Candelaria-Arafo: Don Vicente Otazo Ramos (1798-1863), capitán graduado de Milicias, jefe de Artillería, castellano de la Batería de Santiago, comandante de armas, alcalde constitucional, guarda mayor de montes, comisionado de apremios, secretario y hermano mayor de la Hermandad del Sacramento

Muchos fueron los oficiales de las Milicias Canarias que desarrollaron casi toda su labor profesional en un ambiente estrictamente local, sin llevar a cabo grandes heroicidades, pero trabajando calladamente con honradez y rectitud en favor de la defensa de las islas y en el mantenimiento del orden en los distintos pueblos. Ese fue el caso del teniente don Vicente Otazo Ramos, quien sirvió a las Milicias durante más de 27 años, en los cuales prácticamente no salió del Valle de Güímar. Compartió su vida entre Candelaria, donde nació, y Arafo, donde murió; en dichas localidades se ganó el aprecio y respeto de todos los vecinos, pues en ambas desempeñó los cargos de comandante de armas y alcalde constitucional. Además, en Candelaria ejerció como comandante accidental de Artillería de dicho puerto, castellano de la Batería de Santiago y guarda mayor de montes; y residiendo ya en Arafo fue elegido regidor suplente del Ayuntamiento y desempeñó los cargos de comisionado para el cobro de apremios de las contribuciones del Valle, nombrado por la Intendencia provincial, miembro de la Junta local del Censo electoral, secretario interino del Ayuntamiento, secretario y hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la parroquia de San Juan Degollado. Al obtener el retiro, con uso de uniforme y fuero entero de guerra, se le concedió también el grado de capitán, como reconocimiento a sus méritos y a los importantes servicios prestados.

Nuestro biografiado nació en Candelaria el 5 de abril de 1798, siendo hijo de don Juan José Otazo de Barrios, natural del mismo lugar, y doña Manuela Juana Ramos y Villa, que lo era de Sevilla. Dos días después recibió el bautismo en la iglesia parroquial de Santa Ana, de manos de don Agustín Tomás de Torres, cura propio de la misma; se le puso por nombre “Vicente Josef del Sacramento” y actuó como padrino el reverendo padre definidor fray Juan de San Agustín Ramos, de la Orden de San Agustín, tío de su madre…

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El cuento canario “La Lucharona”, por El Barón de Imobach (Francisco Pedro Montes de Oca y García)

Lucha canaria-FEDAC     El cuento “La Lucharona”, publicado en Gaceta de Tenerife el domingo 31 de agosto de 1930 por el escritor portuense don Francisco Pedro Montes de Oca y García (Cronista Oficial del Puerto de la Cruz y de la Región Canaria), bajo el pseudónimo “El Barón de Imobach”, se basa en algunos de los vicios más frecuentes del ser humano, la crítica cruel al diferente, las burlas sobre el débil o el que ya no puede defenderse, la cobardía del que no se atreve a dar la cara por el criticado, la vergüenza e indignación del humillado, las ansias de venganza, la chulería del que se cree más fuerte que los demás, etc. Sin duda, se adentra en la conducta humana, al describir como se comportan las personas cuando actúan en grupo y las relaciones de pareja. Pero, sobre todo, posee claros valores etnográficos, centrados en el deporte canario por excelencia, la lucha canaria, así como en el frecuente uso para este fin de las eras, estructuras de tanto significado en nuestra historia agraria, aprovechando para amortiguar las caídas el polvo fino o paja menuda que quedaba tras la trilla, sin olvidar la tradicional emigración de nuestros antepasados a América. Además, el texto está salpicado de palabras del vocabulario canario, que le dan un toque de historia de la tierra inevitable: maga, chasnero, cho, terrero, agarrada, tumbado, sopladera, punta, corrido, chascona, ajijide, tumbar, rancho, etc. Lo mismo ocurre al centrar la historia en un lugar concreto de la isla, utilizando topónimos conocidos de las “Bandas del Sur”, como El Roque, Valle de San Lorenzo, Era Alta y Arico, curioso para tratarse de un escritor del Norte de la isla, aunque profundo conocedor de nuestra geografía e historia.

