficiales de las Milicias, nuestro biografiado comenzó a servir como subteniente, empleo que abandonó muy pronto para dedicarse al cuidado de sus numerosas propiedades agrícolas; no obstante luego fue nombrado tambor de la Milicia Nacional local. Como elector contribuyente intervino intensamente en la política local y regional; fue juez de paz de Arico, suplente y titular, diputado provincial en dos períodos, presidente de la Diputación Provincial de Canarias, presidente del comité local del Partido Progresista de La Laguna, alcalde constitucional y popular de Arico en dos etapas y  presidente de la Junta de Gobierno local a comienzos del Sexenio Revolucionario.

     Nació en Arico el Nuevo el 23 de septiembre de 1812, siendo hijo del capitán graduado don Francisco Basilio Peraza y Ayala, natural de Granadilla de Abona, y doña Bárbara Luisa Mejías y Torres, que lo era de la primera localidad. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista de El Lomo por el franciscano fray Gaspar González, con licencia del párroco don Zoylo Pablo de Herrera y Cruz; se le puso por nombre “Bartholomé Cypriano Lino” y actuó como padrino don Gil Antonio de Morales…

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Artículo-BARTOLOMÉ PERAZA MEJÍAS

Arafo: Don Diego Núñez (S. XVI), rico propietario, primer clérigo presbítero arafero y capellán de la iglesia de San Juan de Güímar

Diego Núñez     Fue el primer sacerdote que vivió en Arafo, donde probablemente nació a mediados del siglo XVI, en el seno de una destacada familia que se considera la fundadora de dicha localidad y de la que heredó gran cantidad de bienes. Fue capellán de la iglesia de San Juan Bautista de Güímar y, probablemente, también desarrolló parte de su labor pastoral en los demás templos que en su época se habían ido construyendo en el Valle de Güímar. Se ha indicado que también fue beneficiado de Santa Brígida, en Gran Canaria, pero no homos podido confirmar dicha circunstancia. Desgraciadamente, no se conservan libros sacramentales de su época, por lo que no conocemos con seguridad el lugar y fecha tanto de su nacimiento como de su muerte.

     Nacido probablemente en Arafo, era hijo de los portugueses don Tristáo Baes (Tristán Báez) y doña Caterina Nunhes (Catalina Núñez), considerados fundadores de este incipiente caserío, donde poseían cuantiosos bienes. Creció en el seno de una numerosa familia, entroncada en dos conquistadores y colonizadores de la isla: su abuelo paterno don Joao Vaes, que casó con doña María Fernandes; y el materno, capitán don Juan Núñez, que da nombre a una calle de Arafo. Tuvo diez hermanos…

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Artículo-DIEGO NÚÑEZ

Los cementerios de la Villa de Adeje

Adeje-cementerio     En la época guanche, los habitantes del importante Bando o Menceyato de Adeje eran enterrados en las numerosas cavernas de los principales barrancos del término, donde se han descubierto muchas necrópolis y cuevas sepulcrales, sobre todo en los del Rey, del Infierno, de Ajabo y de Erques. Algunos de ellos eran momificados, sobre todo los de mayor rango jerárquico.

     Luego, una vez conquistada la isla e implantada en ella la religión católica, existía la obligación de que todos los fallecidos debían recibir sepultura en recintos sagrados, con preferencia en las iglesias parroquiales y, en menor medida, en las capillas de los conventos, aunque esporádicamente también lo hacían en las distintas ermitas existentes. Para ello, en los testamentos otorgados ante testigos, los vecinos disponían en qué templo querían ser enterrados.

