Candelaria: Don Pedro Alonso Ruiz (1845-1887), agricultor, sargento 2º de Milicias, comandante de armas de Candelaria, tallador de quintos en el Ayuntamiento y emigrante a Cuba, donde falleció

pedro-alonso-ruiz     Fue uno de los personajes más relevantes que nacieron y vivieron en el pequeño caserío de Pasacola, situado entre Igueste y Barranco Hondo. Entró a servir como soldado de Milicias en la 6ª compañía del Batallón Ligero Provincial de La Laguna nº 1 de Canarias, en el que luego ascendió a cabo 2º, cabo 1º y sargento 2º. Con este empleo fue nombrado comandante de armas de Candelaria, al ser el militar de mayor graduación que residía en dicho municipio, siendo designado también tallador de quintos en el Ayuntamiento. Después de licenciado emigró a Cuba para mejorar su fortuna, pero allí le sorprendió la muerte siendo aún bastante joven, por lo que su numerosa familia quedó sumida en la pobreza.

     Nació en el caserío de Pasacola (Igueste de Candelaria) el 18 de enero de 1845, siendo hijo de don Gregorio Salvador Alonso y Díaz y doña Juana María Ruiz Pérez. Seis días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura párroco don Juan Núñez del Castillo; se le puso por nombre “Pedro” y actuó como padrino don Nicolás Alonso, natural y vecino del pago de Igueste. Como curiosidad, la partida de bautismo no fue asentada a su debido tiempo, por lo que tuvo que hacerse el 31 de agosto de 1872, en virtud de un auto del gobernador eclesiástico del Obispado…

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Artículo-PEDRO ALONSO RUIZ

Arona: Don Román Peña y Medina (1854-1933), Bachiller en Filosofía, maestro nacional, emigrante, propietario, prestamista, jurado judicial, vocal de un tribunal de oposiciones y secretario de la Asociación de Maestros Nacionales de La Laguna

roman-pena-medina     Perteneciente a una familia acomodada, nuestro biografiado fue un prestigioso docente que, tras obtener el título de Bachiller en Filosofía, comenzó su carrera ejerciendo como maestro interino de Arona. Luego cursó estudios en Madrid, donde convivió y entabló gran amistad con el médico don Tomás Zerolo Herrera y el pintor don Valentín Sanz Carta. Ingresó en el Magisterio por oposición, pero pidió excedencia para emigrar a Cuba. A su regreso, adquirió algunas propiedades en Adeje, reclamó la herencia de su madre y solicitó sin éxito una plaza de maestro en La Laguna. Posteriormente se estableció en Adeje, donde ejerció como maestro particular; por entonces solicitó los cargos de juez municipal y fiscal municipal de dicha villa, que no obtuvo, aunque sí fue nombrado jurado judicial y actuó como prestamista. Reincorporado al Magisterio público, obtuvo en propiedad la escuela de niños de Teguise, de la que pasó por concurso de traslado a la de Villa Abajo, en La Laguna; por entonces fue nombrado vocal de un tribunal de oposiciones y elegido secretario de la Asociación de Maestros Nacionales de dicha ciudad. Finalmente, pasó a desarrollar su labor docente en Santa Cruz de Tenerife, primero como maestro de la Escuela de Beneficencia de dicha capital y luego de la escuela de niños del barrio de El Cabo, en la que alcanzó la jubilación al cumplir los 70 años de edad; también fue profesor de adultos.

     Nació en Arona el 27 de febrero de 1854, siendo hijo de don José Tomás Peña García, natural de la Antigua (Fuerteventura), y doña Tomasa Benigna Medina Domínguez, que lo era de la antedicha localidad tinerfeña. El 1 de marzo inmediato fue bautizado en la iglesia de San Antonio Abad por el cura propio don Miguel Rodríguez Guillama; se le puso por nombre “Román Benigno de San Carlos” y actuó como padrino don Carlos Peña, vecino de dicho lugar de La Antigua…

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Artículo-ROMÁN PEÑA MEDINA

La Capilla pequeña de El Socorro, en Güímar, y el bello cuadro que alberga en su interior

     Una de las muchas dudas que se plantean en la historia de El Socorro, en la costa de Güímar, es la remota existencia de una o dos ermitas en dicho paraje. Pero en todas las citas bibliográficas del siglo XIX, incluyendo las de don Agustín Díaz Núñez, sacerdote güimarero, mayordomo de la Virgen e impulsor de la fiesta, sólo se hablaba de un único edificio en la costa de Güímar dedicado al culto de la Virgen. No obstante, la tradición oral recoge la antigua existencia de una ermita al final de la cuesta de El Socorro, teoría que apoyaba el profesor Álvarez Delgado, pero cuya existencia con anterioridad al siglo XX no ha podido ser constatada documentalmente.