     Se trata de un cuento canario, que se centra en uno de los temas más representativos de nuestra seña de identidad, la lucha canaria, en un lugar característico de nuestro paisaje agrario, como es una era, y en un lugar concreto del Sur de Tenerife, comarca de la que también son todos los personajes. Quitando los adornos literarios incluidos por el autor, este cuento se apoya en alguna de las hazañas luchísticas realizadas por mujeres que, más o menos conocidas, salpican la historia de la lucha canaria en el Sur de Tenerife…

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Güímar-Arafo: Don Vicente Jorge Dorta (1928-2013), coadjutor de Güímar, párroco de Arafo, Fátima y Lomo de Mena, profesor de Religión, arcipreste, capellán de monjas y promotor de un Monasterio

Don Vicente Jorge Dorta     Recientemente nos han dejado dos sacerdotes de gran carisma en el Valle de Güímar y en toda la isla: el grancanario fray Jesús Mendoza González, prior de los dominicos, rector del Santuario de la Virgen de Candelaria, párroco de Santa Ana e Hijo Adoptivo de la Villa Mariana, donde da nombre a una calle; y el güimarero don Vicente Jorge Dorta, párroco emérito de Arafo, al que vamos a dedicar el presente artículo.

     No es frecuente que tres hermanos decidan seguir la misma actividad profesional y, menos aún, que coincidan en la vocación sacerdotal. Este es el caso de los sacerdotes güimareros don Hipólito, don Vicente y don Juan Jorge Dorta. El amor de estos hermanos por la ciudad natal ha quedado patente, en un rasgo de desinterés y entrega, al donar una hermosa finca de su propiedad situada en la parte baja de la ciudad de Güímar para construir en ella un monasterio, que ellos mismos impulsaron hasta dejarlo en pleno funcionamiento; ello les valió la Medalla de Plata de Güímar y la nominación de una calle.

     La vida sacerdotal de Vicente Jorge Dorta transcurrió en su Valle natal, en el que desempeñó los cargos de coadjutor de San Pedro de Güímar; capellán y profesor del colegio “Santo Domingo”, regentado por las Misioneras de Nazaret; párroco de San Juan Degollado de Arafo (durante 53 años); párroco de Ntra. Sra. de Fátima (22 años); párroco fundador de la Santa Cruz de Lomo de Mena (un año y medio); profesor de Religión del Colegio “San Pedro” (15 años), del Colegio “Santo Domingo”, regentado por las Religiosas de Nazaret, y del Instituto “Mencey Acaymo” de Güímar (24 años); arcipreste del distrito de Güímar (6 años); etc. En todos ellos se ganó el cariño de sus feligreses y discípulos, por su sencillez y bonhomía, y así se lo manifestaron en diversos homenajes tributados durante su largo ministerio. Además de las distinciones que recibió conjuntamente con sus hermanos, como reconocimiento a su labor en Arafo se le nombró Hijo Adoptivo de dicha villa, donde también se le dio su nombre a una calle. Asimismo, se le concedió la Medalla de la Virgen del Socorro, por la que siempre sintió una profunda devoción…

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Artículo-VICENTE JORGE DORTA

Fasnia: Don Jorge Esquivel Marrero (1917-2008), Bachiller, cabo de Ingenieros, Maestro vocacional y director del colegio público de Valle de Guerra

Jorge Esquivel Marrero     Este artículo está dedicado a uno de los muchos maestros naturales del Sur de Tenerife, amantes de la Enseñanza, que nunca perdieron su ilusión por ella, aunque fuesen destinados a lugares apartados de la geografía insular. Nacido en Fasnia, uno de los pueblos que más docentes aportó al Magisterio insular en la primera mitad del siglo XX, ejerció por dos veces en Tejina (Guía de Isora), Puntagorda y El Hierro; también lo hizo en una ocasión en El Médano, Los Llanos de Aridane, Santa Cruz de Tenerife y Vilaflor. Pero, sobre todo, el recuerdo de su labor será imperecedero en los colegios de El Salto (Granadilla de Abona), donde permaneció durante 4 años; Lomo de Mena (Güímar), donde lo hizo otros 6 años; y Valle de Guerra (La Laguna), en el que ejerció durante 22 años (hasta su jubilación) y desempeñó el cargo de director.