     Desde el punto de vista religioso, los vecinos establecidos en el actual término de Adeje dependieron inicialmente del beneficio eclesiástico de La Orotava, de 1498 a 1514, y luego del beneficio de San Pedro de Daute (Garachico), de 1514 a 1560; y a partir de ese último año del nuevo beneficio parroquial de Santa Úrsula de Adeje. A esta iglesia se uniría a partir de 1679 la capilla del convento franciscano de esta villa. En todos esos templos fueron recibiendo sepultura, sucesivamente, todos los fallecidos en la jurisdicción de Adeje, hasta que en 1815 se bendijo el primer cementerio provisional de la parroquia, afrontado por la Casa Fuerte, que fue sustituido en 1837 por el cementerio municipal definitivo, construido por el vecindario…

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Artículo-CEMENTERIOS DE ADEJE

Candelaria: Don Crisanto Marrero Delgado (1916-2000), agricultor, soldado de Infantería, policía armado, futbolista, presidente de sociedades deportivas, comisiones de fiestas y comunidades de agua, teniente de alcalde del Ayuntamiento y alcalde de barrio

Crisanto Marrero Delgado     El personaje que nos ocupa inició su vida laboral como agricultor. Estuvo movilizado como soldado de Infantería en la Guerra Civil y luego obtuvo una plaza de policía armado, que ocupó durante 26 años en Barcelona y Santa Cruz de Tenerife. Además, como aficionado al fútbol desde su juventud, fue defensa del “Canarias F.C.”, así como presidente de la Sociedad “C.D. Cárdenes” y del “C.F. Atlético Barranco Hondo”. Su compromiso social le llevó a ostentar otros cargos en el Ayuntamiento, como los de concejal, segundo y primer teniente de alcalde; y sobre todo en Barranco Hondo: alcalde de barrio, presidente de la Comisión de Fiestas, cofundador del Teleclub y hermano de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Su vocación agrícola le llevó también a ser accionista fundador y presidente de varias comunidades de aguas. Después de su muerte se dio su nombre a una calle de la Urbanización “Rubén Marichal” de Barranco Hondo.

     Nació en Las Cuevecitas el 20 de abril de 1916, “cosa de las doce”, siendo hijo de don Cenobio Marrero Rodríguez, natural de dicho pago, y doña Francisca Delgado Díaz, que lo era de El Rosario. Al día siguiente fue inscrito por su abuelo paterno don Manuel Marrero Coello en el Registro Civil de Candelaria con el nombre de “Crisanto Juan”, ante el juez municipal don Pedro de Castro y el secretario don Juan Ponce, actuando como testigos presenciales don Esteban Higuera Hernández y don Emilio Castro Fariña, de la misma vecindad. El 8 de julio de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de Santa Ana por el cura ecónomo don José Trujillo y Trujillo; se le puso por nombre “Crisanto” y actuó como padrino don Juan Perera. Casi desde su nacimiento se avecindó con sus padres en Barranco Hondo, pueblo al que estuvo ligado el resto de su vida, y el 20 de noviembre de 1919 fue confirmado en el mismo templo parroquial. Fue conocido en esta localidad por “Santo”…

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Artículo-CRISANTO MARRERO DELGADO

Güímar: Don Florentín Castro Díaz (1870-1936), emigrante, propietario agrícola, impulsor de la atarjea de El Escobonal, guarda local de montes, concejal del Ayuntamiento, cartero rural y alcalde de barrio de La Medida y Pájara

Florentín Castro Díaz     Nuestro biografiado fue la persona más destacada de La Medida en su época. Tras emigrar a Cuba se estableció en su pueblo natal, donde sobresalió como propietario agrícola, se inició como destilador de aguardiente, lo que le dio más disgustos que alegrías, y fue uno de los principales impulsores de la atarjea de El Escobonal, así como accionista de galerías de agua. También desempeñó los empleos públicos de peatón municipal de Correos de Güímar a Arico, guarda local de los montes de Agache y primer cartero rural de Lomo de Mena, La Medida y Pájara. Además, ocupó diversos cargos, como los de interventor electoral, jurado judicial, concejal del Ayuntamiento de Güímar y alcalde de barrio de La Medida y Pájara.

