El Casino “El Porvenir” (1903-1904), primera sociedad recreativa y cultural de Fasnia

    En la segunda mitad del siglo XIX, la situación económica de Fasnia era tan desesperada que la mayoría del vecindario se alimentaba con pencas o “nopales cocinados” y emigraba en masa en busca de mejor fortuna. Ello repercutiría directamente en el Ayuntamiento de la localidad, hasta el punto de que faltaban los útiles más elementales de secretaría (papel, plumas, tinta, etc.), que se tenían que adquirir de la propia “bolsa” de los concejales. Los cuantiosos descubiertos municipales hacían temer a los ediles el que se les embargase sus bienes para cubrirlos, por lo que la participación en las tareas de gobierno no solo dejó de ser ambicionada sino que era temida. Por ello, desde 1872 se produjo una continua exoneración de concejales, que alegaban sobre todo problemas de salud, por lo que el Ayuntamiento permanecería sin mayoría para tomar acuerdos durante muchos años, en los que no se repartieron ni recaudaron las contribuciones, ni se efectuó el alistamiento y sorteo de los mozos de reemplazo. Incluso en dos etapas careció por completo de Corporación municipal (1874-1875 y 1887-1890), cerrándose las casas consistoriales y las escuelas; la situación llegó hasta tal punto, que la propia integridad municipal llegó a correr peligro, al proponerse su supresión y anexión a Arico (1874) o a los dos municipios colindantes (1890). La crisis económica, política y de desorden administrativo se prolongaría en esta localidad hasta los primeros años del siglo XX, por lo menos hasta 1905.

    En esta coyuntura, dada la situación del Ayuntamiento, los afines al Partido Conservador decidieron constituir un casino desde el que impulsar la política municipal, tomando iniciativas claramente alejadas de una sociedad recreativa. Así, el domingo 2 de agosto de ese mismo año 1903, coincidiendo con los prolegómenos de las Fiestas Patronales en honor de San Joaquín, se fundó el primer casino de Fasnia, una de las sociedades de este tipo pioneras en el Sur de Tenerife, que recibió el nombre de “El Porvenir” y tenía un claro matiz político…

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La primera Desamortización de 1821 y el traslado de la Parroquia de Santa Ana al Santuario del suprimido Convento dominico de Candelaria

       En la historia parroquial de Candelaria, se conocen más o menos parcialmente varios hechos significativos: la creación en 1533 del Beneficio del Valle de Güímar, que comenzó a regir en 1539 con sede inicial en el Santuario de la Virgen y a partir de 1543 en la cueva de San Blas; la construcción de la iglesia de Santa Ana y el establecimiento en ella de la parroquia comarcal en 1575; el traslado de la parroquia a Güímar en 1630; el pleito entablado entre los vecinos de Candelaria y Arafo con el beneficiado de Güímar, al negarse a acudir a la parroquia de San Pedro, que concluyó con la creación en 1641 de una ayuda de parroquia en Santa Ana, con jurisdicción sobre Arafo, que se hizo realidad dos años más tarde; y la separación total del beneficio de Güímar en 1795, con lo que por fin se alcanzaba la plena autonomía parroquial.

    Pero existe un acontecimiento prácticamente desconocido, del que nos vamos a ocupar en el presente trabajo, el traslado de la Parroquia de Santa Ana a la Capilla del Convento dominico, con motivo de la primera  Desamortización de 1821 y con el fin de evitar el expolio de éste…

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Constitución y miembros del primer “Ayuntamiento” de Arafo (1798)