      Nuestro biografiado nació en Fasnia el 8 de febrero de 1917, a las cinco de la mañana, siendo hijo de don Jorge Esquivel Díaz y doña Vicenta Marrero Expósito. El 25 de junio de ese mismo año fue bautizado en la iglesia de San Joaquín por el cura párroco don Luis Navarro Nóbrega y actuaron como padrinos don José Parejo Pérez, natural de Villafranca y Los Palacios (Sevilla) y vecino de La Laguna, y doña Jorgina Díaz Delgado, su abuela paterna…

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Artículo-JORGE ESQUIVEL MARRERO

La primitiva ermita de San José en Barranco Hondo de Candelaria (1860-1943)

Barranco Hondo-iglesia-cuadro     Desde siempre, los vecinos de Barranco Hondo tenían que trasladarse hasta Candelaria para recibir los Sacramentos o gozar de la Misa, lo que suponía una hora de camino. Pero cuando no acudían a la cabecera municipal, los días de precepto tenían que recorrer la considerable distancia que los separaba de las ermitas de El Rosario y de la Santísima Trinidad de Igueste, que también frecuentaban. Ello les suponía graves inconvenientes, pues debían atravesar caminos y barrancos impracticables, sobre todo en invierno y verano, lo que les dificultaba o impedía la práctica religiosa, en especial a los enfermos, ancianos y niños.

   Por ello, a mediados del siglo XIX se despertó en los vecinos de Barranco Hondo el deseo de tener una ermita propia, con lo que se ahorrarían la mayoría de dichos traslados, que solo se limitarían a la celebración de Sacramentos. Así, el 6 de agosto de 1849, cuando el pueblo contaba con 78 familias (unos 340 habitantes), elevaron un escrito a don Domingo Morales y Guédez, vicario capitular y gobernador eclesiástico de la Diócesis en sede vacante, para exponerle las graves dificultades que tenían para poder atender sus necesidades espirituales debido a la carencia de un templo, manifestándoles su deseo de construir una ermita bajo la advocación de San José, así como su intención de responsabilizarse de los gastos que aquella edificación generara, ya que eran conscientes de la gran escasez de medios económicos que tanto la iglesia diocesana como su clero atravesaba en aquellas fechas, tras la reciente desamortización, hasta el punto de que no podía afrontarse la construcción de nuevos edificios ni tan siquiera mantener los existentes, necesitados de reparación.

     Los orígenes de esta ermita no fueron sencillos, pues la falta de fondos retrasó el inicio de las obras, luego el depositario que adelantó el dinero retrasó la bendición y su apertura al culto, que se tuvo que resolver por la justicia; y en la II República sufrió un incendio y el desplome del coro, causando varios heridos…

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Artículo-ERMITA DE BARRANCO HONDO

Arafo: Don Domingo García Torres (1806-1887), teniente de Milicias, comandante militar, depositario del Ayuntamiento, síndico personero, alcalde y hermano mayor del Sacramento

Domingo García Torres-Hoja de servicios-1850-2     En este trabajo queremos recordar a un arafero que en el siglo XIX destacó como militar, siendo el tercero de dicha naturaleza con mayor graduación en toda esa centuria, pero que también ostentó los principales cargos en el Ayuntamiento de la localidad: depositario de los fondos municipales, concejal, síndico personero, primer teniente de alcalde y alcalde en tres etapas, viéndose inmerso en graves enfrentamientos políticos. Con motivo de la Desamortización se hizo con un considerable patrimonio y fue uno de los promotores de la redención del censo agustino que gravaba los bienes de los vecinos de Arafo. Además, fue hermano mayor de la Hermandad del Santísimo Sacramento de la Parroquia de San Juan Degollado, jurado judicial y elector contribuyente.