     Nació en La Medida el 23 de octubre de 1870, a las once de la mañana, siendo hijo de don Juan de Castro Díaz y doña Anastasia Díaz Delgado. Tres días después fue bautizado en la iglesia parroquial de San Pedro por el cura ecónomo don Juan Elías Hernández; se le puso por nombre “Florentín”, y actuó como padrino don Antonio Pestano…

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Artículo-FLORENTÍN CASTRO DÍAZ

Los bailes en casas particulares y la proliferación de casinos en Charco del Pino (Granadilla de Abona) durante la II República Española

Charco del Pino-casinos     A principios del siglo XX ya era muy frecuente la celebración de bailes en algunas casas particulares de los pueblos del Sur de Tenerife, durante los fines de semana y otros días festivos, lo que permitía a los campesinos salir de la dura rutina de las labores agrícolas y olvidar por unas horas la dureza de su vida, a la vez que se estrechaban lazos vecinales y podían establecerse relaciones sentimentales entre los jóvenes. Así ocurría en el populoso pueblo de Charco del Pino, en el municipio de Granadilla de Abona.

     Además, a partir de los años veinte y, sobre todo, en la II República Española, las principales localidades de la isla solían contar con uno o dos casinos, si bien la mayoría de los pagos de los distintos municipios solo tenían uno o ninguno. Una excepción a esta generalización la constituye el citado núcleo de Charco del Pino, que a pesar de ser un mero barrio de Granadilla, aunque el de mayor importancia del mismo, llegó a contar en la II República con cuatro sociedades culturales y recreativas, situadas en distintos lugares de dicha localidad, que les daban nombre. De ellas, una se situaba en la zona baja del pueblo, “Bailadero”; otra en la zona media, “Era Alta”; y una tercera en la zona alta, “Chiñama”. Pero no tenemos constancia de que dichos centros estuviesen legalizados, pues no figuran en el Registro de Asociaciones que llevaba el Gobierno Civil.

     En dichos casinos la principal actividad eran los bailes, que se celebraban sobre todo por las fiestas de Navidad y Carnavales, tanto de disfraz como de magos e, incluso, infantiles. Para amenizarlos contaban, por lo menos, con dos orquestinas u orquestas de baile de la propia localidad: “Llanito”, dirigida por don Alfonso Delgado González, y “Vistita”, que era un cuarteto fundado en 1936; también existía una agrupación de cuerdas en la Sociedad “Bailadero”. Asimismo, organizaban algunos actos culturales, como exposiciones, y suponemos que se celebrarían veladas teatrales, a las que tan aficionados eran los vecinos de la localidad, y que se impartirían conferencias. Todo ello se complementaría con los tradicionales juegos de salón, de baraja o dominó, como ocurría en sociedades afines de otras localidades de la isla…

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Artículo-CASINOS REPUBLICANOS-CHARCO DEL PINO

Fasnia-Arico: Don Antonio Marrero y Mateo (1793-1866), labrador y militar profesional, sargento 1º perpetuado con varios premios de constancia, subteniente graduado de Milicias, caballero de San Hermenegildo y conserje de la Capitanía General de Canarias

Antonio Marrero Mateo     Nuestro biografiado fue un humilde labrador, que atraído por las Milicias Canarias se dedicó intensamente a ellas como militar profesional. Poseía una limitada cultura, pero gracias a una constatada honradez y un extraordinario amor al servicio, pudo ascender desde simple soldado a cabo 1º, sargento 2º y sargento 1º de Milicias, a pesar de ser analfabeto, y se le concedió la perpetuación en la carrera militar con ese último empleo. Además, mereció el grado de subteniente de Milicias, varios premios de constancia y la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Aunque estuvo adscrito a los Regimientos de Güímar y La Laguna, así como al Batallón de esta última ciudad, durante la mayor parte de su larga carrera estuvo movilizado en la guarnición de Santa Cruz de Tenerife, en la que al final de su vida ejerció como conserje de la Capitanía General de Canarias. Prestó sus servicios en las Milicias durante más de medio siglo, hasta su muerte.

