Adeje: Don Eduardo Díaz Ledesma (1856-1954), maestro, notario público eclesiástico, agente liquidador del Cabildo, secretario del Ayuntamiento y del Juzgado, y fiscal municipal suplente

Adeje (CFIT)     Este polifacético personaje obtuvo el título de maestro de Instrucción Primaria, pero ejerció como tal durante pocos años; primero como interino en Adeje (en dos ocasiones), luego en El Escobonal (Güímar), durante nueve meses y también con carácter interino; y, finalmente, en propiedad en Garafía hasta su jubilación. Además, desarrolló una dilatada labor como recaudador de contribuciones directas de la villa, notario público eclesiástico, secretario del Ayuntamiento y del Juzgado Municipal de su villa natal, en varias ocasiones, agente recaudador ejecutivo y agente liquidador del Cabildo. También fue vocal de la Junta Municipal del Censo Electoral, fiscal municipal suplente, jurado judicial, somatenista y vocal de una sociedad de aguas. Afín al Partido Liberal Conservador, formó parte como interventor de la mesa electoral de Adeje en numerosas ocasiones y mostró su adhesión a todos los homenajes que se le tributaban a los miembros más destacados de dicho partido, lo que le costó más de un disgusto.

     Nació en la Villa de Adeje el 31 de enero de 1856, siendo hijo de don Antonio Díaz Guirola y doña Petra Ledesma González, de la misma naturaleza y vecindad. El 3 de febrero inmediato recibió el bautismo en la iglesia parroquial de Santa Úrsula de manos de don Antonio Álvarez Méndez, “Beneficiado Curado Rector Ecónomo” de la misma; se le puso por nombre “Eduardo Manuel Plácido de la Encarnación del Sacramento” y actuó como madrina doña Florentina del Sacramento Hernández…

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Artículo-EDUARDO DÍAZ LEDESMA

El primer Juzgado de Paz de Arona (1855-1870)

Arona-41.5 (CFIT)-2     En Arona, al igual que en los restantes municipios de España, hasta 1855 los juicios verbales de faltas se celebraban ante el alcalde de la localidad o el teniente de alcalde en el que aquel delegase. Pero en ese año, la Legislación española separó la autoridad civil de la judicial, al crear la figura independiente del “Juez de paz”.

     Tal como se dispuso, los nombramientos de los jueces de paz los haría el regente de la Audiencia Territorial, siendo el Juzgado de Primera Instancia del partido el que los comunicase a la municipalidad, pues era el Ayuntamiento el que debía recibir el juramento y dar posesión a los designados. En la etapa estudiada, en Arona se nombraría un juez titular y uno o dos suplentes, salvo el período comprendido entre 1857 y  1859, en el que el término municipal suponemos que estuvo dividido en dos demarcaciones (la 1ª y la 2ª), nombrándose para cada una de ellas un juez propietario y un suplente, como ocurrió en el resto de municipios de la comarca. Aparte del titular, hasta 1859 solo se nombraría un juez suplente, mientras que a partir de dicho año pasarían a ser dos los suplentes (un primero y un segundo). Los cargos eran honoríficos y gratuitos, pero obligatorios, y el juez de paz tenía la misma consideración que el alcalde.

     Como se preveía en el mencionado Real Decreto de creación de esta figura, para cubrir las vacantes de jueces o suplentes se elegirían personas de reconocido prestigio en la localidad, en la que la mayoría de ellos asumirían otras responsabilidades, tanto en las Milicias como en el Ayuntamiento o en la Parroquia. Aunque desgraciadamente no conocemos los primeros, en esta etapa existieron en Arona por lo menos seis jueces de paz titulares y otros nueve suplentes; el récord lo ostentó don Antonio García Frías, con algo más de cuatro años, más otros dos como suplente; le siguió don Antonio Bethencourt, con dos años de juez titular, más un año y medio como suplente; los demás no superaron el bienio. Con respecto a su lugar de nacimiento, todos eran naturales de Arona, salvo el juez suplente don Juan Antonio Reverón, que había nacido en La Escalona (Vilaflor), aunque era oriundo de Arona y vecino de San Miguel de Abona. La mayoría pertenecían a las élites económicas de la localidad, representadas por las familias Sarabia, Sierra, Bethencourt, Frías, Domínguez y Villarreal…

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Artículo-PRIMER JUZGADO DE PAZ DE ARONA

Güímar: Doña María Casilda Delgado Fariña (1922-1996), religiosa misionera de Nazaret, maestra y pedagoga en Biología y Química, profesora, directora de colegios y pintora

Casilda Delgado Fariña     Nuestra biografiada fue la primera güimarera que entró en las Misioneras de Nazaret, después de que estas religiosas se estableciesen en Güímar. En el colegio-convento de esta localidad tomó el hábito e hizo los votos temporales y la profesión perpetua; también estuvo destinada en el colegio de Los Realejos durante cerca de 14 años. Pero la mayor parte de su vida la pasó en Venezuela, donde obtuvo los títulos de maestra y pedagoga en Biología y Química; durante 42 años desarrolló una dilatada labor religiosa, docente y social en diez colegios de aquel país regentados por las nazarenas, en cuatro de los cuales también ocupó la dirección. Además, destacó como pintora. Como reconocimiento a su labor, en vida se le tributó un homenaje al cumplir las bodas de oro como religiosa y se le concedieron dos condecoraciones; después de muerta se le tributó un nuevo homenaje en  el Colegio “Fe y Alegría” de Punto Fijo y se dio su nombre a una calle de su barrio natal, en Güímar.

     Nació en La Raya, en el barrio de La Hoya (Güímar), el 30 de diciembre de 1922, a las dos de la madrugada, siendo hija de don Donato Delgado Pérez y doña Francisca Fariña Jorge. El 30 de enero de 1923 fue bautizada en la iglesia de San Pedro Apóstol por el cura regente don Juan Jesús Amaro y Díaz, Dr. en Sagrada Teología; se le puso por nombre “María Liberta” y actuó como madrina doña Juana Cáceres Romero (madre del obispo don Domingo Pérez Cáceres), siendo testigos don Rafael  Jordi Rincón y don José Jordi Rincón, de la misma vecindad…

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Artículo-MARÍA CASILDA DELGADO FARIÑA