     Nació en Arafo el 12 de octubre de 1806, siendo hijo de don Damián García Hernández y doña Ana María de Torres Fariña. Cuatro días después fue bautizado en la iglesia de San Juan Degollado por el cura párroco propio don Antonio Rodríguez Torres; se le puso por nombre “Domingo del Pilar” y actuó como madrina doña María de la Concepción Batista, natural y vecina de dicho lugar…

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Artículo-DOMINGO GARCÍA TORRES

Adeje: Don Juan García del Castillo (?-1658), sacerdote, Licenciado en Sagrada Teología y primer beneficiado de la Parroquia de Adeje nacido en la propia villa

Adeje-iglesia-interior      Este destacado sacerdote, Bachiller y Licenciado en Sagrada Teología, era miembro de una de las familias más ilustres del término de Adeje, emparentada con otras también muy destacadas de Vilaflor y Granadilla. Fue el primer adejero que obtuvo el nombramiento de beneficiado propio de la Parroquia de su villa natal y uno de los párrocos que permaneció durante más tiempo al frente de ella, pues la regentó durante 28 años y medio, hasta su muerte.

     Nació en el pago de Taucho a finales del siglo XVI, siendo hijo de don Hernán (o Hernando) García del Castillo y de doña Catalina Bello. Fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa Úrsula, aunque de momento no hemos podido encontrar su partida de bautismo. Era nieto de don Hernán García del Castillo, capitán de caballos en la conquista de la isla y caballero de la Orden de Santiago, y de la princesa guanche doña Catalina González, considerada hija del Mencey de Abona y nieta materna del Mencey Bencomo de Taoro…

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Artículo-JUAN GARCÍA DEL CASTILLO

Antiguas entidades de población de Agache (Güímar) que han desaparecido del Nomenclátor municipal

Cueva del Negro     La Comarca de Agache se ha caracterizado siempre por una considerable dispersión, tanto por el elevado número de núcleos de población que la conforman, como por la disgregación de las casas que constituyen cada uno de ellos. Pero en el pasado aún existieron más entidades, la mayoría muy pequeñas, pero que al estar muy separadas de los pueblos principales fueron incluidas en el Nomenclátor con carácter independiente. A éstas vamos a dedicar el presente artículo.

     De momento conocemos 15 entidades de población que en algún momento figuraron en el Nomenclátor municipal de Güímar y que fueron desapareciendo al quedar deshabitadas o al cambiar la legislación y quedar integradas en los núcleos más próximos. A continuación las relacionamos por orden de antigüedad, según fueron apareciendo en los distintos padrones, a partir de la documentación que hemos podido consultar.

     En la rectificación del Nomenclátor efectuada el 21 de mayo de 1860, el Ayuntamiento de Güímar acordó segregar tres entidades de población del lugar anejo titulado El Escobonal, “por distar más de cien metros y deber figurar con entera separación, de conformidad con lo que previenen las órdenes de la Superioridad”: Casa de Cano, Aguerche y Las Lajas. También se segregaron de dicho pueblo dos ermitas inhabitadas, ambas dedicadas a San José y una de ellas en construcción; se refiere a la antigua ermita de Cano, hoy en ruinas, y la actual de la plaza, en la actualidad elevada a parroquia, aunque esta última no llegó a figurar en el Nomenclátor. Asimismo, del Lomo de Mena se segregaron también: “una casa de labranza titulada Casa blanca, por mediar entre uno y otra más de cien metros”. A la aldea de La Medida se le separaron por igual concepto los caseríos titulados: Ildefonso Díaz y Fuente de los Frailes; aclarándose que, “Al primero se le ha dado este nombre por carecer de genérico”. Y a la aldea de Pájara se le segregó también el caserío de Montaña de Anocheza, “por distar de aquella más de cien metros”. En las observaciones del citado Nomenclátor, se aclaraba finalmente, que: “para hacer las rectificaciones de que se ha hecho mérito se ha tenido á la vista el cuaderno formado para la numeración de las casas, se ha consultado á varias personas conocedoras de los diferentes puntos de la jurisdicción y sobre todo son el resultado de los trabajos practicados sobre el terreno por los que suscriben y el Secretario de esta Municipalidad”. Firmaban en Güímar y en la fecha mencionada el alcalde, don José Domingo Delgado Trinidad, y el inspector de Estadística, don Jacinto Jiménez…