     Nació accidentalmente en el pago de Icor (Arico) el 3 de abril de 1793, siendo hijo de don José Marrero Pérez, natural de Sabina Alta (Fasnia), y doña María Rita Mateo Pérez, que lo era de La Zarza (Fasnia). Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Bautista de Arico por el cura párroco don José Hernández de Ara; se le puso por nombre “Antonio José Francisco” y actuó como madrina doña Luisa de Morales, vecina de Arico el Nuevo. Casi desde su nacimiento fue vecino de La Zarza, pues tanto en su filiación como en su partida de defunción figura como natural de este pago de Fasnia…

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Artículo-ANTONIO MARRERO MATEO

La tardía construcción del cementerio de Guía de Isora

Guía Isora-cementerio     Una vez conquistada la isla e implantada en ella la religión católica, existía la obligación de que todos los fallecidos debían recibir sepultura en recintos sagrados, con preferencia en las iglesias parroquiales y, en menor medida, en las capillas de los conventos. Desde el punto de vista religioso, los vecinos establecidos en el actual término de Guía de Isora dependieron inicialmente del beneficio eclesiástico de La Orotava, de 1498 a 1514, y luego del beneficio de San Pedro de Daute (Garachico), de 1514 a 1533; de la parroquia de Ntra. Sra. de los Remedios de Buenavista del Norte, de 1533 a 1679; de la parroquia de San Fernando del Valle de Santiago, de 1679 a 1738 (no obstante, muchos vecinos de Guía, sobre todo de Chío, cumplieron con frecuencia sus obligaciones cristianas en la parroquia de San Marcos de Icod de los Vinos); y a partir de 1738 de la ayuda de parroquia de Ntra. Sra. de la Luz de Guía, elevada a parroquia totalmente independiente a finales de ese mismo siglo. En todas esas iglesias parroquiales fueron recibiendo sepultura, sucesivamente, todos los fallecidos en la amplia jurisdicción de Isora, hasta que en 1860 se bendijo el primer cementerio del municipio.

     No obstante, de forma esporádica también se dio enterramiento a los fallecidos en los distintos núcleos de población de la zona de Isora en las ermitas que iban surgiendo en los mismos, sobre todo con motivo de epidemias. Fueron éstas las de Ntra. Sra. de la Luz de Guía, la de Ntra. Sra. de la Paz de Chío y la de Ntra. Sra. del Rosario de Tejina. Todas tuvieron mayordomos, encargados de su cuidado y mantenimiento, y sacerdotes capellanes (regulares o seculares), que celebraban en ellas la misa en los días festivos…

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Artículo-CEMENTERIO GUÍA DE ISORA

San Miguel de Abona: Don Ricardo Díaz Delgado (1923-2013), sacerdote, cura ecónomo de Arona y encargado de Vilaflor, coadjutor de Santa Cruz de Tenerife, párroco católico en Puerto Rico y presbiteriano en New York

Ricardo Díaz Delgado     Estudiante brillante en el Seminario, tras ser ordenado sacerdote nuestro biografiado ejerció durante seis años y medio como cura ecónomo de Arona, donde reactivó la vida religiosa, y también estuvo encargado un año de la parroquia de Vilaflor; luego fue coadjutor de Santa Cruz de Tenerife. Con posterioridad emigró a Puerto Rico, país en el que ejerció durante seis años como párroco católico en la localidad de Cidra. De allí pasó a Estados Unidos, donde contrajo matrimonio; por ello se integró en la Iglesia Presbiteriana y ejerció durante 21 como párroco en New York, primero en la parroquia de Sion del importante barrio de Brooklyn y luego en la de Home del conflictivo barrio del Bronx, hasta su jubilación. Tras enviudar regresó a Tenerife y se reintegró en la Diócesis Nivariense, como sacerdote jubilado, alternando su residencia entre Santa Cruz de Tenerife y San Miguel de Abona, su pueblo natal.