A raíz de la creación de la parroquia de San Juan Degollado, el 30 de noviembre de 1796 los vecinos de Arafo solicitaron a la Real Audiencia de Canarias, mediante un apoderado, la creación de su propio “Ayuntamiento”, es decir, poder elegir en dicho pueblo a los cargos de alcalde real o pedáneo (dependiente del alcalde mayor de La Laguna), diputado, personero y fiel de fechos (cargo asumía las funciones de escribano, donde éste no existía, y luego se transformaría en secretario). Los principales argumentos esgrimidos para esta petición eran el contar con suficiente población (unos 650 habitantes), poseer parroquia y la considerable distancia que los separaba del pueblo de Candelaria, del que dependían por entonces, lo que les ocasionaba graves inconvenientes. Ante ello, se ordenó por dicho tribunal que emitiesen sendos informes sobre dicha solicitud, por separado, el corregidor, el síndico personero de La Laguna, el alcalde pedáneo y el personero del lugar de Güímar; en ellos debían detallar el número de habitantes de Arafo y de todos los núcleos de población del término de Candelaria, la distancia y situación de éstos con Arafo y la conveniencia o no de nombrar esos cargos públicos en el pueblo que lo solicitaba.

Una vez emitidos, dichos testimonios pasaron a manos del fiscal de la Audiencia, quien informó favorablemente la petición el 27 de enero de 1797. Una vez cumplidos todos los trámites, por provisión del Tribunal Superior de la Real Audiencia de Canarias, dada en Las Palmas de Gran Canaria el 9 de febrero inmediato, la jurisdicción de Arafo quedó dividida y separada del lugar de Candelaria, autorizando a los vecinos de dicho pueblo para que a partir de 1798 pudiesen elegir a sus propios oficios de república. Así le fue comunicado al alcalde mayor de la ciudad de La Laguna, don Matías López Lago, para que le diese el debido cumplimiento.

En virtud de ello, el 1 de enero de 1798 dicho alcalde se desplazó a Candelaria, acompañado por el alguacil don Miguel López y el escribano don Gregorio de Vargas; y desde dicho lugar convocó a todos los vecinos de Arafo para la tarde del día siguiente, 2 de enero, mediante un edicto colocado en la puerta de la iglesia y previo toque de campana. En la fecha señalada se reunieron los araferos en la plaza de la parroquia para proceder a la elección de los 24 “comisarios de electores”, que a su vez debían proceder a la elección de los cuatro cargos de la primera corporación local de esta nueva jurisdicción, pues la elección de éstos era indirecta o de segundo grado. Al día siguiente, 3 de enero de 1798, se reunieron los 24 comisarios electores en la misma plaza, bajo la presidencia del mencionado alcalde mayor del Cabildo de La Laguna, y procedieron a elegir al primer “Ayuntamiento de justicia” de Arafo, que quedó compuesto por los cuatro vecinos siguientes: alcalde real, don Felipe Marrero, diputado del común, don Antonio Pérez Delgado; síndico personero, don Juan de Torres Marrero; y fiel de fechos, don Domingo González García…

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La Plaza de San José de El Escobonal (Güímar)

     Desde que se construyó la nueva iglesia de El Escobonal en el centro del pueblo, bendecida y abierta al culto el 21 de mayo de 1862 por el beneficiado Dr. Agustín Díaz Núñez, al trasladar a ella la imagen de San José que se veneraba en la antigua ermita de Cano, se comenzó a llamar “Plaza de San José” a un llano de tierra que se extendía delante de dicho templo, en el que en adelante se celebrarían las fiestas patronales. Comienza así la etapa de esplendor y crecimiento de El Escobonal y su comarca, que desde entonces tenía un claro centro geográfico, espiritual y social. A pesar de su rusticidad, dicha explanada cumplió con su cometido desde el principio, sirviendo como la principal zona de esparcimiento del pueblo en todos sus festejos, actividades sociales y culturales.

      El 18 de noviembre de 1929 dicha iglesia fue elevada a parroquia, que comenzó a regir el 1 de enero de 1930 e incluía inicialmente a El Escobonal y Lomo de Mena. Y en 1938 se inauguró oficialmente la Plaza de San José de El Escobonal, tras su acondicionamiento y pavimentación por el Ayuntamiento, que a partir de entonces sí  merecía dicha denominación…

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