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Guía de Isora: Don Manuel Reverón González (1869-1952), sochantre-organista, pianista, director de la Rondalla y de la Banda de Música, notario eclesiástico y secretario municipal

Guía de Isora-2     Este polifacético isorano dedicó la mayor parte de su vida a la música, sobre todo como sochantre-organista de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Luz y director del coro parroquial, aunque también fue pianista, miembro de una agrupación coral, director de la Rondalla u orquesta de cuerdas de Guía de Isora, de la primera Banda de Música y de la que luego llevó por nombre “La Filarmónica”, ambas de dicha localidad. Además, en su pueblo natal ejerció los empleos de notario público eclesiástico y secretario titular del Ayuntamiento, así como interino del Juzgado municipal; y ocupó diversos cargos: interventor electoral, jurado judicial, depositario de la Comisión local de la Cruz Roja, secretario del Comité local del Partido Liberal, vocal de la Sociedad “Centro Isorano”, secretario de la Adoración nocturna, somatenista y falangista.

     Nació en Guía de Isora el 20 de septiembre de 1869, a las dos de la madrugada, siendo hijo de don Francisco Reverón Domínguez y doña María Francisca González Rodríguez, naturales y vecinos de dicho pueblo. Ocho días después fue bautizado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Luz por el cura párroco don Epifanio Díaz Saavedra; se le puso por nombre “Manuel Eustaquio del Sacramento” y actuó como padrino don José Rodríguez Trujillo, propietario y vecino de dicho lugar…

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Candelaria: Don Juan Coello Núñez (1913-1995), cabo de Infantería y de la Guardia de Asalto, capitán condecorado de la Policía Armada y socorrista

Juan Coello Núñez-carnet     Nuestro biografiado fue el militar de mayor graduación de los nacidos en el municipio de Candelaria en el siglo XX. Tras su ingreso como soldado, durante su vida activa pasó por tres cuerpos: Infantería, en el que ascendió a cabo; Fuerzas de Seguridad y Asalto, en las que ostentó el mismo empleo; y Policía Armada (cuando aún era un cuerpo militar), en la que ascendió desde cabo hasta capitán. También fue profesor de la Academia de aspirantes a cabos de su guarnición y realizó diversos cursos, entre otros el de socorrista. Por sus méritos profesionales se le concedieron nueve felicitaciones públicas, que se incorporaron a su hoja de servicios; tres cruces a la Constancia en el Servicio, dos de ellas pensionadas; y la Cruz de San Jorge, que le fue entregada por la Diputación Provincial de Barcelona. Después de retirado se dedicó a sus grandes aficiones: la docencia (a nivel familiar y particular), la lectura (sobre todo de poetas clásicos), la música (como miembro de los coros de las Rondallas “Bon Mati” y “La Llantia”), el deporte (como nadador y socio del C.F. Barcelona) y la “garrafina” (dominó).

    Nació en Igueste de Candelaria el 24 de septiembre de 1913, siendo hijo de don Lorenzo Coello Núñez y doña Carmen Núñez Padrón. Tres días después fue bautizado en la iglesia de Santa Ana de Candelaria por el cura ecónomo don José Trujillo y Trujillo, actuando como madrina doña María Antonia Higuera Marrero, natural y vecina del mismo pueblo de Igueste…

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Artículo-JUAN COELLO NÚÑEZ