     Nació en San Miguel de Abona el 7 de febrero de 1923, siendo hijo de Miguel Díaz Monroy, natural de dicho pueblo, y doña María Delgado Collazo, que lo era de Puerto Rico, aunque oriunda de la localidad tinerfeña. El 18 de abril de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Miguel Arcángel por el cura párroco don José Siverio Díaz; se le puso por nombre “Ricardo Miguel” y actuaron como padrinos don José Gómez Bello y su esposa…

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Artículo-RICARDO DÍAZ DELGADO

Santiago del Teide – Güímar: Don Enrique Remón Martín (1907-1996), teniente mecánico de las Fuerzas Aéreas de la República Española, exiliado en Francia y retirado con el sueldo de capitán de Aviación

Enrique Remón Martín     Con mucho esfuerzo, nuestro biografiado obtuvo el ingreso en la prestigiosa Escuela de Mecánicos de Aviación de Cuatro Vientos (Madrid), en la que obtuvo el título de Mecánico de Aviación con la 15ª promoción. Pronto alcanzó el empleo de cabo y como tal estuvo destinado en las Fuerzas Aéreas de África, donde participó en la campaña y toma de Ifni, por la que fue condecorado. Al inicio de la Guerra Civil, al pasar la mayor parte de su guarnición al bando nacional, desertó y pasó al Marruecos Francés, de donde se trasladó a Francia y desde allí entró en España, para integrarse en las Fuerzas Aéreas de la República Española. En este cuerpo ascendió enseguida a sargento, brigada y teniente mecánico, empleos con los que participó activamente en la contienda bélica, en diversos aviones, en los frentes de Aragón y Cataluña. Al final de la Guerra se exilió en Francia, donde fundó su familia y continuó siendo fiel al Gobierno de la República Española en el exilio. Con la democracia regresó definitivamente a España y se estableció en El Escobonal (Güímar), desde donde pudo acogerse al Decreto-ley que reconocía a los militares profesionales del Ejército Republicano, que participaron en la Guerra Civil, el derecho a solicitar el retiro con la correspondiente pensión, la que obtuvo con el empleo de capitán de Aviación, que le correspondía por antigüedad. Luego se estableció en Lleida, donde falleció.

     El Sr. Remón fue un caso excepcional, pues dado que las Islas Canarias quedaron integradas casi desde el inicio de la Guerra Civil en el bando nacional, fue de los pocos tinerfeños con graduación que participaron en dicha contienda formando parte del Ejército Republicano. Durante su estancia en El Escobonal hablé en varias ocasiones con este hombre, al que llamaban “El Francés”, que me infundía un gran respeto por sus conocimientos, su coherencia y su elegancia al vestir; en una ocasión me invitó al restaurante que su hijo tenía por entonces en Masca (Buenavista del Norte), aprovechando las horas que pasamos juntos para contarme su vida.

     Nació en la Villa Histórica de Santiago del Teide el 23 de julio de 1907, a las ocho de la mañana, siendo hijo de don Maximino Remón Roqueso, natural de Santa Cruz de Tenerife, y doña Rita Martín Hernández, que lo era de Guanajay (Provincia de Santa Clara, Cuba), aunque vecina de Masca desde su niñez. Al día siguiente fue inscrito en el Registro Civil de Santiago del Teide por declaración de su padre, ante el juez municipal don Leopoldo Forte Dorta, siendo testigos don Agustín Navarro Gorrín y don Antonio Lecuona y Méndez, mayores de edad y de dicha vecindad. El 29 de agosto inmediato fue bautizado en la iglesia de San Fernando por el cura regente don José Serret y Sitjá; se le puso por nombre “Enrique Diego del Monte Carmelo” y actuó como madrina doña María del Carmen Dorta Rodríguez, soltera, de dicha naturaleza y vecindad…

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Artículo-ENRIQUE REMÓN MARTÍN