     Lo cierto y documentado es que en 1915 se levantó una pequeña capilla de nueva planta al final de la cuesta que sube desde el Llano de la Virgen, en el sitio donde anualmente se celebran las Fiestas en honor de Nuestra Señora del Socorro, con el fin de que sirviese de descanso a la Virgen en las procesiones que allí se hacían, por iniciativa de los hermanos mayordomos don Pedro y don Modesto Campos Díaz, que llevaban en el cargo desde 1905. El lugar elegido fue el punto donde, según la tradición, el Mencey Acaymo pidió ayuda a los suyos, agobiado por el peso de la Santa Imagen. Simultáneamente, dos vecinos de Güímar, don Remigio y don Fortunato Jorge, encargaron un cuadro para la nueva capilla al pintor santacrucero don Felipe Poggi González, de madre güimarera. Este óleo sobre lienzo, concluido y firmado por su autor en agosto de 1916, representa la imagen de la Virgen llevada en brazos por el mencey y los guanches protagonistas del milagro, con un fondo que recuerda las laderas del Valle de Güímar. Pero si bien este cuadro fue bendecido el 26 de noviembre de ese mismo año, por distintos motivos la capilla no lo fue hasta el 7 de septiembre de 1919, en que lo hizo el entonces coadjutor de San Pedro Apóstol don Domingo Pérez Cáceres…

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Fasnia: Don Celso González Tejera (1888-1972), escribiente del Obispado, familiar del obispo Rey Redondo, distributario y prefecto de la Sección de Menores del Seminario, cura ecónomo de Adeje, Fasnia, Icod el Alto, San Miguel de Abona e Icod de los Vinos, párroco propio de Tacoronte, capellán de monjas y coadjutor en Santa Cruz de Tenerife

     Nuestro biografiado fue un seminarista brillante y un sacerdote sencillo, pero ello no le impidió alcanzar el reconocimiento de todos aquellos que le conocieron, por su ejemplar y modélica existencia. Don Celso González Tejera, que vino al mundo en un pueblo pequeño y en el seno de una familia modesta, pero con inquietudes, eligió la carrera sacerdotal y, tras haber trabajado como agricultor y marino, ingresó en el Seminario cuando ya era mayor de edad. Por ello, enseguida comenzó a ocupar cargos de responsabilidad: escribiente del Obispado, familiar del obispo Rey Redondo, distributario y prefecto de la Sección de Menores del Seminario. Una vez ordenado sacerdote, fue designado sucesivamente cura ecónomo de Adeje y de su Fasnia natal. Luego obtuvo por oposición en propiedad la parroquia de Tacoronte, donde desarrolló una buena labor, pero de la que salió con más pena que gloria, aunque regresó a ella más adelante, en dos cortos períodos. Posteriormente, fue nombrado cura regente de la nueva parroquia de Icod el Alto (Los Realejos); cura ecónomo de San Miguel de Abona y Fasnia (por segunda vez); coadjutor y cura ecónomo de Icod de los Vinos; y, finalmente, por problemas de salud, capellán de Monjas Dominicas en Santa Cruz de Tenerife y coadjutor de la parroquia de San José de la misma ciudad. Debió tener un fuerte carácter, pues tuvo algunos problemas en Adeje y Tacoronte, pero en todos sus destinos dejó profunda huella entre sus feligreses, especialmente en su pueblo natal, donde ejerció su ministerio durante más de ocho años en dos períodos.

     Nació en Fasnia el 30 de junio de 1888, a las tres de la madrugada, siendo hijo de don Juan González Cruz y doña Tomasa Tejera Chico. El 3 de julio inmediato fue bautizado en la iglesia parroquial de San Joaquín por don Domingo Elías Estévez, Cura Ecónomo de la misma; se le puso por nombre “Celso del Sacramento”, habiendo sido padrino don José González Galdón y testigos don Cándido Martín y don José María González…

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